Cap. 3 - Quédate Conmigo

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Narra Agoney:

Domingo, ya es domingo y llevo 4 días sin intercambiar palabra con Raoul.Tras el momento incómodo de hace unos días no se había parado ni a dedicarme un simple "Hola", aunque he de admitir que yo tampoco a él. A los otros concursantes les extrañaba y se les dibujaban caras de sorpresa cuando nos veían cerca pero no intercambiabamos palabra alguna.

Nos encontramos en la hora del mediodía, esa maravillosa hora en la que solía sentarme con el rubio a comentar cómo iba nuestra mañana, quizá me estaba habituando demasiado a estar con el catalán y era algo que no debía hacer, pero era demasiado tarde para retroceder, supongo.

-Agoney -me llamo Nerea mientras se servía unos San Jacobos - te noto bastante ido, eh

-No se que me pasa chiquitina, estoy en otro mundo - le respondí con un tono humorístico.

-Ya, ya, en otro mundo - se toco la coleta que llevaba y señaló con la cabeza al rubio que se encontraba solo en la mesa del fondo.

- Eres de lo que no hay - negué con mi cabeza y al instante sonreí.

Ella se sentó en la mesa donde estaba Raoul, yo me senté a su lado, es decir, enfrente del catalán con mirada ausente.

Comimos entre miradas tímidas y sonrisas que se formaban en nuestros labios sin darnos cuenta, nadie había dicho palabra en todo el almuerzo.Los tres estábamos en silencio, Nerea sin comprender nada de lo que pasaba, algo normal, entendernos a mí y a Raoul era difícil, muy difícil.

Las horas pasaron y cuando me quise dar cuenta, entre ensayo y ensayo, estábamos sentados nuevamente alrededor de esas mesas de madera con la cena en nuestros platos.

Nerea y yo llevábamos de lujo nuestra canción, Manu tenía razón con aquellas palabras que me dedicó después del reparto de temas. Symphony había sido un reto para mí y mi voz , nunca me habría imaginado cantar una canción de este tipo y mucho menos que me saliera tan bien.

Estos días también he observado a Raoul con su tema "Dancing In The Moonlight", y joder, cómo se movía este hombre. La canción en sí le quedaba a la perfección y si encima le metías un bailecito pues era para estar babeando por sus huesos durante días.

- Por cierto, ¿qué tal lleváis Symphony?, por lo que he visto la claváis - preguntó Miriam.

-Tiene sus fallos, pero la tenemos controlada - le respondió Nerea, yo me mantuve en silencio. Ellas siguieron hablando de sus temas para esta gala, yo seguía un poco perdido en mis pensamientos hasta que alguien se levantó de la mesa, haciendo ruido de más.

Miré hacia Raoul que había provocado un estruendo al caerse su tenedor al suelo, lo recogió y se levantó con prisa, deshechando las sobras en la basura, saliendo dirección a la habitación lo antes que pudo. Me quedé intrigado por el qué le pasaba, pero antes de que pudiera reaccionar ya iba Mireya detrás suya, estaba empezando asustarme por el catalán y sus reacciones inoportunas.

Narra Raoul:

Me fui pitando a la habitación, notando la mirada fija de Agoney sobre mi nuca hasta que desapareció cualquier ángulo posible en el que me pudiera apreciar lo más mínimo.

Me había agobiado pensando en Agoney, para variar, nótese el sarcasmo. Me había agobiado pensando en que el a mí no me quiere como yo a él, él nunca se fijaría en alguien como yo.

-Raoul, ¿que te pasa? - Mireya cerró la puerta de la habitación una vez había entrado y se sentó enfrente mía.

-No sé que hacer, Mireya. Le quiero, y no sólo cómo un simple amigo, le quiero cómo algo más, cómo una persona a la que tener a mi lado siempre, a la que cuidar y que él también me tenga que cuidar a mí. Joder, me está volviendo loco.- expresé todo lo que quería cómo podía y mi corazón me permitía.

No saben nada de nosotros { Ragoney }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora