Capítulo 05.

432 29 3
                                    

°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-° °_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-° °_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°  

En el capítulo anterior...

— Bien, sírvans... ¡JEFF! ¡deja de molestar a Sally! ¡JUDGE! ¡Devuelve el peluche a Sally, y también deja de pelear con _____! Y lo mismo va para ti. — Dijo apuntándome furioso. —¡MASKY Y TOBY, PAREN YA!

— Sí, operador. — Contestó Masky con respeto y agachó la cabeza.

— Sí, fusión de pulpo y maniquí. — Habló lo más bajo posible, pero logré escucharlo.

¿Y para qué? Me empecé a reír tanto que me dolía el estómago.

— Toby, si sigues así te voy a meter unos buenos chanclasos que bien te mereces y te voy a prohibir comer waffles por UNA semana. — Al escuchar eso, Toby abrió los ojos como platos.

— ¿Qué? ¡No! ¡Puedes meterte con lo que sea pero menos con mis waffles! — Rogó como un niño.

— Bien, como sea. — Slenderman sirvió uno por uno su comida y cenamos, en silencio. En un maldito silencio.

°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°_°-°

Al día siguiente me desperté en eso de las 8:30, bajé a desayunar y no había nadie, luego empecé a escuchar ruidos extraños provenientes de la habitación de... Jeff creo(?, y yo pos.. como toda curiosa(:v) fui a ver qué pasaba. Subí las escaleras nuevamente, rastreé la habitación de Jeff por medio de los ruidos y lo encontré, porque decía en cada puerta el nombre de a quién pertenecía cada habitación, y yo rastreando. Qué tonta.

Pérate. Algo anda mal.

Al abrir la puerta con sumo cuidado alguien me lanzó una daga o cuchillo, y al segundo de que lo hizo, lo esquivé con suma velocidad, dándome la ventaja para entrar y ver qué era lo que estaba sucediendo,

¿Con quién me encontré?

Con Nina. Tratando de ahorcar a Jeff(Uff 7u7).

Me apresuré para separarlos y conseguí sacarle a Nina que estaba encima de Jeff.

— ¡Ya suéltame!

— ¿Se puede saber por qué intentabas asesinarlo? — Pregunté seria mientras tenía mis brazos sobre su cuello para que no intente escapar.

Empezó a sollozar. — ¿P-por qué tuviste que irte con Jane, si tú sabes que estoy enamorada de ti? ¿Por qué? ¿¡Por qué!?

Hubo silencio. Nadie dijo nada. Hasta que vino un milagroso mosquito con su bonito ruido a salvar el día, peero...

Nina mató al mosquito de un manotazo :(.

— Ven, Nina. — La abracé por los hombros y fuimos a la planta baja.

— Todos los hombres son iguales. — Sollozó. — Le das todo lo que tienes y de igual forma tus esfuerzos son en vano, te miran como si fueras alguien que no vale nada y se van con alguien mejor que tú. — No aguantó más rompió en llanto y la abracé.

— No, no todos son así.

— Sí, todos son así.

— Pronto lo entenderás. — La miré con dulzura y le di un pequeño beso en la frente.— Eres una chica maravillosa, te prometo que habrá otra persona en la cual te amará más que a nadie.

— _______(tn).

— ¿Humm?

— Gracias.

— No hay de qué, después de todo al parecer si tengo corazón. — bromeé.

— Muy raro como para que seas una asesina. — Se rió.

— Al menos te hice reir. — Sonreí.

Me miró y me abrazó tal como una hija a su madre. Ahk.

— 30 minutos tarde, ________(tn).

Al escuchar la voz de Bloody di un salto y por instinto tiré un cuchillo a su dirección.

— Vaya que eres lenta. — Pude sentir que detrás de su máscara me miraba burlón. Idiota.

— No me desafíes. — Le advertí.

— ¿Y a parte de lenta, intentas dar miedo, pitufa?

— ¿Cómo me llamaste?

— PITUFA. — Repitió separando en sílabas, tratando de hacerme enojar. Y lo logró el muy descarado. Corrí velozmente para estar detrás de él, al momento que llegué quise encajarle un buen puñetazo que le marcaría en toda su maldita existencia, pero él fue más rápido y en un movimiento agarró mi brazo colocándolo en mi espalda.— Uno, tienes que estar atenta, dos, siempre vista al frente, y tres nunca bajes la guardia. Entiende esos tres puntos y luego hablamos, pitufa.— Sonrió de lado.

— Pff.— Fue lo único que dije luego de haber recorrido toda la casa.


Como 2 horas después...


— Y éste es el patio.—Yo venía distraída caminando y cuando Bloody se dio la vuelta sin querer choqué con su pecho, nos quedamos mirando un largo rato hasta que reaccionó. — Mira por donde vas, vamos camina.

— Si, lo siento.— Me ignoró y volvimos a la casa y yo siguiéndolo por detrás. 

Pero que trasero se carga este tipo uff. Bueno vamo a calmarno porque o sino lo va a no..-

— ¿Qué haces? ¿Puedes dejar de acosar a mi trasero?

—  Pff ¿quién, yo? En ningún momento miré tu sensual trasero... ¡Digo! Tu estúpido trasero, estaba mirando eh... ¡Esa flor! Si, esa pequeña flor. — Reí nerviosa, y sí, justo al agarrar ese pequeño y sencillo girasol, vino cierto perro no muy normal... ¡A mear en mi ropa! 

— No mames _____, ¿tan mala suerte es que tienes?— Me miró Bloody cagado de risa quitándose una lágrima de sus ojos.  

— ¡Cuídate por dónde vas!— Vino Jeff molesto.— ¿Estás bien campeón?— Y... supongo que habrá mirado con cariño al perrote.

Lo miré indignada— ¿Qué? ¡Pero si tu perro en un momento de loquera anormal vino y me meó encima!

— Mi culpa no es.— Alzó sus hombros.

—  Ash.— Rodé mis ojos.

Bueno, después de un regaño de Bloody de 30 minutos(Literal, he contado hasta los segundos) fuimos a casa con la mirada fulminante de Bloody puesta en nosotros, pero aún más en Jeff, ¿por qué? no sé.

— ¡Buenas mi gente!

Nada que decir. Ayos.


.

La llegada de la hija de Lucifer (Creepypastas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora