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Estaban tranquilamente Jin y su pequeño Kookie estudiando las vocales y demás, todos temas básicos, pues el menor recién ingresaba a la escuela.

—Kookie, la ‘p’ y ‘e’—

—Pe—respondió el chiquillo.

—La ‘l’ y ‘o’—

—Lo—

—Okey, y la ‘t’ y ‘a’—

—Ta—

—Bien, ¿que dice?—preguntó Jin.

—¿tomate?—



Jungkook reprobó preescolar dos meses después y fue obligado a vender mazamorras en la esquina del barrio para subsistir hasta que una empresa de productos higiénicos para el aseo del baño lo contrató, y así pasó a formar parte del logo de Mata Ratas al disfrazarse de rata, ganó miles de dólares y se compró un Iron man de tamaño real.

Jin continuó con el trabajo de mazamorras hasta que una desafortunada tarde una cucaracha paso junto a él, alterándolo, causando que cayera en brazos de un morenazo canela pasión del cuál se enamoró y resulto ser nada más ni nada menos que el jefe de producción del pan Bimbo en toda Corea, se casó y con el dinero del Ramón compró su propio salón de belleza.

Ramón, Ramón simplemente un día, gracias a una bendita cucaracha (sobreviviente de la fumigación gratuita de la empresa de Kook), tuvo en cuestión de segundos a su esposa en brazos, literalmente, quién con su salón de belleza llevó a la sucursal Bimbo a la quiebra y terminó por vender mazamorras afuera del salón de su esposa.

Lección; no c que es una mazamorra.

BTS being a brokenheartedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora