Un poquito de esto, un poquito de aquello

Introduction

GŌDAI (OC) - "Introduction"

    No podía apartar la mirada. Intentaba disimular que le veía casi cada diez segundos, como si temiera que al dejar de verle pudiese pasarle algo horrible; no quería dar a entender esa sensación, pero tampoco lo evitaba y para agregar, un sonrojo adornaba las mejillas, su corazón palpitaba más rápido, las pupilas dilatadas y el pulso incrementado.

Realmente, ¿qué tenía ese muchacho para ponerle el mundo de cabeza en sólo cuestión de segundos o menos? Desde hace mucho que le conocía, sin embargo jamás sacó a relucir una respuesta concisa. Akira, pronunció el nombre dentro de su mente, notando cierto cariño en la voz interna. Tantas cosas cambiaron a partir de aquellos momentos...

Tocó la campana, indicando que la hora del almuerzo había llegado. Con suerte, giró velozmente la vista hacia su escritorio y darse cuenta de que olvidó nuevamente traerlo, resopló indignado levemente consigo mismo, menos mal que siempre llevo algo de dinero encima, cada vez que puedo. Frecuentemente, si se olvidaba del almuerzo, solía comprar algo en la tienda más cercana; una voz reconocida para él le habló, sintió que fue al Paraíso.

—Hikari, almorzemos juntos —sugirió amable.

—No. Gracias Akira, pero iré a comprar pan en la tienda —en caso de quedarse allí, se quemaría. Intentó salir a las apuradas del salón, otra mano le sujetó con fuerza el hombro.

—Olvidaste tu obento otra vez, ¿verdad? —preguntó con una ceja alzada y una sonrisa de lado.

—Sí... —respondió avergonzado.

—Vamos, de todos modos me pasé al prepararlo y quedó bastante. Tuve el ligero presentimiento de que lo olvidarías, así que aproveché a traer incluso lo que sobró. Es mejor para ti.

Le descubrió por completo, no negaba que cualquier cosa que preparase le salía de maravilla. En un inhalar y exhalar, se rindió al ofrecimiento.

—Eres tan amable conmigo.

—Soy tu novio, ¿por qué no serlo? —nadie los escuchaba, por lo que no fue necesario susurrar la palabra "novio". Ni que lo ocultaran.

—Para la próxima, juro recompensártelo.

—Lo hago porque quiero hacerlo, no busco nada más que tu amor.

Si continuaba con esa sinceridad, lo raptaría seguramente. Aún en su faceta razonable, sonrió sin quitar la mirada de enamorado y asintió a todo lo anteriormente dicho por el otro.

—Yo también lo decía por querer darte lo mismo a cambio. Te quiero.

—Hikari... —no solía escuchar dentro del salón tales palabras, pero quizás y se volvería caprichoso en el sentido de escucharle decir eso en todos lados —. También te quiero, vamos a almorzar.

Yéndose juntos a un lugar apartados de otras personas, partieron a la azotea, aunque les dijeran que no estaba permitido ir allí. Con algunas habilidades de Hikari, burlaron la cerradura y lograron entrar. Sentados al lado del barandal, abrieron la caja de obento correspondiente a cada uno y se alimentaron gracias a la ayuda contraria.

Quien los viera, diría de todo. Que son una linda pareja, que dan asco, que se consigan un cuarto, que se besaran, que no molesten a las personas; se cagan, pensó el usuario del fuego, estar a solas con Akira Nakahara le emocionaba.