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-Eres un trozo de mierda.-Me dijo mientras se reía de mí.-¿A qué esperas? ¡Pégame! Lo estás deseando pedazo de puta.. Pero ten cuidado porque te la voy a devolver más fuerte.-Me miraba con odio, como si yo fuera despreciable. Me miraba mordiéndose el labio. Con rabia. ¿Por qué tenía esa rabia contra mí?

Yo estaba en el suelo,tirada como basura,con la camiseta rota y el pelo enredado. Me dolía la cabeza, no quería levantarme.  Todo volvería a empezar.

Miraba un trozo de pared,pensando como podía haber llegado ahí,otra vez. Era el segundo chico que me maltrataba. Como pareja..

-¿Por qué cojones no te levantas ahora pedazo de mierda?¿Ya no eres tan chulita no?¿Ahora sí que te callas?-Se reía,  era escalofriantemente cruel.

El dolor que sentía en ese momento me carcomía por dentro. Todo lo que ocurría en esa casa, se quedaba en esa casa. Las lágrimas salían de mi rostro sin parar, y aunque intentaba contenerlas no me era posible. Tenía tanto dolor dentro que tenía ganas de morirme.

Se sentó en el sofá,hablando de lo mucho que se arrepentía de haberme conocido.

Sus palabras me dolían más que sus golpes, solo quería escapar de ahí.

Por favor cállate, por favor cállate.-pensaba para mí.-Necesitaba que cerrara el pico.

-¡Y encima te querías ir!-Se levantó.-¡Después de hacerme pegarte otra vez!-Se acercó a mí y me levantó la cara,obligándome a mirarle.-  ¿La lías y quieres irte? ¡JÁ! ¡Pedazo de hija de puta!- dijo cogiéndome de la cara con esa cara de loco que tanto me aterrorizaba..Abría los ojos como si estuviera colocado,se mordía la boca mientras los abría,parecía que quería controlarse, controlar ¿el qué? ¿Qué cojones quería controlar?

Si yo me quisiera un poco más, si solo me quisiera un poco más.. si yo me quisiera, no estaría aquí..

Pero aquí estoy,sufriendo como una estúpida, aguantando lo que me  juré y perjuré que jamás volvería a pasar.. Y yo era de las que decía, que no necesitaba a nadie que me quisiera. Pero eso es mentira, porque todos necesitamos a alguien que nos quiera,porque todos necesitamos que nos quieran.

Me agarraba de los mofletes,mirándome la cara, apretándomelos. Haciéndome daño, mirando la cara que ponía según iba haciendo más fuerza. Y chillé. Porque me hacía daño. Chillaba.

Y me soltó,dejando que cayera al puto y frío suelo.

IndependienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora