Al llegar a la habitación, Maxon va directo a la ventana, y se queda allí, en silencio, de brazos cruzados y respirando hondo. Supongo que para calmarse. Suspiro y cierro la puerta. No me acerco a él, me quedo en el medio de la habitación.
—¿De qué querías hablar?—Le pregunto, seca. Se gira, y me clava los ojos. Yo no aparto los míos, no me dejaré intimidar.
—¿De qué quiero hablar? Creo que deberías saberlo.
—Pues no, no lo sé.
—Entonces te informaré. Quiero saber porqué estabas con ese chico y no conmigo, ¡Y! además, quiero saber porqué estabas agarrándole la mano y sonriéndole como si estuvieran compartiendo algo privado.—Su voz sube de tono con cada palabra. Abro la boca ante su descaro. ¿El abraza a sus amiguitas y yo no puedo tocarle la mano a un chico?
—¿Perdón? Primero, no estaba contigo, porque vos estabas muy cómodo abrazándote con esa chica, ¡Y!—imito su forma de casi gritar la <y>, haciéndole burla, un músculo se mueve en su mandíbula a modo de respuesta— segundo, le estaba dando la mano a Etienne porque necesitaba mi apoyo ya que él es...—Me interrumpo, no le diré el secreto, no está en mí decirlo. Maxon entrecierra los ojos hacia mi, y se aparta de la ventana.
—¿Él es qué? Vamos, dilo, no tengas miedo.
—Él me confesó algo, ¿Okey? Y necesitaba mi apoyo, por eso le di la mano.—Ladra una risa sin humor, acercándose a mí.
—Si, claro, esa debe ser su estrategia para que te acerques a él. El pobre chico necesita ayuda.—No me gusta, esta conversación no me gusta nada.
—¡Maxon! ¿Que rayos te sucede?... —No dice nada, solo me mira. Me enfurezco, nunca fui de carácter suave, y él no me lo pone fácil— ¿Y que hay de ti?—le digo de brazos cruzados. Me mira confundido.
—¿Qué?
—Que hay de ti, ¿cuál es tu estrategia con esa chica?—Se que no la hay, pero quiero saber qué contesta.
—¿De qué hablas América? No tengo nada con ella.
—¿No? Entonces solo estabas abrazando a una desconocida.—Aparta la mirada, enojado.
—No es una desconocida.
—Entonces dime quién es.—Silencio, cuando creo que no me va a contestar, habla.
—Es Daphne.—Yo solo lo miro, no sé quién es.—Daphne, la chica de la que mi padre habló, mi amiga de la infancia.—Oh... ¡Oh! Esa Daphne. Me enojo aún más si es posible al recordar las palabras del anterior soberano.
—Bien. ¿Que quería?
—Hablar, volver a vernos para ver si las cosas estaban incómodas entre nosotros.
—Y no lo estaban, por lo que pude apreciar.—Suspira.
—No, no lo estaban. Por eso nos invitó mañana a almorzar con ella.—Abro la boca, sorprendida, ¿Ir a comer con ella?
—¿Y le dijiste que sí, aún sin saber mi respuesta?—Lanza los brazos al aire, en un gesto impaciente.
—Asumí que no tendrías problema con eso, ¿Okey?
—Pues asumiste mal, ¿Que te hace pensar que quiero verla?
—Pues no lo sé, no tenía planeado esto.—Hace un gesto hacia los dos— Pero yo iré, ¿De acuerdo? Contigo o sin ti.—Sus palabras se clavan en mí. ¿Estamos en nuestra luna de miel, y se irá? ¿Con ella? Mi enojo disminuye, hasta quedar en nada, solo siento... Un vacío extraño, muy diferente a las cosas que sentí hace unas horas. Todo causado por el mismo hombre.
ESTÁS LEYENDO
Luego de la Elegida.
FanfictionDespués de haber leído los primeros tres libros de La Selección, ¿te quedaste con ganas de más? ¿de leer la primera vez de America y Maxon? ¿más ataques? ¿cómo America se convirtió en una buena reina? ¿cómo reaccionaron todos al saber del primer beb...