Ep. 5

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No hay que mal entender las cosas, no es que yo estuviese celosa que mi jefe y su novia ahora se hubieran comprometido. Sino más bien, los envidiaba porque vamos, tenía un novio desde hace siete años el cual estaba más preocupado por su físico que por mí, éramos polos realmente opuestos, tanto que me llegaba a preguntar si realmente éramos una pareja real y estábamos juntos porque nos amábamos o porque solo estábamos acostumbrados al otro. Por ello envidiaba a William y Alicia, porque ellos tenían lo que probablemente yo no tendría nunca.

Luego de un día agotador en la oficina había llegado a mi departamento para tirarme directamente en el cómodo colchón, moría de hambre pero estaba bastante cansada como para prepararme un simple huevo frito, así que decidí ordenar una pizza. Había tomado mi teléfono móvil y estaba a punto de marcar cuando éste sonó con esa conocida melodía que le había elegido a Patrick para distinguirlo de las demás llamadas.

— Hey Pat, de verdad lo siento por colgarte así. Surgió un problema.

— No te preocupes, Lou. Solo llamé para darte la buena noticia. — Su evidente entusiasmo era muy obvio, aunque no pudiese verlo podía imaginarlo con esa orgullosa sonrisa y sus mil formas de mover las manos. — A que no adivinas.

— ¿Ganaste otra carrera?

— ¡No! — Respondió. — Bueno sí, pero la noticia es otra. Gracias a esa carrera me gané un viaje a Londres.

— ¿Qué? ¿Hablas en serio?

Al escuchar aquello de inmediato me senté en el borde de la cama con una sonrisa de oreja a oreja en los labios.

— ¡Sí! Más o menos en un mes estaré allá para correr un maratón muy importante en Londres, ¿no es increíble?

Por un momento quise decirle: Hey, yo estoy en Londres. Estaremos juntos, te oigo muy emocionado por estar juntos y no porque vas a correr otro maratón. Pero en vez de eso fingí emoción y no decepción. La llamada duró unos diez minutos donde él me contaba cómo es que se iba a preparar, una vez nos despedimos y colgué ordené una pizza familiar con doble queso y pepperoni; al menos la pizza no me desilusionaba como Patrick.


Al día siguiente llegué a la oficina muy temprano como todos los días y al sentarme frente a mi escritorio saludé a Cally.

— El jefe me dijo que cuando llegaras fueras directo a su oficina, Louisa. — Me dijo y luego de un suspiro me dispuse a ponerme en pie pero el sonido de la tela de mi falda desgarrándose me hizo abrir los ojos del terror y volví a dejarme caer en la silla. Mi madre había echado esa falda en mi equipaje porque era bastante formal y yo no tenía mucha ropa formal en mi armario, el problema es que la prenda tenía más años de vida que yo y ahora se había desgarrado por el muslo.

— ¿Hay algún problema, Lou? — Escuché preguntar a Cally y me limité a negar.

— Solo... solo, un pequeño problema pero ya lo arreglo. — Respondí entre risas nerviosas y alrededor de mi cintura amarré el saco para disimular. Luego de echarle un vistazo varias veces al mismo y de asegurarme que éste cubriera bien el desgarre anduve hacía la oficina del señor Traynor.

Él se encontraba leyendo algunos papeles así que pareció no notar que ya había pasado por lo que carraspeé un poco para hacerme notar, mi jefe levantó la mirada de lo que sea que estaba leyendo y prosiguió a dejarlos sobre su escritorio.

— Puede tomar asiento. — Pidió señalando con la mano una de las dos sillas frente a su escritorio, yo de inmediato y agarrando el saco alrededor de mi cadera caminé hacía la silla. Él me vio extrañado frunciendo el entrecejo pero no dijo nada. — Bien, usted es una chica.

— Gracias por notarlo. — Respondí en voz baja.

— ¿Perdón?

— Nada, nada...

— Bueno. — Suspiró y yo le sonreí. — Estaba pensando que ya que usted no tiene tanto trabajo como Cally, puede encargarse de ayudar a Alicia. Algo así como una planeadora de eventos, no es algo complicado, solo tendría que ayudarla con el vestido, invitaciones, el salón, iglesia y todo eso.

— Pero yo no tengo experiencia como planeadora. — Contesté. Aquello que me estaba pidiendo era una tarea enorme para mí, ni siquiera sabía planear fiestas de cumpleaños. Bueno, solo el de Thomas pero no era difícil elegir cosas para una fiesta infantil o contratar payasos y no para un evento tan grande como una boda.

— Lo sé, por eso Alicia le va a ayudar. Solo usted va a echarle una mano, recibirá una paga extra por esto. — Los ojos de súplica de mi jefe me hicieron aceptar en un suspiro.

Por un momento el problema con mi falda se fue al olvido y le di la mano al señor Traynor en señal de que habíamos pactado un trato. Sin más me puse nuevamente en pie para salir de ahí.

— Louisa... — Le escuché decir en un murmuro con su mirada posada en mis piernas.

— ¿Sí?

— Creo que tiene un problema con su falda.

Y fue entonces cuando recordé que mi falda estaba rompiéndose y amenazando con dejarme en bragas frente a mi jefe, de inmediato me tapé nuevamente con las mejillas encendidas de la vergüenza y pidiéndole disculpas me retiré de ahí para ir corriendo al baño luego de que Cally me consiguiera unos pantalones.



Organizar una boda no era tan complicado como pensaba, tal vez era el hecho de que la prometida de mi jefe ya tenía todo en mente. Por mi parte ya tenía varios lugares para la boda, nunca pensé que pudiera ser tan buena para organizar eventos y además que la tarea me estaba divirtiendo y el señor Traynor estaba feliz con todo lo que estaba haciendo. Nuestra relación se había fortalecido en esos días pues compartíamos ideas además del trabajo, en una carpeta tenía todo listo y perfectamente organizado, incluso tenía bocetos para las invitaciones que junto a Alicia y mi jefe veíamos. La boda se celebraría solamente en un mes y medio así que tendríamos que darnos prisa.

Llegado el día de ver los vestidos había acompañado a Alicia junto a la madre de Will a una enorme tienda para vestidos bastante famosa, podría decir que nunca había visto tantos vestidos en mi vida, todos eran hermosos y no pararse a contemplarlos era algo imposible.
Yo no era una chica que se preocupara mucho por su boda, menos teniendo un novio como Patrick pero imaginarme en uno de esos vestidos blancos me hacía sonreír.

— ¿Qué les parece este? — La voz de Alicia me sacó de mis pensamientos y la miré, el vestido era de encaje de la parte de arriba y liso de abajo, el velo caía por sus hombros y terminaba a mediación de su espalda, parecía una princesa. Su sonrisa emocionada me hacía ver lo entusiasmada que estaba por casarse con el señor Traynor.

— Es maravilloso, me encanta. — Dijo la madre de Will enternecida al ver a su futura nuera vestida de blanco.

— ¿Qué te parece a ti, Louisa?

Su pregunta me hizo sonreírle y asentir. — Me encanta, creo que es precioso.

Los días pasaron rápido y la llegada de Patrick me había alegrado las primeras horas hasta que este se fue a entrenar junto a sus demás compañeros. Estaba demás decir lo sola que me sentía, mucho más con una boda en puerta que me hacía recordar que algo así nunca me iba a pasar.
Cuando llegué al trabajo fui a la oficina de William luego de que Cally me dijera que me necesitaba en su despacho.

— ¡Louisa! — Saludó con entusiasmo al verme entrar. Desde hace unas semanas era así, la mala vibra entre nosotros había desaparecido aunque de vez en cuando se comportaba bastante amargado pero era por el estrés del trabajo. — Le tengo una buena noticia.

¿También se irá a correr a un maratón? Estuve tentada a preguntar, reí para mis adentros. La última vez que me habían dicho que traían buenas nuevas fue cuando Patrick me dijo que iba a estar en Londres.

— ¿Cuál es?

— Usted, junto a Cally y las otras chicas serán las encargadas de llevar las bebidas. Algo así como las camareras, se nos ha olvidado ese pequeño detalle de contratar algunos camareros así que si me hiciera ese favor, le estaría muy agradecido.

Fingí entusiasmo ante la idea. Al final, ¿qué perdía? Además, un poco de fiesta no me haría daño. 

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2018 ⏰

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