Capitulo 1

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Desperté media hora antes de que mi alarma sonara, en completa oscuridad mis pupilas se adaptaban al negro de mi habitación, tratando de recordar en lo que soñaba tomé mi celular de la cabecera, aprovechando el movimiento para poder estirarme, las cobijas eran de un peso agradable, podía sentir a mi gato sobre mis pies, durmiendo aún en la tranquilidad de la madrugada. 5:50 marcaba el reloj; aún me daba tiempo de poder bañarme con calma, sin tener que apresurarme para el tan esperado día en el colegio. Tarde 15 minutos en despertar por completo, y otros 5 en lograr levantarme, todo era tranquilidad, ni un solo carro sonaba.. aún.

Me levante a la ducha, poniendo música tranquila a un volumen aceptable para mi familia que aún dormía. Solía jugar con el jabón que corría por mi cuerpo terminando en el suelo de la bañera para irse por completo. Puede que estuviera un poco distraída ya que tarde más de lo usual sin solo darme cuenta. -Hey, apúrate, tengo que bañarme ya o no podré llevarte a la escuela-. Escuche por fuera la voz adormilada de mi hermano, golpeando constante. -Ya voy-. Conteste rápidamente para poder enjuagarme. Odiaba bañarme en las mañanas, ya que debía de esperar a que mi cabello se secara por completo. Salí en cuestión de minutos, con la toalla rodeando mi pecho asegurándola con mis manos, caminé sobre mis puntillas, el piso estaba frío y más aún ahora que estaba descalza.

Después de cambiarme con el uniforme que correspondía al colegio, esperé sentada sobre la orilla de mi cama, viendo los mensajes que tenía en mi celular de mis compañeros de clase. *Hoy llegan los chicos de intercambio ¿no?* lo apague después de leerlo, estaba lo suficientemente nerviosa como para recordarlo de nuevo, los chicos de intercambio.. antes parecía una buena idea darle comida y techo a una persona de la misma edad que yo durante una semana para que después el/ella hiciera lo mismo conmigo, la idea de poder asistir a un colegio extranjero, no solo me daba la oportunidad para mejorar en mis calificaciones, sino de también practicar mi idioma.

6:40 observe el reloj de la cocina, apurándome para poder peinarme de alguna manera que no se viera tan mal como todo los días. Lo cepille, lo acomode y lo asegure con una coleta sencilla con solo una liga, dejando al menos algunos cabellos como un flequillo, no se veía tan mal. No tarde mucho en salir de casa, con mi botella de agua entre las manos la agite por todo el camino, viendo los semáforos pasar de rojo a verde, contando las calles que pasábamos sobre la avenida. Estaba muy nerviosa.. y como era hábito mío, iba tarde.

7:10 corrí dentro de la preparatoria, haciendo el eco de mis zapatos resonar con cada escalón de la escalera principal, pensando a cada paso que daba lo estúpida que me veía usando tacones altos. Fui al lugar acordado, en el tercer piso de lado de la dirección, ya todos estaban ahí. Caminé dentro esperando que no se dieran cuenta de mi retraso, calmando mi respiración deseando entre dientes que mi intento de peinado no se hubiera deshecho por completo.

Tome asiento en la parte de atrás, escuchando la voz grave y calmada del director dar las instrucciones, sin prestar tanta atención como era debida me fijé en cada uno de los nuevos alumnos de intercambio, chicas altas de cabellos claros, con facciones definidas y largas piernas cruzadas, ojos claros como si fuera natural entre todos ellos y sonrisas amplias, seguro que no entendían casi nada de lo que decían. En cuanto a los hombres, todos eran variados, eran altos y medianos, pero ninguno de ellos más pequeño que yo (y eso que yo me consideraba alta). Algunos se veían fornidos, otros cuantos se veían tiernos, pero todos tenían algo en común.. los ojos y el cabello claro.

¿De donde habían venido?¿Y porque todos tenían características similares? Esa era la pregunta que retumbaba en mi cabeza. -Rabekah tercera llamada-. Reaccione a la voz que me llamaba, poniéndome de pie levante la mano asintiendo a mi nombre. -Si, soy yo-. No era inusual la cara que puso el director en ese momento, la cara de desagrado por completo, como si estuviéramos desperdiciando su tiempo. -Por favor pase junto a su nuevo compañero-. COMPAÑERO, quede pensativa quedándome de pie justo donde estaba, puede que haya tardado al menos 2 minutos en volver cuando tome mis cosas yendo a la dirección indicada, juré que me tocaría una compañera nueva, alguien con quien podría hablar de chicos lindos, que me pudiera contar de todas sus relaciones en su país, la forma en que se referían a alguien que le cayera mal, etc. Pero todo eso aplastado en un solo momento. ¿Un hombre?¿Que haría yo metiendo un chico de 17-18 años a mi casa?

-Rabekah-. Pensaba en voz baja tomando asiento en donde me lo solicitaban, las sillas estaban separadas, y cada uno de los que éramos llamados debíamos de dejar espacio de al menos 1 lugar para los de nuevo ingreso. Todos los que podía ver delante y detrás de mi eran chicos que ya conocía, que eran de generaciones más altas o bajas que la mía, mire hacia el papel que me habían entregado, tratando de pronunciarlo correctamente antes de que algo vergonzoso sucediera. -Tyler-.

Troné mis dedos haciendo un sonido con mis tacones, viendo las medias que traía puestas, era divertida la forma en que se sentía pasar mis dedos de arriba a abajo, mientras hacia tiempo para esperar a ese desconocido que viviría conmigo durante una semana. -¿Rabekah?-. Una voz profunda sonó por mi espalda haciéndome voltear rápidamente como un instinto. -Si, ¿tú eres Tyler?-. Deje que sentara a un lado mío, viendo las maletas que traía consigo junto con cada rasgo de su rostro. Ojos claros y verdosos, sonrisa perfecta y labios partidos, era el típico sueño de cualquier chica de mi edad, excepto claro, de mi.

-Así es-. Sonrío de lado viéndome desde su elevada altura, puede que midiera cerca de 1.90, con sus enormes brazos de atleta recargándose a ambos lados de su lugar. -Es un placer conocerte.. hablas muy bien español-. Me puse derecha tratando de dar una buena impresión, estirando mi mano hacia él para poder saludarlo dejándola estáticamente sobre el aire. -¿Enserio?, pensé que aquí se saludaba de otra forma-. -Lo siento, es solo que estoy nerviosa-.. -Tranquila, no muerdo..-. No podía evitar ver su sonrisa burlona centrarse sobre mi en todo momento, era algo así como una presión cuando estas haciendo un examen, solo que aquí, no había instrucciones de que hacer-.

-Así que tú serás mi compañera durante las siguientes semanas..-. Levante la mirada algo desafiante viendo sus arqueadas cejas definir su actitud. -Eso creo.. la verdad, pensé que me tocaría una niña-. Solté un suspiro dejando salir el aire que acumulaba dentro de mis pulmones. -También pensé lo mismo, pero no me incomoda tenerte a ti, eres linda después de todo-. -¿como puedes decir eso con todas estas chicas en tu escuela?-. -Si te das cuenta, todas tienen un cierto parecido, y personalmente, me gustan las morenas-.

LOVE SICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora