Enamorado de un mujeriego

Nuevo Semestre-Remy

Me estoy volviendo loco, Enrique aparece cada noche en mis sueños, en ellos me seduce y yo actuó como una bestia en celo, lo tomo en mis brazos y me impregnó de su aroma, la sensación de sus labios me llevan a un oasis de placer, se siente tan real.

Tengo miedo de sentir repugnancia de mí mismo al despertar.

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Soy un desastre, esta fue la última semana del seminario y Enrique no apareció. No tengo forma de contactarlo, tengo su celular en mi poder, el cual no deja de sonar, lo conteste solo una vez pensando que quizás se trataba de él, pero me lleve una desagradable experiencia al hablar con un hombre bastante agresivo, que me dijo hasta de lo que me iba a morir. "¿En que demonios está metido Enrique?" pensé.

Me es imposible poner atención en la escuela. La asesora de tesis me pidió un avance pero me es muy difícil terminarlo yo sólo, le comente la situación en la que me encontraba.

-Yo no hice las parejas, les di la oportunidad a cada uno de ustedes, de que decidieran con quien trabajar -dijo molesta- tu quisiste trabajar con él, llevan cuatro años juntos, no creo que no supieras si el trabajaba o no, te voy a dar hasta el fin de semana, aunque no debería, esta la única vez que hago algo así.

Yo solo asentí, no tenía cara para decirle nada. Camine hacia mi asiento mientras miraba en los ojos de mis compañeros, "el te lo dije", que nadie se atrevía a repetir. Hice lo que mejor se hacer, fingir, relaje mi expresión y me puse a trabajar.

-¿Necesitas ayuda? -pregunto Cindy.

-Na -conteste rápidamente -chu, chu déjame sólo, me estas haciendo perder el tiempo.

-Payaso -me contesto enojada.

No me gusta deberle favores a nadie y menos a ella, se que lo dijo con la mejor de las intenciones pero en ese momento quería estar solo.

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No se como pero lo logré, no lo termine del todo pero con lo que pude hacer alcanzaría por lo menos un 7, para no reprobar. Tengo dos semanas de vacaciones, ya no tengo oportunidad de ver a Enrique y la angustia de no saber cómo está me atormenta día y noche.

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Sólo fueron dos semanas, pero para mi fue una eternidad. No dejaba de pensar en él, en como estaría.

Rebeca me invito a salir varias veces, pero me negué con pretextos absurdos, se bien que ella no me creyó pero conociéndola, lo mas seguro era que se dio cuenta que algo me pasaba y me dio mi espacio. ella me conoce mejor que nadie, tengo miedo de que llegue el día en que note, lo que me esta pasando.

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Hoy inicio el nuevo semestre, nunca había estado tan ansioso por llegar a la escuela. En toda la noche no pude dormir.

Fui el primero en llegar al salón, me senté lo mas cerca de la puerta, las ganas de verlo me estaban matando.

Comenzó la primera hora y aun no tenía noticias de él. Por mas que lo intentaba no podía dejar de ver la puerta, tenía la esperanza de que en cualquier momento el entrara.

Comenzó la última clase y mis esperanzas se habían esfumado, todo el día me aguante las ganas de orinar, sentía que mi vejiga explotaría, aprovechando que el profesor aún no llegaba, corrí al baño. Al entrar al salón Enrique ya había llegado, corri rápidamente hacia él, por primera vez en mi vida no pude contener mis sentimientos.

Al estar frente a él, me quede paralizado, no sabia que decir, él no se había dado cuenta de mi presencia, estaba platicando con sus amigas.

- Enrique, creo que te habla Remy - Dijo Sonia señalandome.

Sentía el corazon se me saldría del pecho, durante las últimas semanas, me la había pasado pensando, que cosas terribles le habían sucedido. Me sentía tan aliviado.

- Remy - Escuche, la voz de Sonia, sin darme cuenta me había perdido en mis pensamientos.

Enrique me estaba viendo, esperando a que hablara, no me salian las palabras, recorde que tenía el celular en la bolsa, pues me la había pasado practicando que haría y lo que le diría cuando lo viera.

- Ten tu celular

- Gracias -me dijo mientras se volteaba a platicar con Sonia.

"¿En serio?" Después de todo este tiempo no me diría nada mas. Use toda la fuerza que quedaba para no perder el control.

- Estúpido, siéntate ya, la maestra ya entró - Me dijo Andrea.

Esas palabras me ayudaron a reaccionar, me fui a mi asiento, como siempre aparentando que nada me ocurría.

- Hoy, por razones de salud, el profesor Ramón no va a poder venir, así que aprovecharemos esta hora para que le avancen a su tesis- dijo la profesora Mendoza- pónganse en parejas.

Todos comenzaron a juntarse, voltee a ver a Enrique, al cual no se le miraban ganas de trabajar, seguía platicando con Sonia.

- Vente para acá - dijo Cindy - vamos a jugar al uno.

Ya era costumbre, para nosotros jugar eso, cuando no teníamos nada que hacer. Acepte quería distraerme, aunque por mas que lo intentará, no podía dejar de verlo.

Decidí hablar con él acabando la clase, pero cuando menos me di cuenta se fue, sali corriendo tras de él, teníamos que hablar. Le grite varias veces pero parecía no escucharme.

Cuando estaba a punto de salir de la universidad, Andrea quien estaba afuera platicando con Beatriz, escucho mis gritos y lo detuvo.

Agitado me acerque, él parecía fastidiado.

- Wey ya voy tarde al trabajo, dime lo que me tengas que decir rápido.

- Es sobre la tesis -no sabia que más decirle - ¿Por qué no viniste la última semana?

- Asuntos personales -Me dijo enojado - En verdad, ya voy tarde, si eso era todo lo que me tenías que decir me voy.

- Espera - lo detuve - hay algo más que te quiero preguntar, ¿Por qué te fuiste de mi casa? Sin decir nada.

La cara de Enrique cambio completamente, se miraba furioso.

-¿En verdad preguntas eso? , ¿no te acuerdas de lo que paso?

- No, ¿De que me tengo que acordar?, ¿Qué pasó? - pregunte intrigado.

La cara de Enrique automáticamente cambio, parecía aliviado.

-Nada, nada paso - suspiro - sólo que mi mamá, me hablo, me necesitaba en la casa, con las prisas colgué y deje mi celular en tu sillón, bueno bro, ya me voy apenas y alcanzó a llegar.

Su respuesta no me dejo convencido, era obvio que había algo que no me quería decir.