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-Qué situación tan inesperada. - Expresó el príncipe KyungSoo mientras se desplazaba por los alrededores del palacio junto a sus sirvientes, que lo sabían pasos más atrás.

-También lo fue para mí, cuando fui informada, alteza. -Respondió SoHyun, quién iba caminando a un lado del príncipe, tratando de conocerse. Según palabras de su hermano.

Después del magnífico día, y último, que pasó con JongIn actualmente ambos no se veían, tampoco intercambiaban palabras más de lo necesario. Creyeron que lo mejor era dejar todo lo transcurrido, como un recuerdo.

Pasaron algunos días, cada vez más cerca de su matrimonio, por lo que su hermano le informó que debía conocer a la 'señorita' que desposaría. Llevándose la gran sorpresa de que era nada más y nada menos que era la hermana menor de JongIn, SoHyun.

Decir que cuando llego a sus aposentos no lo dejo pasmado sería mentir, ya que desposaría y tendría un hijo, con la hermana del hombre que amaba.

¿Acaso su destino no podía ser más cruel? Fue lo primero que se le vino a la mente al joven príncipe. En solo ese instante, ese matrimonio, lo hizo sentirse muy miserable. Tanto que llegó a pensar, de que efectivamente cargaba con una maldición.

Pese a que se sintiera amargo, ofendido y traicionado, por JongIn, el que le hubiera ocultado tal información sabía muy bien que no era su culpa. Tampoco el de SoHyun, ya que era una orden directa del Príncipe ascendente al trono.

Así que intento poner su mejor expresión para no hacer sentir ofendida a SoHyun, brindándole una efusión de hierbas, como cortesía. He internamente agradeció a su hermano, si así se pudiera decir, el que le haya juntado con SoHyun ya que ambos se conocían desde pequeños. Pese a que su educación fuera estricta, al igual que la de él, siempre se dieron tiempo para sus incontables travesuras. Tanto fuera, como dentro del palacio.

Por ese motivo en ese mismo momento habían salido a recorrer parte del palacio, los menos transitados, teniendo una amena conversación recordando viejos tiempos. Teniendo siempre en cuenta a sus alrededores ya que era un secreto que el pronto se casaría.

-Fue gracioso la vez que caíste en guano de res, joven señora. -Recordó KyungSoo aguantándose una carcajada, cada vez que venían las imágenes de su amiga con su atuendo apestando a guano cada vez que decidían ir al campo. Ya que cuando eran niños, ella solía vestirse de hombre para hacer de las suyas, sin tener la mirada de los demás juzgándola por su comportamiento.

-¿Caer, alteza? -Espetó con fingido enojo virando los ojos, cuando se percató que nadie la veía. -Usted me empujó.

KyungSoo soltó una carcajada realmente escandalosa, que hiso sonreír a SoHyun de una manera extraña aguantando la risa. -Alteza, no debe de ser muy expresivo con su risa. -Recomendó el secretario.

KyungSoo se detuvo poco a poco, lanzándole una mala mirada al susodicho. -DongHae, no hay nadie aquí. -Suspiró con cansancio. -Solo recuerdo viejos tiempos con una amiga.

KyungSoo vio cómo su amiga cambiaba de expresión, volviendo a una totalmente seria. -Me disculpo contigo, pero esta es la vida que llevaremos.

-Lo sé, alteza. -SooHyun respondió de manera afligida. - Siempre estaremos con órdenes, caravanas, fingiendo seriedad. -Se detuvo. -Pero al menos, lo superaremos juntos.

KyungSoo sonrió tristemente. -Al menos si me caso contigo, no tendré miedo de que mi esposa ponga veneno en mi té.

-Alteza, ¿cómo puede decir esas cosas? -Expresó SoHyun, girándose a ver a los siervos. Quienes estaban muy varios pasos alejados de ellos. Así que realizó una seña a KyungSoo para que se inclinara, como quién contándole un secreto. Al ver esa acción los siervos, todos giraron sus rostros para darles privacidad. -Si me provocas, sí.

KyungSoo le empujó levemente con su codo, con una expresión divertida en el rostro. Al elevar la vista pudo divisar a lo lejos como los ministros venían en su dirección conversando. -DongHae. -Llamó a su secretario, quién se acercó rápidamente. -Lleva a la joven señora a mis aposentos inmediatamente. -El siervo asintió esperando que SoHyun lo siguiera.

-¿Qué ocurre, alteza? -Preguntó SoHyun. Pero cuando miró a los ministro venir, su respuesta fue contestada de manera silenciosa.

KyungSoo tomó la túnica que rodeaba a SoHyun, importándole poco que sus siervos giraran su rostro o no, para cubrirle gran parte de la cabeza y rostro. -Una vez que llegues a mis aposentos, DongHae llamará a JongIn para que te saque de aquí. -SoHyun asintió. Y realizando una leve reverencia se retiró, con el siervo dirigiendo el camino.

El príncipe se quedó un momento más en su lugar viendo la dirección por donde se había ido SoHyun. Y apenas esta desapareció de su vista, continuó con su camino para conversar con uno de los ministros y entretenerlos unos momentos dándole tiempo a su siervo.

-Alteza. -Saludó con una reverencia uno de ellos, mientras los demás lo seguían. -Es bueno verlo despierto tan temprano recorriendo el palacio.

-Ministro. -Saludó con fingida sonrisa. -Siempre recorro el palacio, viendo que todo vaya en orden, ayudando a mi hermano en sus labores más mínimas.

-En ocasiones, siempre existe la envidia dentro del mismo palacio, alteza. -Informó con malicia. -Incluso por el trono.

-Lo sé muy bien. -KyungSoo sonrió suavemente. -Y usted parece saberlo muy bien. -Observó como el rostro de aquel ministro se transformaba en una expresión de seriedad. - Se dice que la envidia, la traición, la malicia, se da mayormente en la misma familia. Ya que conocen sus puntos más débiles. -KyungSoo se acercó unos pasos más hacia el ministro. - ¿No es así, tío?

-Me alegra que su educación se expanda, alteza. -Respondió con leve molestia en su tono de voz. -Nunca es bueno confiar en los más cercanos. -KyungSoo vio una leve curvatura de su labio extenderse. -Ya que pueden esconder un gran secreto. ¿Verdad, alteza?

KyungSoo se extrañó ante ese ataque, el cual iba a responder, pero la voz de su secretario lo distrajo.

-Alteza, la reina madre lo solicita en sus aposentos. -Informó.

-Espero volverlo a encontrar tío, quizá en otra oportunidad tengamos una conversación más cálida. - KyungSoo lo miró por última vez, y siguió su camino con la mirada alta, mientras era seguido por todo sus siervos.

-Aprovecha tu tranquilidad y petulancia mientras puedas, sobrino. -Pensó el ministro de economía, Kang TaekWon. Hermano de la reina.

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Forbidden  ➡ [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora