「Cada vez que veo tu hermosa sonrisa, todo a mi alrededor toma color.」
—¿Qué haces? —un voz detrás del mayor se hizo presente, rápidamente escondió la hoja dentro de su cuarderno y lo cerró sin que él se diera cuenta—, hyung, Seokmin y yo te estuvimos buscando durante la hora libre, y nunca diste una señal de vida. —Se quejó Wonwoo—.
—Lo siento, estaba escribiendo unos apuntes de la clase de física que Soonyoung me dio —se excusó, para su suerte era cierto, pues tenía el cuaderno de su amigo a un lado—.
—Como sea, sígueme.
Wonwoo salió del salón, seguido de un Sungcheol preocupado, nunca lo llamaban si no se trataban de asuntos de vida o muerte, y en pocas ocasiones era para algo estúpido y su amigo no había especificado muy bien para que diablos lo estaban buscando.
—¡Por todo el amor de Dios! —Y ahí estaba Seokmin, gritando, como siempre—, ¿en donde diablos estabas?, ¿sabes cuánto estuvimos buscándote, idiota?
—Sí, y lo siento, ya sabes que no pude asistir a clases la semana pasada por... —calló por un momento, en realidad no quería contarles sobre el porqué de su ausencia durante toda la semana—, como sea, ¿para qué me buscaban?
Seok suspiró pesadamente, tratando de buscar la poca paciencia que le había quitado el chico que se encontraba enfrente de él.
—Ahora que lo dices... —rascó su nuca algo ¿apenado?—, no recuerdo para que te buscaba.
Wonwoo hizo a un lado a su mayor.
—Jihoon-ssi estuvo preguntando por ti, y bueno...
No tuvo tiempo de terminar, Sungcheol lo había interrumpido.
—¿Estás bromeando, cierto? —se sentía eufórico, de alguna manera—.
Seokmin asintió, seguido de un aturdido Wonwoo, el mayor había gritado tan fuerte que el pobre no tuvo tiempo de cubrir sus oídos o hacerse a un lado.
—Oh mierda, ¿en dónde está? —definitivamente quería saber para qué lo necesitaba—.
—¿Crees que somos adivinos? —respondió fastidiado Wonwoo, quien yacía con el ceño fruncido y sus brazos se encontraban cruzados—.
—Creo que está en el aula de música, quizá... —se encogió de hombre Seokmin—.
En un abrir y cerrar de ojos, Sungcheol había abandonado la sala en que ellos estaban. Sorprendentemente, ellos dos sabían a la perfección que su amigo estaba más que loco por el enano del grupo. A SoonYoung si que le haría gracia ver como su amigo "el inconquistable", fue atraído por un chico de una estatura demasiado pequeña.
—¿En qué estábamos? —Seokmin, tomó de las caderas a su acompañante, haciendolo apegarse a su cuerpo rápidamente—, ah, cierto
Wonwoo sonrió, sabía que su amigo, o mejor dicho, pareja, estaba apunto de continuar lo que habían interrumpido, gracias a la aparición de SoonYoung, y de la busqueda tan larga que les llevó al borde de la locura por unos instantes. Sí, Young fue quien les dijo que el más pequeño de su grupo estaba buscando a Sungcheol.
—No podemos hacer esto aquí, Seokmin-ssi, cálmate —susurró en su oído, el mayor bufó enojado—.
—Está bien, pero después de salir, no podrás escapar de mi esta vez.
Wonwoo rió al escuchar aquellas palabras, sabía mejor que nadie que su novio no era más que un lindo y amable perrito, o eso era lo que él creía que era.
. . .
"Nothing is easy.
In this exit-less, maze-like world
Happiness is only a word
It's just a Dream that everyone wants
But that doesn't make sense Yeah
I don't even wanna believe that Yeah
I just want it SIMPLE SIMPLE Oh".
A lo lejos, se podía escuchar a la perfección, la hermosa voz de Jihoon, un escalofrío recorrió el cuerpo del mayor al pensar en que lo molestaría en su práctica, así que decidió esperar a que terminara, o que al menos para el sonido de aquel piano y su voz.
Minutos después, Jihoon salió del aula con un bolso de lado y el forro de su guitarra, Sungcheol se levantó inmediatamente del suelo y le saludó con nerviosismo.
—¡Jihoon-ah! —el pequeño dio un salto, al parecer lo había sorprendido—, lo siento. —Se disculpó varias veces—.
—No te preocupes, estoy bien —respondió, en su voz se podía ver que le había sacado un buen susto—.
—Los chicos me dijeron que estabas buscándome, ¿para qué me necesitabas? —prenguntó de golpe, estaba muy nervioso—.
Jihoon frunció el entrecejo levemente, al parecer no sabía de qué hablaba su mayor.
—¿Quién te dijo eso?
Fue ahí cuando se dio cuenta de que todo era un asqueroso y sucio plan, entró en pánico.
—Seokmin y Wonwoo, por supuesto —habló rápidamente—.
—Ah, lo siento, pero yo nunca les dije nada a ellos —rió—.
Esa tarde iban a morir, si que morirían.
—Ya veo, perdón por interrumpirte, Jihoon-ah —se sentía apenado, después de todo—.
Jihoon negó —No tienes porqué disculparte, después de todo ya terminé de ensayar, hyung.
—¿Estás seguro? —respondió sorprendido—.
Él nunca había visto tanta amabilidad en su pequeño amigo. Siempre que le interrumpían en una de sus prácticas, nadie salía de allí para contarlo.
—¿Acaso vez que estoy mintiendo? —frunció el ceño, el mayor negó miles de veces—, bien, ¿quieres acompañarme a la cafetería? —Sungcheol lo miró con asombró por segunda vez en la tarde—.
—¿Hablas en serio? —estaba soñando, el pequeño negó, él no pudo evitar sonrojarse—.
—¿Aceptarás?... ¿Qué te pasa? —preguntó asustado, ver como tomaba aquel color tan de repente hizo que sus nervios salieran a la luz—.
Sung negó miles de veces, definitivamente quería salir a solas con él, ya que siempre que salían los demás iban con ellos dos.
¡Era su oportunidad!
—¡Vamos allá! —Tomó la mano del menor, haciéndolo correr junto a él—.
No muy lejos de allí se encontraba un sonriente SoonYoung, estaba feliz. Al fin podía ver a su hyung al lado de alguien, rezaba porque nada saliera mal entre esos dos.
Él había estado planeando aquel encuentro desde hace unas semanas atrás, y gracias a la ausencia del mayor la semana pasada se le hizo aún más fácil poder perfeccionar su plan, no quería que nada saliera mal, así que los siguió a una distancia considerable.
—Espero que esta vez no la cagues, Sungcheol —se dijo así mismo, rogándole a Dios para que no metiera la pata el mayor—.
