No. No. No. Esto ha de ser una broma, ahora estoy muy segura que la maldita perra de Alison lo mando aquí. No me ama, estoy segura, solo quiere jugar con los pocos sentimientos que me quedan. ¡No les daré ese placer!
- No.
- ¿Qué?
- No te creo.
- Te amo Cutsie, te amo y quiero estar contigo - me tomo de las manos otra vez.
- Lo único que quieres es jugar conmigo, no te daré ese placer - me aleje de él
- Pero... - lo interrumpí
- No, Eric. Si hubieras sentido algo por mí, hubieras detenido a Alison. - levante un poco mi remera, tenía varios moretones en el abdomen. - Y no hablo solo de ahora, también cuando te necesite más y me diste la espalda - se quedó inmóvil - Si eso es amar para vos, prefiero que me odies. Así todo tendrá más sentido que esto.
Se fue, sin decir nada más. Trabé la ventana y me deslice contra la pared hasta llegar al piso. Odio esto, odio mi vida, odio todo lo que hay en ella, me odio. No puedo, necesito otro corte ahora, necesito sentir otra cosa, concentrarme en algo más que en estos malditos sentimientos. Abrí apresuradamente el cajón de mi mesita y, sin querer, esta cayó al piso con mis cutter, navajas y tijeras. Algunas cayeron en mis pies dándome pequeños cortes, no me importo, agarre lo primero que vi y directo a mi muñeca, no tan profundo ni tan superficial. Ahora todo lo que sentía era ardor, veía la sangre brotar de mi brazo en pequeñas gotas.
No me sentí mejor. Tenía ganas de tirar todo a la mierda, y eso hice. Tire todo lo que vi, la lámpara, la mesita, y otras cosas. Mi pieza se hizo un caos y sin darme cuenta, estaba encima de ese desastre llorando. Mire hacia un costado y estaba Cerdito en un rincón asustado. Alargue mi brazo y vino hacia mí. Segundos después sentí unos brazos alrededor mío. Brazos fuertes, acogedores, que me hicieron sentir protegida del desastre. De mí.
- ¿Porque volviste? - alcance a decir
- Porque te amo - dijo depositando un beso en mi frente.
...
Desperté con un gran dolor de cabeza y ¿Vendajes? No recuerdo habérmelos puesto. Me da igual. Me di la vuelta para seguir durmiendo y...
- ¡AAAH! - grite y me caí de la cama.
- ¿Estas bien? - pregunto todavía dormido. ¿Porque está en mi cama?
- Podrías decirme ¿A qué hora te invite a dormir en mi cama? y ¿Porque mi habitación esta patas para arriba? - dije sentándome en la cama e inspeccionando mis brazos - ¿Que paso?
- Cuando estaba frente a tu casa para irme, escuche mucho ruido. Vine a ver y estabas llorando sobre todo el desastre y hmm... rompí la ventana para entrar. Perdón
Los recuerdos de anoche están muy borrosos en mi mente. Solo sé que trabé la ventana y comencé a cortarme, de lo otro no sé nada.
- ¿Tú me pusiste esto? - levante mi brazo
- Si - se encogió de hombros - después de entrar te agarre y te puse en la cama, fui por la vendas y ordene un poco.
- Siguiente pregunta ¿Porque te quedaste a dormir?
- Me pediste que me quedara - se sonrojo - ¿No te acuerdas? - Negué con la cabeza. - Justo después de besarme.
- ¿QUE? - oh, tuve una noche rara.
- Me besaste, dijiste que me quedara, casi llegas a segunda base, fue una gran noche - dijo con una sonrisa estúpida - Claro, sacando la parte del desastre
- Por favor, dime que me detuviste - esto es definitivamente malo.
- Cualquier chico en mi lugar se hubiera aprovechado de eso, pero yo no te lastimaría así y menos en esas condiciones - hizo una pausa - Claro que si todavía quieres no tengo problema - comenzó a reír
- Sos un pervertido - le di con la almohada
Se hizo el ofendido y me lo devolvió. Y así una guerra de almohadas. Fue divertido, hace mucho que no hago esto. ¡Mierda! extraño a Megan. Esta pelea se extendió por toda la casa, almohadas iban y venían hasta que Eric me acorrala contra la pared, se acerca sujetando la almohada lista para aventármela, me deslice hasta quedar en el piso y comienzo a reír
- Esta bien, tu ganas - dije todavía riendo
- ¿Y que gane? - se acerca mas
- No sé, lo que sea
- ¿Lo que sea? - ahora si estaba acorralada
Me agarro del mentón para acortar la poca distancia que había entre nosotros y me beso. Sus labios se sentían tan bien contra los míos. ¡Que estoy diciendo! Puse mi mano en su pecho y lo aparte.
- Eric, yo... perdón no puedo - salí corriendo hacia mi habitación.
Los recuerdos golpearon mi mente bruscamente. No podía. Simplemente no.
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I'm Fine. I'm Always Fine.
Teen FictionCada cicatriz tiene una historia. No importa si te las hiciste cuando te lastimabas de pequeño o si te la haces ahora mismo con una tijera, cutter, navaja o lo que tengas más a mano. Summer Grey tiene una colección de historias en su brazo izquierdo...