Capítulo 7

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(El reencuentro)

Luego de lo sucedido aquella tarde, me ausente por casi un mes, la verdad en algunas ocasiones la curiosidad de que le habría pasado a Martín me comía por dentro, luego de todo ese tiempo un día me arme de valor y me propuse a retomar mi rutina de levantarme temprano, tomar el transporte he ir al gimnasio.

7:35 AM.

Me levanto con un poco de nervios, pues luego de mucho tiempo lo veré de nuevo, me levanto y me pongo mis zapatos deportivos, en el camino no pasó nada importante; para cuando llegue al gimnasio no lo mire al entrar así que comencé a buscarlo, lo busque en la pista de correr, y en la área de spinning pero no lo veía por ningún lado.

Me dije a mi mismo seguro, ya no viene luego de lo que paso aquella tarde, subí a una caminadora, y comencé a subir niveles a lo tonto, cuando me di cuenta ya iba muy rápido, trate de frenarla pero fue inútil y salí disparado hacia atrás.

Entonces le vi como corrió hacia a mí a ayudarme a levantarme, al vernos en ese momento a los ojos todo se sintió como la primera vez que nos vimos y solo nos sonreímos con una sonrisa muy boba, luego que salimos del gimnasio fuimos a tomar un café, charlamos sobre lo que paso aquel día, él me dijo que había sido por que vio en mis ojos que yo le gustaba y el a mi así que tenía que pasar, luego que terminamos el café.

Fuimos a un parque donde corrimos por ahí tomados de la mano y haciendo tonterías,
reímos y compartimos muchas cosas ese día, ojala siempre hubiese sido así.

En fin termino el día, el me trajo a mi casa en su choche Ford amarillo, debo admitirlo fue divertido compartir ese día con él.

Al día siguiente fuimos al gimnasio juntos, todo paso muy rápido estando con él.

Al día siguiente cuando estábamos en las pesas una se calló sobre mi pierna, el muy preocupado me ayudo a quitármela de encima, luego me apoye sobre él y me llevo hasta los sillones de la recepción, y me dijo.

-quédate aquí iré a cambiarme.

Está bien yo te esperaré aquí no creo poder ir a algún otro lado.

Él se acaba de ir y yo al parecer me comencé a sentir un poco extraño, como si tuviera ganas de llorar, comencé a pensar cosas un poco fuera de lo normal por ejemplo que sería de mi sin él, me empecé a poner muy triste así que cuando menos pensé comenzaron a salir lágrimas por montones…

Cuando el regreso me miro así y me hizo una pregunta bastante tonta…

Gabriel… ¿estas llorando?

No, es solo que me encanta sudar por los ojos.

-venga no estés jugando.

Bueno, si estoy llorando.

-te duele mucho ¿verdad?

Si, duele bastante.

-venga dame la mano, te ayudaré a llegar al coche.

¿A dónde iremos?

-al hospital tonto, no vez que hoy no ha venido la enfermera.

Si, tienes razón, está bien vamos al hospital.

Al parecer él se veía muy preocupado, podía verlo en sus ojos, no eran los mismos de antes; en fin me llevo al hospital más cercano.

Me llevo a la sala de urgencias, donde me
atendieron de inmediato, una enfermera me pregunto…

_Joven, a ti ¿qué te paso?

Me a caído encima de la pierna una pesa de 20 kg

Entonces Martin se apresura a contestar.

-se va a poner bien ¿verdad?

_usted no tiene que preocuparse joven, él es su hermano ¿verdad?

Los dos volteando a vernos, nos sonreímos y contestamos al mismo tiempo con un tono algo burlón.

-Siiii, mi hermano-

Bueno en fin me ayudaron a levantarme de donde estaba sentado, me pasaron con el
médico y me pregunta que fue lo que paso, yo le explico que sucedió y el solo responde con que fue una lesión muy leve y esas cosas, me receta unas pastillas para el dolor y la inflamación y dice.
–Con esto parara mañana estarás como nuevo-

Me guiña el ojo y salgo de ahí apoyándome en la pared.

Martin me ve y va a recibirme a la entrada, me ayuda a llegar a la farmacia a pedir mis
medicamentos, luego de ello me ayuda a llegar a su coche, lo enciende y nos vamos
entonces en el camino dice.

-Me he terminado el agua que llevo para el gimnasio.

Si quieres podemos pasar a una tienda por una.

No, así está bien ya he dado suficientes problemas por hoy. (Lo digo en un tono un tanto triste.)

-No causas problemas, mira ahí hay una tienda.

Se hace a una orilla del camino y dice.

-espera en el coche iré a traerte tu agua.

No respondí nada porque me sentía una carga para él.

-mira Gab, no había agua pero he traído un jugo de tu sabor favorito.

Lo tomo y comienzo a llorar…

-Gab, de nuevo ¿sudando por los ojos?

No, ahora si estoy llorando.

-venga amigo sé que te duele pero no es para tanto, a parte mira te he traído un jugo para que tomes tu medicamento.

Sabes que no es por eso ¿verdad?

-entonces ¿Qué pasa?

Es solo… es solo que… siento que soy una carga para ti.

-mira no eres una carga para nadie, es más creo que eres lo mejor que me ha pasado en la vida…

Me voltea a ver y yo lo miro entonces estira su brazo izquierdo lo pone en mi mejilla
acerca mi cara a la suya y esta vez no pongo resistencia solo dejo que sus labios se
estampen en los míos.

Luego de que nos besamos el enciende su coche y nos vamos, lo guío a mi casa y
comenzamos a jugar el tonto juego de “mi derecha o la tuya” en fin casi cuando estamos por llegar a mi casa suena mi teléfono, es mi madre diciendo que va llegar hasta el día siguiente porque iba a ir con mi padre a un baile después del trabajo, y que mi hermano se iba a quedar con sus amigos, así que solo estaría yo.

En fin llegue a mi casa, Martin me ayuda a bajar, asegura su coche y entramos a mi casa, una vez en mi casa cerramos la
puerta, apagamos la luz y me acompaña a mi cuarto, una vez en mi cuarto me pone
sobre la cama, se quita la camisa y se lanza sobre mí con besos en el cuello y caricias que hacían más candente la situación, entonces dice –esta vez no saldrás corriendo ¿verdad?- yo lo veo, sonrió y le digo –cállate y hazlo-…

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2018 ⏰

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