Recostado en su sofá, sus piernas a lo largo de la pared se movían sin cesar a un ritmo desconocido, un lápiz trazaba líneas en el interior de un pequeño cuaderno.
Así se encontraba Sehun.
Hace horas que estaba despierto, pues su insomnio no le daba el lujo de dormir lo que realmente quería. En la soledad de su pequeño apartamento compartido con un gigante de orejas grandes al que llamaba amigo desde que tenía memoria -del cual no sabía nada desde ayer-, se dispuso a dibujar en su sofá favorito.
Por dentro se arrepentía de no haber salido con su gigante amigo, pero al no ser tan sociable, decidió que lo mejor era quedarse solo.
Como siempre.
Se oyeron llaves sonar afuera de la puerta, un poco desesperadas. Luego un giro al pomo para terminar con un portazo "delicado". Pasos silenciosos se escucharon desde la puerta, Sehun ya sabía de quién se trataba.
–¿Kyungsoo o Baekhyun? ¿Quién fue esta vez? -dijo con toda la calma del mundo-.
El chico dio un pequeño salto colocando su mano en el pecho, exagerando un paro cardíaco. Puso una bolsa en la mesita frente a Sehun que hizo llamar la atención de este.
–Demonios, volviste a atraparme -Sehun soltó una pequeña risilla mientras se acomodaba naturalmente en el sofá-.
Chanyeol, su gigante amigo era tan predecible. Sabía perfectamente que cuando llegaba a tales horas, es que la pasaba con sus "amigitos".
–¿Eso es para mí? -dijo con los ojos abiertos ante la bolsa que reposaba en la mesita-.
–Nunca me olvido de ti cuando salgo, pero oye, no te lo termines todo. Me doy un baño y regreso -dice para abandonar la habitación-.Por eso Sehun quería a Chanyeol. A pesar de ser tan infantil y tan idiota a veces, nunca se olvidaba de él. Al abrir la bolsa se encontró con una caja que conocía a la perfección, pues eran sus donas favoritas.
Abrió la caja y se encontró con seis donas perfectamente glaseadas, acomodadas en la caja tan ordenadamente que a Sehun le entró un aire de satisfacción personal al instante.
Depositó la caja en la mesa y fue rápidamente a la cocina. Abrió la nevera y lo que encontró fue decepcionante, tenía que hacer compras inmediatamente si no quería morir de hambre. Sacó dos botellas de leche achocolatada y fue al sillón de nuevo, donde ya se encontraba Chanyeol, atacando una de sus preciadas donas.
Sehun ahogó un grito y corrió a ver el estado de la caja. Se calmó cuando vio que quedaban dos donas a salvo. Le dio un golpe en la cabeza a su glotón amigo para luego tenderle una botella de leche achocolatada y apartar la caja de él.
Luego de disfrutar plenamente sus donas, se dirigió a su cuarto ya que tenia una idea brillante que no podía dejar escapar.
Tropezó con un objeto a su izquierda, y cayó provocando un estruendo en el pequeño apartamento. Chanyeol corrió inmediatamente a ayudar a su amigo tendido en el suelo. Lo guió hacia su habitación y luego de asegurarse de que estuviera bien, fue a su respectivo cuarto.
Lo cierto era que Sehun tenía medio ojo ciego, debido a una enfermedad progresiva en sus ojos que con el paso del tiempo se iba poniendo peor.
Trataba de aprovechar al máximo lo que le quedaba de visión en hacer lo que más le gustaba, pintar. Pero a veces era tan difícil con la mitad de su ojo bloqueado. A raíz de esto, perdió tantos amigos y sus padres lo despreciaron y lo enviaron a vivir solo.
El único que se mantuvo a su lado fue Chanyeol, quien lo ayudó a salir de abajo y le brindó su compañía para siempre. Este le consiguió trabajo en una pequeña tienda al lado de donde vivían, mientras que él trabajaba de productor en una disquera importante. Los gastos nunca fueron altos, así que Sehun podía pagar el alquiler y sus cosas personales aparte de la comida de ambos, mientras que Chanyeol alimentaba la pasión de Sehun por pintar comprándole cada vez que podía instrumentos y pinturas nuevas.