Se dice que hay menos de 4.000 tigres en el mundo que viven en su hábitat natural y su supervivencia está cada vez más amenazada, sufriendo un acelerón en los últimos años. De nuevo la caza es el elemento principal que ha impulsado a ello, aunque también influye la deforestación, una consecuencia indirecta de la acción del ser humano. El tigre de Java y el de Bali ya se extinguieron y, a pesar de que su carne no se usa habitualmente para la nutrición, los tigres se cazan para aprovechar su piel, que se paga a altos precios en el mercado. Una de las clases más amenazadas son los tigres de Bengala.