Capitulo 8

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Permanecí molesta conmigo durante mucho tiempo después de eso. Una venda casi tan obscura como la misma noche tapaba mis ojos que con ensueño, anhelaba despertar de aquel sueño del que mi propia mente me hacía dudar sobre si era real o no. No es para sentir lástima o torturarme aún más de lo debido, solo necesitaba una bocanada de aire en medio de este laberinto que me ahogaba como un mar insaciable, volver a la realidad, bajar de mi luna a tocar la tierra nuevamente.

Todo era perfecto, casi como si estuviera calculado; tras llegar a casa no podía contener la respiración por más de 5 minutos. Una sonrisa de felicidad pura se colocaba por delante. De un abrazo paso a un beso, de un engaño al tormento, fingimos ser adultos en un juego para niños y como toda acción merece una consecuencia, esto lo tuvo.

Sabía lo que hacía, veía a todo con claridad, no estaba confundida ni mucho menos obligada. Solo quise vivir por una vez lo que antes me había resultado imposible; me hubiera gustado la simple idea de estar ebria en ese momento, pero no tenía ni una sola gota de alcohol en mi sistema.

Quisiera pensar en la diferencia entre hacer el amor a tener solo sexo, aunque aún sigo buscando la respuesta. Ambas tratan en lo mismo ¿o no? Dos personas entregándose mutuamente. No hubo palabras, solo acción, su cuerpo me dominó, me envolvió, me hizo sentir lo que antes ningún otro pudo hacer..

-Estoy nerviosa..- no podía evitar respirar de aquella forma agitada
-¿Quieres que me detenga?- su voz era segura, pero tan profunda que causaba un escalofrío recorrer mis piernas.
Solo pude negar con la cabeza, mi blusa estaba sobre el suelo y mi pantalón por debajo de mis glúteos descubriendo las bragas que tenía puestas en ese momento. Un poco tarde para decir que no. Es difícil explicar con claridad lo que pasaba en mi mente en ese momento, millones de posibilidades podrían pasar para arruinarlo; desde algo sencillo como que nos descubrieran o llegara de imprevisto una llamada de emergencia, hasta una bomba que cayera en alguna parte cercana de mi casa matándonos en ese momento. ¿Acaso es un poco extremo pensar en esas posibilidades para detener lo que estaba por pasar? Un simple "no" lo habría arreglado, un "ya basta" o "suéltame", pero no. Ni una palabra.

Sus labios me comían por completo, desde mi quijada hasta mi cuello, pasando por ellos en una línea delgada hecha por su lengua, marcando el inicio sin fin. La ropa no fue un impedimento, ya que él hizo la mayor parte, deshaciéndose de mi sostén, tomó mis pezones entre sus dientes, haciendo un poco de presión mientras succionaba en lapsos al ritmo de su respiración. Mientras que por otra parte, su mano libre entraba de poco en poco por debajo de la ropa interior, causándome un sentimiento de angustia y goce; mis jadeos y quejidos eran ahogados en mi garganta; quería gritar pero me quedaba muda, quería salir y correr gritando pero unas cadenas me sujetaban a la cama..

-No.. no.. por favor..-. Odiaba hacerlo, pero tenía que mantener mis ojos cerrados, mis manos apretadas en puños fuertes y mis piernas relajadas y sin tensión, mi pecho se calentaba a cada segundo, cada vez más y más caliente, su saliva acompañada de suaves besos eran como un balde de agua dentro de un incendio. Lo necesitaba para aliviar aquel ardor persistente sobre mis pezones. Y vaya que sabía hacerlo.

-Solo dilo.. quiero que grites mi nombre maldita sea, eres mía..-. No reconocía aquella voz, parecía más ronca y con un tono molesto, desesperado por tener algo..
-Tyler.. por favor..-. Fue ahí cuando lo vi, la razón de su aparente mal humor. Tras descubrirse el abdomen, seguido de quitarse los shorts que traía puestos lo noté.. una enorme erección.
Era de un tamaño por encima del promedio, con venas azuladas resaltando los costados de este, tenia un hilo de lo que parecía una sustancia viscosa en la punta, parecido a la baba; pero de una manera un poco más transparente. Lo crean o no, tenía miedo de que entrara en mí, pues como aún era virgen, no sabía de su sensación o siquiera su textura.
-¿Tienes condones?-. Para este punto su mano yacía sobre la punta, pasando todo el líquido preseminal a lo largo del pene, simulando ser un lubricante.
-¿No se supone que es algo que los hombres traen en la billetera?-.
-Shh.. ya, solo no me vendré adentro..-

Mis piernas estaban abiertas, mis pezones aún erectos y sólo podía esperar el momento en el que entraría en mí, ¿Qué si tuve miedo? Sería una tonta si no, contaba números dentro de mi mente, veía al techo y ocurrentemente volvía a ver la escena en que preparaba la postura para por fin estar dentro.

-¿Aún estás segura de esto?-.
-¡Solo hazlo!-. Un gemido agudo penetro todo lo largo de mi pecho, arqueando mi espalda al sentir como se abría paso en mis paredes, entrando hasta la base para salir de nuevo y repetir el proceso. No me dolió como lo esperaba, fue hecho a la medida, y aunque era extraña la sensación de su bello pubico chocar contra mi vagina, solo podía disfrutarlo aún más.

Tardamos cerca de 20 minutos ahí dentro, su pene ya estaba demasiado húmedo y mi vagina ocasionaba un sonido morboso de agua con presión parecido a cuando un niño hace burbujas.

-Oh mierda.. espera, ya estoy por venirme-. Sus palabras eran forzadas, parecía como cuando aguantas ir al baño, una presión sobre su cara que acompañado de un color rojizo por lo exhausto que se sentía, podría desmayarse pronto.

-¡Sal! Sal ahora mismo-. Si no hubiera sido por decisión propia, juro que lo habría empujado en ese momento con toda mi fuerza evitando lo que podría ser un error irremediable.

Paso lo que tuvo que pasar, salió de milagro, eyaculando al instante sobre mi vientre bajo, haciendo quejidos de placer al momento que esto pasaba, para después desplomarse rendido sobre la cama boca abajo, suspirando de forma agitada mientras me veía, en verdad una situación incómoda.

-Y.. ¿te gusto?¿querías más?-. Ahí estaba el Tyler que conocía, presumido de pies a cabeza pero agradable como ninguno
-Cállate, estuvo bien-. Odiaba sonreír por sus comentarios sarcásticos. ¿Qué acaba de pasar? ¿Perder mi virginidad con mi compañero de intercambio dentro de mi propia casa? Vaya que si se enterara la escuela sería todo un escándalo.

-Vamos a limpiarte eso..-. Se puso de pie, extendiendo una mano hacia mí para poder ayudarme de él, ¡e incluso parada el semen no se caía! Parecía tener buena textura, tal vez de buenos genes, o yo parecía demasiado impresionada para mi primera vez.

"La feminidad y todo lo que es una mujer, y el hombre que viene de la mujer. El útero, los senos, pezones, leche materna, las lágrimas, la risa, el llanto, el amor, las miradas, las perturbaciones amorosas y el aumento."
-Lana del Rey, Trópico.

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