Ya habían pasado varios días que había visitado al pelinegro al hospital, pero _________ se encontraba en un gran debate mental.
Su moreno amante no dejaba de llamar, y por algún extraño motivo no contestaba, si antes apenas el celular vibraba ya estaba entre sus manos. Se sentía confundida.
¿Cómo una simple vista superficial podía cambiar su manera de pensar?
Durante esos días, no pudo dejar de pensar en Sehun -recordaba su nombre perfectamente-, y ganas de verlo nuevamente ya florecían en su interior. Sabía que era incorrecto, ni siquiera conocía a aquel chico de mirada perdida y ya su alma rogaba por tener otro vistazo de su persona.
Ni ella podía entenderlo.
Estaba a punto de tomar otro sorbo de su café cuando el timbre interrumpió el silencio en su apartamento. Se levantó con desgana del cómodo sofá maldiciendo internamente al que se le haya ocurrido tocar su timbre y abrió la puerta.
–¿________? -era el mismo chico que le había entregado el paquete la vez anterior-.
–Sólo dame el paquete -dijo con desgano-.El pequeño chico de las entregas le tendió el paquete entre sus manos y antes de que pudiera musitar palabra alguna, la puerta se cerró en su cara.
________ no podía creerlo, era otro de esos paquetes con fea envoltura. Si esto era de parte del moreno como forma de "contesta mis llamadas ya que estoy urgido", al menos un moño rojo lo hubiera ayudado.
Desgarró el papel y ahora si que estaba asombrada.
Otra pintura.
Era muy similar a la primera que recibió, pero la única diferencia era que la mitad del cuadro estaba pintado de negro.
Kai tiene un pésimo sentido del arte pensó.
Igual que hizo con el otro, lo guardó en su habitación y regresó al sofá. Las brisas frías de aquella tarde habían enfriado su café y ya no lo tomó, pero lo único que no pudo congelar la brisa fueron los pensamientos por ese chico de ojos perdidos.
Si quería deshacerse de eso, pensó que la mejor manera era ir de compras.
A su tienda de cds favorita.
°°°
El turno de Sehun casi terminaba, se sentía feliz de volver a trabajar.
Luego de rogarle y prometerle que se cuidaría, Chanyeol por fin lo dejó ir a la tienda. Estaba recogiendo sus cosas listo para ir a casa, cuando la campanilla de la puerta sonó indicándole que alguien acababa de entrar.
Tuvo que hacer un esfuerzo casi inhumano para poder ver de quien se trataba, cuando tuvo al frente a aquella chica que le robaba el aliento, al menor se le olvidó hasta cómo respirar.
–Que bueno que te veo aquí, ¿cómo te sientes? -la voz de ________ inundó los oídos de Sehun al igual que su corazón-.
–Hola... pues me encuentro bi-bien... -los nervios lo carcomían lentamente mientras frotaba sus manos sudorosas en su pantalón-.
–Me alegra escucharlo... venía a comprar algunos cds, pero veo que ya vas de salida y no quiero molestar tu horario -habló ________-. Aprovechando ya, ¿te gustaría ir a comer algo? No tengo problemas en pagar, yo invito.Sehun tenía dos opciones.
Uno; perderse la oportunidad de comer algo con la chica de sus sueños o
Dos; pasar la mejor tarde de su vida con la chica de sus sueños.