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El entrenamiento de los caballeros de bronce había tomado un breve receso. Todos se dirigieron hacia las bancas para saciar su sed.
El agua escurría por sus esculturales cuerpos, y el sudor hacia una vista excitante para cualquiera.
Las parejas fueron formadas, un duelo estaba cerca.
Como era de esperar; Seiya pelearía con Shiryu. Y Hyoga contra Shun. Mientras Ikki se retiraba pues su entrenamiento había empezado desde mucho antes que los demás.
El combate comenzó, los ataques del pegaso eran fuertes y rápidos, sin embargo; escudo de Shiryu honraba su nombre como el más fuerte de entre las 88 armaduras.
Era igual que el torneo galáctico que alguna vez tuvieron, sólo que en esta ocasión ya eran más fuerte y cuidadosos con sus puntos débiles.
Ambos cayeron exhaustos al suelo y pidieron tregua.
Era el turno de Hyoga y Shun.
Sus ojos se perdían en los del otro, no había ningún otro ruido que no fuera el de viento alborotando sus cabellos.
— ¡¿Qué esperan!?. — Gritó Seiya al ver que ninguno de los dos estas dispuesto a dar el primer ataque.
Ambos voltearon su mirada a Seiya y nuevamente la regresaron a sus ojos.
Hyoga sabia perfectamente que Shun no daría el primer paso. Así que sí querían empezar, el tenía que atacar.
Y así lo hizo, el primer ataque de Hyoga fue el polvo de Diamante. Ataque que Shun se limitó a esquivar. Las cadenas de este, al sentir el ataque se tensaron a dirección al rubio. Sin embargo, Shun las contenía con fuerza para que estas no atacaran.
Los golpes helados continuaron hasta el punto de cubrir con hielo el lugar y lograr una ventisca helada.
— ¡¿Por qué no me atacas de una vez!? — Exclamó Hyoga molesto.
Pero Shun no contestó, solamente lo miró con aquellos ojos de sufrimiento e inocencia. Mirada que sobresaltó a Hyoga
— ¡Agggghht! — Refunfuñó mientras atacaba con "Exclamación de Aurora"
— ¡Defensa rodante! — Las cadenas rápidamente cubrieron su cuerpo evitando el ataque.
Sin embargo el ruso no se daría por vencido tan fácilmente.
Se encarreró hacia él sin recordar el poder de la cadena.
Una corriente de variados volteos recorrieron su cuerpo.
— ¡Hyoga! — Al ver la situación, Shun golpeó a Hyoga con las cadenas haciendo que este se golpeara contra una de las grandes montañas que rodeaban el lugar de entrenamiento; apartó las cadenas deshaciendo su defensa y corrió hacia su amigo caído.
