El último gran felino de Europa ha sufrido una disminución alarmante en el número de ejemplares en los últimos 50 años, hasta el punto de convertirse en el felino más amenazado del planeta, según la UINC. La destrucción de su hábitat, la disminución de la población de conejos y los atropellos son las principales amenazas a las que se enfrenta el lince ibérico.