III
- ¿Daisy? ¿La Daisy que yo conozco? ¿Daisy de Jakku? ¿Esa Daisy?
- Sí, ella. Está ahí, cantando ahora mismo - respondió Adam. Ya había logrado prestarle atención nuevamente a Brett y a lo que lo rodeaba.
- ¿Cómo sabes que es ella?
- Reconocí su voz. Estaba cantando Unbreak my heart.
- O tienes un muy buen oído o la puerta de su box está muy mal cerrada. O las dos cosas. De todos modos, no estás seguro de que sea ella.
- Es su acento, su timbre de voz y está cantando Unbreak my heart, que es su favorita cuando va a un karaoke.
- Pero en este momento, alrededor del mundo, miles deben estar cantando Unbreak my heart, especialmente en karaokes y con acento británico. Puede ser una coincidencia.
- Sí, eso es verdad. Aunque me pareció realmente que se trataba de ella.
- ¿Piensas esperar a que salga para saber si es Daisy?Adam se preguntó entonces qué pasaría si esperaba a que saliera. ¿Es siquiera conveniente esperarla? ¿Cuál sería su reacción cuando ella sepa que la esperó? ¿Estaría con su novio? ¿Se sentiría incómodo? Al menos, en ese instante, solo tenía dos opciones ante la situación.
- No, no lo haré. Es muy probable que me haya confundido. Vamos.
Adam y Brett salieron juntos del karaoke y empezaron a caminar. Adam quería bordear el Sena, pero Brett sugería que sería buena idea hacer una parada en un café o restaurante tradicional, tal como lo habían pensado. Avanzaron hacia el sur, por la rue Richelieu. Pasaron por varios restaurantes, y finalmente llegaron a uno que era muy recomendado, según contaba Brett, quien aún se debatía entre esa y un par de opciones más. Caminaban pausadamente. Adam lo escuchaba y le daba respuestas breves mientras algunos pensamientos aún seguían en su cabeza.
Realmente se alegró mucho al reconocer a Daisy, o creer reconocerla, en caso de que quien estaba en el karaoke no fuera ella. Siempre se alegró de verla cuando rodaron juntos. De hecho, era algo mutuo. Pero se hacía preguntas. ¿Por qué tantas preguntas? No debería de haberse preocupado. Después de todo, eran muy buenos amigos. Hasta el momento, todo había ido bien. Nunca hubo problemas por ello ni con el novio de Daisy ni con Joanne. Siempre demostraron que lo que existe entre ellos es una amistad profunda y desinteresada. ¿Preocuparse tanto era normal? Tal vez era mejor no darle más vueltas al tema y que se mantenga así.
- ¿Te gustaría comparar? - preguntó Brett.
- ¿Perdón?
- Con el último lugar que te mencioné. Está cruzando la calle. Éste parece estar demasiado lleno.Adam tardó unos 3 segundos en responder afirmativamente. Cruzó y caminó unos pasos, siguiendo a Brett y volviendo a enfocarse en su visita a París. La iluminación de las calles y el ambiente que se respiraba eran cautivantes. Se detuvieron frente a la entrada de un restaurante flanqueado por pizarras negras que indicaban las opciones de platos diversos que servían en él. Ambos las miraron con atención.
- El éclair au chocolat y la poire pochée se ven bien, si deseas postres.
- Escucharé todas tus recomendaciones, porque creo que todo lo que he entendido de la carta hasta el momento es "salade" [1]... -comentó Adam antes de ser distraído por una peculiar risotada de una dama anciana que cruzaba vistiendo un abrigo rojo, a la cual observó alejarse.
- No logro ver claramente, pero parece que hay mesas disponibles.
- También me parece ver que hay sitios libres.
- ¿Pensaste en algo que desees probar en particular?
- Creo que podría ser algo salado, sí - sugirió Adam, mientras pasaba una mano por su melena.
- Podríamos tomar unos amuse-bouche, en todo caso. Sobre los platos de fondo, tienen unas coquilles Saint-Jacques...
- ¿Adam?
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La armonía del silencio. Cuando los sentimientos son inexpresables.
Fanfiction#Daiver Amor imposible. Adam Driver viaja a París por la posibilidad de participar en un nuevo proyecto. No sabe que en esa misma ciudad se encuentra alguien que ha cobrado importancia en su vida: Daisy. Ambos descubrirán la profundidad de su unión...