Capítulo 1 Parte 2

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Su cabello oscuro se movía como hileras de pasto ante el cálido viento desértico y su mirada se marcó en mí, aquellos hermosos ojos penetraron en la profundidad de mi ser. Camine inseguro con una sonrisa en cara contemplando aquella mujer como una deidad que bajo del cielo para acompañarme en mi travesía, pero antes de llegar a su lado mis piernas sucumbieron y caí de rodillas paralizado por completo sin poder decir una sola palabra, sentí entonces su mirada desde las alturas y una mueca de timidez se hizo presente en mí. Quería levantarme, deseaba tanto llegar a su lado, anhelaba conocerla, quizás ella supiera quién soy, tenía tantas cosas que preguntarle, pero mi cuerpo no reaccionaba y su imagen empezó a diluirse ante mis ojos como si de un cruel espejismo se tratase, y de nuevo la desesperación se hizo presente en mí. «Que estupidez», pensé, «todo esto es una completa estupidez», días completos de caminatas sin fin en este desierto eterno y nunca nada me impidió levantarme, pero ahora estaba doblegado ante la silueta de la joven que cada vez se hacía más borrosa ante mis ojos, «si es una broma de un dios supremo es bastante cruel», me dije a mi mismo, mientras mis parpados caía lentamente envolviendo en negro la visión que tenia de ella.

—¿Estás bien?

Un escalofrió recorrió mi cuerpo al escuchar esas palabras que resonaron en mis oídos por un instante, mis parpados volvieron abrirse y quede perplejo ante lo que visualizaban mis ojos, aquella agraciada joven se encontraba frente a mí con la mano extendida en señal de ayuda mientras una hermosa sonrisa se dibujada en su rostro.

—¿Eres real? — dije con cierta incertidumbre sin quitar mi vista de la calidad expresión que tenía.

-—¿Soy real? No lo sé, me suelo preguntar eso muchas veces— río divertida ante mi pregunta, tal vez había olvidado quien era, pero aún podía reconocer bastante bien el sarcasmo y no pude evitar reírme ante su respuesta.

Nuestras risas llenaron de calidez mi alma errante y fue entonces que una pequeña luz esperanzadora volvió a mi vida, los días grises empezaron a tomar color y la soledad fue reemplazo por una nueva compañía. Por alguna razón sentí que las respuestas que buscaba empezarían a revelarse pronto, quizás fue solo la ingenuidad del momento, pero de algo si estaba seguro, este desierto ya no era más mi prisión solitaria. 

El Desierto de mis pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora