Capítulo 1

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- Mierda!

Giro a la izquierda consiguiendo el mismo resultado que cuando giré a la derecha, me he perdido. Otra vez.

Por enésima vez se me acerca un turista con pinta de haber pasado demasiado tiempo bajo el sol, por alguna razón me recuerda al cangrejo de La Sirenita.

- Disculpe, ¿sabe dónde está el puesto de burritos?- preguntó el cangrejo con acento alemán.

¡¿Acaso tengo cara de saber siquiera dónde estoy?! Y ahora no solo estoy perdida, también me apetece un burrito.

- Un momento, voy a preguntar a mi supervisor- dije con mi mejor sonrisa para después salir corriendo.

Mi huida hubiera triunfado si no fuera porque cinco metros más tarde choqué con una pared.

- ¡Ojos al frente!- me gritó la pared... Espera ¿la pared?

Cuando miro al frente me encuentro con una camiseta del Campeonato de Waterpolo. Dirijo mi mirada hacia arriba y veo unos ojos azules que destacan aun más en contraste con el pelo negro, sus labios se mueven pero el sonido no llega a mis oídos.

-¿Eh?- sentía como el rubio de Alyssa se me estaba pegando.

- Mira vamos a acabar con esto rápido, he hecho una apuesta con mis amigos- cada vez entendía menos- debo conseguir tu número, lo cual sabemos que me resultaría muy fácil.

Será gilipollas, quién se cree ¿Chris Evans?

- ¿Perdona?

- ¡Va! Que no me quiero perder el partido.

- Ojalá te caigas y te ahogues.

Me giro para irme como una diva, entonces un recuerdo me golpea, estoy perdida. No me queda más opción que...

- ¿Sabes dónde está la taquilla?- dije con cara de ángel.

-Eres voluntaria, deberías saberlo.

Puse los ojos en blanco.

- ¿Me lo vas a decir, o no?

- Te lo diré, a cambio de tu número- me guiñó un ojo y se alejó.

Varias vueltas después escuché a Ed Sheeran cantando Shape of you, la decepción llegó al darme cuenta de que era mi móvil. En la pantalla aparecía el nombre "Alyssa".

- ¿Qué quieres?

- ¿Qué quiero? ¿Se puede saber dónde estás? Hace una hora que te fuiste al baño.

- No es mi culpa, ¡esto parece un puto laberinto!

- Sólo hay cinco pasillos, es culpa de tu pésimo sentido de la orientación.

-¿ Vas a seguir burlándote de mi o me vas a ayudar?

- Quedate dónde estás, iré a buscarte.

-¡ Muchas gracias! ¡No sabes cuánto te quiero!

- Me alegro, porque me he comido tu desayuno- dicho esto colgó.

¡Maldita! Vaya traición...

Cinco minutos más tarde Aly apareció con una sonrisa pícara y dijo:

- Me he encontrado con un grupo de chicos guapísimos. Adivina qué me han dicho.

Aguas OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora