Capítulo 4

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(…)

Parece que es tarde pero mi cuerpo no responde como debería, un sentimiento de
angustia trata de levantarme pero mis ojos no responden pareciera que me pido a mí
mismo a gritos levantarme pero el resto de mi no responde como debería.

Entonces hago un último esfuerzo por levantarme y como si fuera poco un escalofrió recorre mi piel y al fin logro moverme, o al menos eso creí, mi cuerpo no había hecho nada, mis ojos estaban abiertos pero mi cuerpo no hacía nada mis ojos solo podían ver mi reloj despertador marcando la 1:40 AM, trataba de gritar pero todo era inútil hasta que me rendí por completo, solo sentía como mis lágrimas rodaban por mi nariz, para cuando intento rodar por mi cama solo siento como mi cuerpo cae y entonces reacciona.

Unos minutos más tarde me pongo de pie y me dirijo al baño, me veo al espejo y aún
están saliendo lágrimas de mis ojos, entonces me dirijo al interruptor de la luz, la apago y me tiro en el piso, al parecer dure mucho tiempo en el suelo para cuando me levanto miro los primeros rayos del sol entrar por la ventana del baño.

Mi cabeza da mil vueltas así que lo mejor es permanecer en el piso.

Un rato más tarde me vuelvo a poner de pie, al parecer no hay nadie en mi casa lo cual no me preocupa pues de alguna forma tendrían que regresar, me apresuro a bajar las escaleras, al bajar esta la televisión encendida, en ese momento supuse que alguien la dejo así, pero solo había estática y un sonido que al parecer su propósito era ensordecerte, luego de un rato sentado en el sillón me pongo de pie y escucho que alguien o algo afuera de mi casa tose y arrastra los pies, mi sangre baja de inmediato; de pronto había mucha niebla afuera de mi casa, un poco temeroso me dirijo a la ventana y lo que veo es a mi abuelo sentado en su silla favorita.

Mis ojos no se hacen esperar y comienzan a salir las lágrimas, trato de llamar su atención gritando pero no me escucha así que comienzo a golpear la ventana pero parece inútil, luego trato de abrir la ventana pero parece estar atorada, para cuando volteo a donde estaba el, ya se había ido.

Me dirijo rápido a la puerta pero también está cerrada, tomo un bat de béisbol de mi
padre y comienzo a golpear la ventana pero no pareciera afectarle, entonces me dirijo a mi cuarto corriendo, mientras subo las escaleras escucho gritos de auxilio afuera de mi casa, cuando llego a mi cuarto la puerta se cierra y se escuchan risas fuera de ella, de pronto escucho que golpean mi ventana pero la cortina no me deja ver de quien se trata me acerco a mi ventana y arranco la cortina abro la ventana y salgo por ella, la niebla es muy densa, a penas logro ver más allá de mis narices los gritos siguen y yo desesperado bajo de un salto de mi balcón y comienzo a correr hacia donde estaba sentado mi abuelo, lo único
que encuentró es un papel que lleva un escrito el cual decía...

¡corre! Hasta donde no puedas más.

Al principio no entiendo el concepto, al parecer los gritos han cesado, la puerta de la casa de mis abuelos se encuentra abierta.

Qué raro normalmente ellos la mantienen cerrada, entonces se desata un viento muy violento y entro corriendo a casa de mis abuelos, al parecer no había nadie.

-¿hola? (lo digo con voz temerosa)

-…..

-¿hay alguien?

-….ss….sí…

-bien y ¿quién eres?

-tu sabes bien quien soy.

History of my life Donde viven las historias. Descúbrelo ahora