Esquirlas en el Alma

Lagrima de Mar

Querida Marrie:

Te escribo esta carta porque no me atrevo a decirte todo lo que quiero decir en persona, no porque no tenga el valor de hacerlo, sino porque no quiero que veas mi rostro al hacerlo.
Empezaré por decirte y recordarte lo mucho que te amé, lo mucho que extrañaré que vengas a mi casa y que mamá te reciba como parte de la familia y hasta te quedes a cenar, extrañaré esas madrugadas llenas de música, comida y diversión.
¿Recuerdas aquella vez en el lago? Fue muy divertido oírte gritar mientras te levantaba en mis brazos para meterte al agua, y cómo renegabas por mojar tu perfecto cabello.
Eran tan bellos los días cuando estábamos juntos, siempre que estabas tú, el momento se hacía perfecto.
Bueno, como no todo es color de rosa también tengo que admitir que tuvimos problemas y momentos difíciles, como cuando murió nuestro cachorro y fue todo culpa mía, aunque ya me lo hayas perdonado yo jamás me lo perdonaré.
Mi hermanito aún me pregunta por ti ¿sabes?, siempre le digo que estás de viaje y que pronto volverás. Aunque dentro de mí sé que eso jamás pasará, algún día podré decirle toda la verdad, a medias claro.
Sin embargo mamá ya lo superó, como yo también aprendí a superarlo. Si lo sé, no parece que fuera así ya que te estoy escribiendo, pero la verdad es que lo hago para poder decirte todas las cosas que no te dije cuando estábamos juntos.
Te amé, te amé mucho, demasiado, siempre me parecerás la mujer más hermosa del mundo, siempre admiraré tu ego altivo tan pronunciado que no dejaba que ninguna crítica alcanzara a lastimarlo, siempre elogiaré tu fuerza y tu temple. Me podía pasar horas acariciando tu cabello platinado, observando tus ojos grises y besando tus labios rosas.
Nunca creí lo que decían de ti, nunca me detuve a escuchar los comentarios, jamás quise darle crédito a simples rumores que la verdad interpretaba como simples chismes de gente envidiosa que quería vernos separados.
Siempre creí lo que tú me decías y confiaba ciegamente en ti, aunque eso me haya costado el separarme de mi familia y de mis amigos. Perdí muchas cosas por estar contigo pero nunca me importó, porque te amé.
Pero las cosas no siempre son lo que parecen, y cuando descubrí que me engañaste por más de 4 meses con mi mejor amigo, descubriéndolos revolcándose en mi propia cama, pude comprender que aunque nunca sabré si todo lo que decían de ti era cierto, al menos sé de donde sacaban todos esos chismes.
No puedo negar que eres una mujer hermosa, pero eres tan parecida a una lagrima de mar, hermosa a la vista, un animal tan hermoso de admirar, tanta belleza junta en serio es irreal, pero así como es bello, tiene un veneno capaz de provocar la muerte de un hombre de la misma manera que tu provocaste mi muerte, porque sí, desde aquel día estoy muerto, porque destruiste mi alma haciéndola pedazos, y cuando creía que no podía sentirse más dolor cada noche era más dolorosa que la anterior.
Te escribo porque quiero que lo sepas, y no para que me tengas lástima, sino para que sepas que te perdono, y que no te tengo los mejores deseos, pero si algo espero, es que nunca tengas que sufrir… como sufrí yo…

Atentamente,

Mathías.