Capítulo 27

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Los días fueron pasando y Nagisa volvió a su hogar junto a su esposo e hijos menores, aunque el mayor no quería que lo dejara, como su hijo y novio no estaban se quedaría solo. Por lo tanto, su "única" solución fue volver a la casa de sus padres en todo lo que quedaba del mes.

Era un día "normal" si así se le podía llamar. Nagisa acababa de despertar y estaba preparando un desayuno para sus hijos. Su cabeza raramente estaba tranquila, sin nada en qué pensar. Estaba tan distraído que no se dio cuenta de que su esposo había entrado a la cocina, solo se enteró cuando sintió los brazos de este rodearle la cintura.

–Buenos días, Karma– lo saludó sintiendo los labios de este en su mejilla, sonrió, pero al ver sus brazos su sonrisa se borró. Se giró para comprobar su teoría y como supuso el mayor estaba con un traje muy formal –¿ya debes ir a trabajar?– preguntó un tanto desanimado mientras acomodaba la corbata del mayor y parte del cuello de su camisa. 

–Sí. Quisiera quedarme, pero si no voy ya deberías saber lo que pasará– el menor solo soltó una risa sin gracia y suspiró. En verdad no quería que el pelirrojo ya fuera a trabajar, quería tenerlo un rato más para él –Hey.. No estés triste– le dijo mientras lo tomaba de la barbilla y lo besaba tiernamente para consolarlo.

Ambos estaban tan hundidos en ese dulce beso que solo los sacó de su burbuja un "ejem" de parte de su primogénito. Se separaron y vieron a sus tres hijos en la puerta de la cocina mirando su escena. Notó que sus mellizos estaban con su uniforme escolar, este hecho también lo deprimió un poco.

Se acercó a ellos y los miró agachándose un par de centímetros para quedar a su altura.

–¿Ustedes también se irán?– preguntó en una pequeña broma sonriéndoles.

Ambos lo abrazaron de inmediato.

–¡No queremos ir!– exclamaron haciendo pucheros en modo de suplica a su pelirrojo padre.

–Lo siento. Pero ya faltaron una semana. Así que tienen que ir– les contestó sin siquiera mirarlos, sabía que si lo hacía terminaría cediendo ante sus encantos.

Ambos suspiraron profundo y con algo de esfuerzo se separaron de su padre/madre caminando hacia la mesa para poder desayunar.

–Lo bueno es que yo me quedaré contigo, papá. Mi trabajo empieza en un par de semanas– le informó su hijo mayor sonriéndole.

Al igual que este sonrió. Pero ahora se sentía inútil, ya que sus mellizos iban a la escuela, su esposo a su trabajo y su hijo mayor igual, ¿y él? Debido a la situación, solamente podía quedarse en casa aburriéndose.

Luego de un par de minutos los menores y Karma debían irse a sus respectivos destinos. Los mellizos se despidieron de él con un abrazo sin querer soltarse luego y el pelirrojo solo con un beso y un dulce "te amo" el cual lo dejó medio derretido de lo tierno que había sonado.

–¿Papá? ¿Te sientes bien?– preguntó su primogénito al ver que estaba en una nube de fantasías donde Karma era el principal protagonista.

–¿Eh? Quiero decir, sí– aseguró un tanto sonrojado para luego mirar a su hijo. En verdad extrañaba verlo de pequeño, tan tierno, cariñoso, sobre protector e inocente, bueno, quizás no inocente, pero si lo otro.

El teléfono del menor comenzó a sonar, miró la pantalla y en él estaba el apodo "Shiro", sin pensarlo dos veces contestó.

–¡Papá Ba-Kano!– escuchó al otro lado de la línea gritar a su pequeño hijo, teniendo que alejar un poco el aparato para no quedar sordo. Al menos le gustaba saber que los pulmones de este funcionaban muy bien, puesto que hasta el peliceleste había escuchado, riendo un poco por el apodo.

"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora