Epilogo

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Epilogo

Crack, crack, crack.

Crack, crack, crack.

Crack, crack, crack.

El ruido de sus zapatos hacía eco en todo el pasillo con cada paso que daba. Era un poco molesto, demasiado molesto en realidad y él solo deseaba llegar a casa y despojarse de tales cosas y darle un respiro a sus asfixiados pies.

Y ya faltaba poco, solo unos cuantos pasos más y él saldría de aquel claustrofóbico edificio y si tenía suerte, no volvería a pisarlo nunca más.

Y es que, él no debería estar en ese lugar, ni siquiera debería estar en ese país, pero la vida era demasiada perra y nada salía como él lo planeaba. Ya debería haber sabido eso, por supuesto, él no esperar que las cosas sucedieran como él las establecía en su mente.

Unos cuantos cracks más y él por fin se desharía de la idea de no tener una vida privada y de que cualquier circunstancia tendría que ser sabida por todo el mundo. Él sabía eso cuando firmó aquel contrato, pero en ese entonces en su mente solo existía una sed de venganza y no es como si él se hubiese planteado realmente las consecuencias. De nuevo, esa vez, nada salió como él lo esperaba y todo se descontrolo un poco (Y por un poco se refiere a demasiado) y ahora todo el mundo conocía su idiotez.

No es que le avergonzara (Lo hacía, pero solo ciertas partes) el hecho de que todos supieran su desastrosa, lamentable y triste historia de vida pero no había pasado mucho tiempo y la herida aún seguía un poco abierta, a pesar de que él había dado todo de sí para superar aquella etapa (Porque él la consideraba pasado) pero, como veían, no lo estaba logrando con mucho entusiasmo.

Al salir de aquel edificio fue como tomar un respiro y él se sintió aliviado, mucho más ligero cuando tomo un taxi y se dirigió al hotel donde se hospedaba.

Una semana antes él había renegado la idea de pisar esa ciudad, o ese país en general, pero se había levantado con un mensaje en su contestadora, (la que había decidido conectar después de un mes) de los productores de MTV solicitando su presencia para discutir los puntos de finalización del contrato. Según lo que ellos le habían dicho (y mostrado, porque Harry simplemente no iba a aceptar ello si no había algo estipulado y con su firma) el contrato terminaba luego de un reencuentro final, donde todos los participantes se reunirían y se mostraría que había pasado con cada uno de ellos después del último día en la casa.

Por más que Harry se había negado a acudir, él había firmado un contrato y no podía faltar a aquella dichosa reunión, la cual sería unas pocas semanas después.

Harry no quería asistir por obvios motivos y estar en LA no era una idea muy atractiva, no cuando él tenía el recuerdo de un hogar vacío de paredes amarillas y jardín coloreado y una historia de cuento de hadas que tuvo que volver a la realidad. Y esa realidad no era nada comparado con el final feliz que había deseado.

Aquel día (Que Harry había comenzado a llamar el día oscuro, si saben a lo que se refiere) después de la llegada del nuevo miembro a la casa y el recibimiento que tuvo fue todo como un shock. Literalmente.

Había llegado al punto en el que él no salía de su estupor, horas después de haberse encerrado en una habitación y pedirle a producción que lo sacaran de aquel maldito lugar.

No había querido hablar con nadie, ni ver a nadie, mejor dicho, Harry solo quería hundirse en la resignación de que su novio y su hermana (la misma a la que él amaba con cada parte de su alma) le habían visto la cara de idiota y se habían burlado de él.

Ex On The Beach - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora