La llegada de la hija de Lucifer (Creepypastas y tú)

Capítulo 04.

En el capítulo anterior...

— Oh, amm... — No sé qué decir.

— Buenassss. — Dijo una mujer entrando a la casa, supongo que ya llegó junto con Bloody Painter. — Dijeron que iba a ver una nueva ¿Dónde está?

Me di la vuelta para saludar a la chica pero...

Oh no.... No, no, no, no, esto no puede estar pasando.

¿¡DINA!?!

— ¿¡OTRA VEZ TÚ!? — Gritamos con sorpresa y enojo al unísono.

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(...)

— Con que sigues viva ¿Eh? ¿Qué fue eso que hiciste en el incendio? Después de todo sabía que eras una bruja. — No sé qué decir, me miraba con desprecio.

— No te interesa. — Traté de ser lo más cortante posible para no contar nada y reprimir mis ganas de llorar.

— Ya sabía yo, ¡Sabía que eras un monstruo! FUISTE TÚ LA CULPABLE DE NO SALVARLE A MI MADRE A TIEMPO ¿¡POR QUÉ!? Y A PARTE DE MIS HERMANAS MURIERON POR TU CULPA.

Nadie dijo nada. Solamente hubo silencio.

— ¿¡Y qué es lo que tú eres ahora, eh? — Mi grito se escuchó por toda la casa, cosa que  sorprendió y dieron un salto todos los expectantes de la discusión. — TRATE DE SALVARLA LO MAS RAPIDO QUE PUDE, PERO YA NO HABIA TIEMPO ¿¡POR QUE NO FUISTE TÚ A SALVARLA!? ¡Es tu madre! Nunca la valoraste ¿Y ahora es que te preocupas por ella? Pasaron años, Dina ¡Años!

— ¡CALLATE BRUJA!

— ¡BASTA YA! — El grito de Slenderman nos asustó a todos. — Despertarán a Sally, y dejen de hacer tanto bardo también(los argentinos entenderán :v).

— Tranquilo papi, ya estoy despierta. — La última frase lo dijo mirándonos con molestia y diciéndolo con enojo. Haciendo un puchero bastante tierno. Para mí, claro.

Ahora más calmada le pregunté a Slender dónde dormiría. Le pidió a Bloody Painter que me guiara ya que él tenía que hacer la cena, a regañadientes aceptó.

— Slendy, ¿Puedo acompañarlos a la habitación de _____? — Apareció de la nada Dina con un rostro "angelical" si es que así podemos llamarlo.

— No, tú me has prometido que limpiarías toda la casa a cambio de que te deje que vayas a cazar, cuando sabías que te prohibí salir.

— Pero..

—Nada de peros, ahora ve y hazlo.

Dina me miró con odio y fue a su habitación, supongo, pero furiosa.

Mi habitación al parecer es la última. Adentro de la habitación, las paredes tienen un suave color verde agua, el suelo era totalmente de mármol. La cama está bien ordenada y tendida. Al lado de la cama había una ventana que dejaba ver la vista de casi toda la ciudad. Bien, no me quejo.

Ambos nos quedamos en silencio un rato. Era bastante incómodo aquel silencio y el aire se sentía bastante tenso.

—Es agradable la vista ¿No? — Habló por primera vez Bloody tras varios minutos.

— Sí... supongo. — Quiero preguntarle algo, la curiosidad me mata. — Oye..

— ¿Mmm? — Contestó sin interés.

— ¿Sabes el por qué me trajeron aquí?

— No y no me interesa.

Hubo un silencio tenso e incómodo otra vez, por largos minutos.

— Mañana, ¿tendrías tiempo para enseñarme toda la casa, por favor?

— No.

— ¿Por qué? — Contesté haciendo puchero, pero ostia, no me salía... aunque le pedí porque él era el único a quien le tenía un poco de confianza.

— No te interesa, y ya deja de meterte en mis asuntos. — Dijo frío y cortante, pero al ver mi cara resopló sonoramente. — Está bien. Mañana. A las ocho de la mañana. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

¿Por qué tan temprano? 

— ¡Sí! — Dije gritando e hice en mi mano un puño en son de victoria. Él me miró raro y entonces reaccioné. — E-eh, d-digo, s-sí, c-c-claro, p-por supuesto, estaré allí. — Respondí nerviosa.

Sin decir nada más, se fue de la habitación cerrando la puerta.
Al irse, miré en el pequeño armario que se encontraba al lado de la ventana, que daba al frente de la cama. Entonces busqué ropa interior, una camiseta y un pantalon. Agarré una toalla que estaba colgada detrás de la puerta y fui directo al baño, que, por cierto, al parecer en cada habitación había un baño individual para cada uno. Creo.

Cuando tenía todo listo, fui directo al baño. Me bañé y luego me vestí.

— ¡A CENAR GURISES! — Gritó Slenderman desde la planta baja haciendo mucho ruido que supongo con una sartén y una espátula. Gurises... ¿Dónde habré escuchado esa frase? Me la resulta muy familiar... Entonces me reí. — ¡______! ¿Cenarás o no?

— ¡Sí, enseguida bajo! — Busqué un cepillo para peinar mi cabello y me puse unas pantuflas para ir rumbo al comedor. Cuando terminé, me fui al comedor, que solamente estaba a unos metros frente de la escalera. Me senté en el lugar vacío en donde a mi izquierda estaba Masky con Hoodie hablando animadamente y a mi derecha Bloody Painter con Judge Angels, quien al verme, tomó la mano de Bloody para darme a saber que son pareja. No le tomé importancia y me senté tranquilamente.

— ¡Jeff, dame mi peluche!

— Atrápalo si puedes, niña. — Y se lo lanzó a Judge, y ella lo empezó a romper.

— ¡Judge no, no lo hagas, es una niña! — Grité enojada.

— ¿Y qué si lo hago? ¿qué es lo que me harás, ah?

— Hey Masky — Susurró Ticci Toby tratando de molestar al antes nombrado. Pero como no causó efecto, lo dijo más fuerte. — ¡Hey Masky hey Masky, hey Masky, hey Masky, hey Masky...

— ¡YA! ¿Que quieres? — Contestó molesto.

— Hola C: — Dijo inocentemente el chico tics. Luego escuché unos golpes.— ¡Auch, ya párale afeminado!

— Bien, sírvans... ¡JEFF! ¡deja de molestar a Sally! ¡JUDGE! ¡Devuelve el peluche a Sally, y también deja de pelear con _____! Y lo mismo va para ti. — Dijo apuntándome furioso. —¡MASKY Y TOBY, PAREN YA!

— Sí, operador. — Contestó Masky con respeto y agachó la cabeza.  

— Sí, cabeza de huevo. — Habló lo más bajo posible, pero logré escucharlo.

¿Y para qué? Me empecé a reír tanto que me dolía el estómago.

— Toby, si sigues así te voy a prohibir comer waffles por UNA semana. — Al escuchar eso, Toby abrió los ojos como platos.

— ¿Qué? ¡No! ¡Puedes meterte con lo que sea pero menos con mis waffles! — Dijo rogando.

— Bien, como sea. — Slenderman sirvió uno por uno su comida y cenamos, en silencio. En un maldito silencio.

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Wenaaaas. No tengo inspiración, perdón, pero a parte tampoco quería tardar tanto xd. Nos vemos :3.