Incendio 9: Disfrutando quemarse

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POV Tony

Luego de que Peter salió de la casa de Steve y se subió a su automóvil se fueron rumbo a la casa del pequeño.

Tony lo dejó con la promesa de volver por él en unas horas para luego dirigirse rumbo a su casa.

No bien llegó fue a la ducha a empezar a alistarse para la fiesta.  Tomó unos pantalones negros y una camisa del mismo color para luego ponerse encima una chaqueta roja. Sin nada más que hacer decidió regresar a casa de Peter y tía May, con suerte podría conseguir algo delicioso que la mujer hubiera preparado.

Llegó en tiempo récord e inmediatamente tocó el timbre. La tía de Peter le abrió con una sonrisa.

— Oh Tony, regresaste muy rápido.

— Fui atraído por el olor de tu deliciosa comida, debes asumir la culpa. - la mujer se rió.

— Voy a hacerlo. Pasa, querido.

— Gracias, encantadora mujer.

Los dos se dirigieron hacia la cocina para disfrutar del pay de manzana que se alzaba en medio de la mesa. Mientras lo comían empezaron a conversar animadamente.

— ¿Y cómo va el corazón, Tony?

— Según el cardiólogo, excelente.

— Buena respuesta pero sabes a lo que me refiero.

— ¿Hablas de mi vida romántica? Cuidado, mujer que es bien intensa.

— Claro, y por eso has estado evitando a cierto Jefe rubio.

— ¡¿Cómo?¡ Digo, no sé de qué hablas.

— Sólo déjame decirte algo.

La mujer esperó hasta que él asintió para continuar.

— El mayor enemigo para encontrar la felicidad es el miedo.

— El miedo es para evitar cometer estupideces también.

— ¿La vida no es justamente eso? ¿Para qué evitarlo?

— Igual la decisión no es mía. Al menos no aún. Pero gracias, May.

— De nada, Tony. Llamaré a Peter para que puedan ir a esa fiesta.

— Aquí te esperamos el pay y yo.- tomó otro trozo del postre para empezar a comerlo.

— Eres encantador.

La vio desaparecer en la puerta de la cocina para luego escucharle subir las escaleras. Y luego conversar con su sobrino en un tono bajo.

Tiempo después dos pares de pisadas bajaban la escalera, Peter entró a la cocina vestido con pantalones jeans con una camisa a cuadros que llevaba encima un suéter de un hermoso color azul.

Azul cómo los ojos de Steve.

— Tony ¿Estás bien?- la voz de Peter se escuchaba preocupada.

— Claro que sí. Sólo estaba admirando lo bien que te ves, pequeño.

— M-muchísimas gracias.- el joven se había sonrojado causando una sonrisa en él.

— Bueno, nos vamos entonces. Gracias May por la hospitalidad.

— Ven cuándo quieras, Tony.

Se adelantó para prender su auto pero antes de salir escuchó a la mujer dando indicaciones a su sobrino sobre diversión sana. A veces se olvidaba la dinámica de la familia ya que él había quedado huérfano a los dieciséis, tal vez por eso era un fracaso en las relaciones amorosas ya que un buen noviazgo equivaldría a la posibilidad de vivir juntos y él sabía que no podría soportar a alguien invadiendo su cama.  Estaba acostumbrado a su soledad, muchas gracias.

" TWO FIREMAN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora