-A veces pienso que eres como mi salvavidas, pareces un socorrista. - sonrió dejando a la vista sus dientes - Si no me hubieras llamado para recordarme lo de Mingyu me hubiera olvidado de su cumple y hubiera quedado como un impresentable. – a ambos se les escaparon unas risas – Gracias.
-Nada. – Minghao le guiñó un ojo.
-¿Te apetece venir a la fiesta de Mingyu? Es este sábado. – Jun juntó sus manos – Por favor. – quería con todas sus fuerzas que su amigo saliera de casa y su estado de ánimo se levantase del suelo.
-Ya sabes que no... - Jun le interrumpió.
-Será solo un rato. Anímate un poco, me entristece verte tan decaído. – los meses habían pasado muy despacio para Minghao hundiéndose cada vez más en la angustia y el aburrimiento. Su recuperación había sido lenta, pero ya parecía estar plenamente sano. Todo ese tiempo le había servido para conocer a más gente y aprender mejor el lugar y el idioma. Se había hecho cercano a amigos de Jun, como Mingyu, con el que había pasado mucho tiempo conversando. Sería muy poco respetuoso faltar a su fiesta – Será también una celebración por tu recuperación. ¿Qué me dices? – Jun hizo un puchero, acto que derritió el mal humor del castaño.
-Está bien. – recordó las palabras del mayor. Si él estaba feliz su familia también lo estaría. Se alegró mucho de pasar casi un mes con ellos en Corea cuando le visitaron, pero también se sintió decepcionado consigo mismo. Minghao pensaba que era más fuerte.
-Pero no lo digas como si hubieras aceptado ir a un funeral. – Jun frunció el ceño – Quiero que disfrutes un poco, si no quieres no pasa nada.
-¡Sí, quiero ir! – se incorporó del sofá de su casa. Jun desde un sillón a su lado le observó sonriendo.
-Vale, vale, pero deja la energía para la fiesta. – el pelinegro se levantó y se sentó en el sofá al lado de Minghao- ¿Estás seguro?
-Claro. – Jun parecía nervioso. Se acercó más al castaño. Su relación se había estrechado en los últimos meses, haciendo que Jun cayera más en los encantos de su amigo, pero no había habido ningún avance considerable en su amistad - Oye...
Sus rostros se acercaron peligrosamente. Los latidos de Minghao resonaban en sus oídos. Podía sentir la respiración de Jun cerca de su rostro, pero el mayor parecía no atreverse a dar el paso.
Minghao junto sus labios con los de Jun. Fue corto, pero le gustó más de lo que quería. Solo quería probar como era besar a un chico, pero Jun no era ninguno cualquiera.
Se acercó nuevamente a él y puso sus labios sobre los del pelinegro. Jun posó una mano en el brazo de su ruborizado amigo que tenía delante, atraiéndolo más hacia él.
Comenzó con un beso lento, Minghao había luchado para evitar que sucediera algo como aquello, pero había perdido la batalla contra Jun. Era muy zoquete, pero en ocasiones no pensaba que hubiera perdido, a veces creía que le había salvado.
La velocidad del beso aumentó poco a poco. Jun se recostó sobre el sofá pasando una mano por el cabello de Minghao,ahora era largo por su nuca. Rompió el beso y bajó sus labios al cuello del otro, que se sorprendió ante tal acto. Fue dejando suaves besos hasta llegar a su clavícula. Pasó una mano por su vientre llegando hasta su pecho que subía y bajaba agitado. Sus miradas se encontraron. Minghao atacó los labios del otro. Ambos se sorprendieron por la intensidad del beso. Era un tanto desesperado, después de tantas miradas e indirectas era lo que deseaban, por mucho que le costara admitirlo al menor de los dos.
Jun se incorporó y se quitó la camiseta algo tímido bajo la atenta mirada de Minghao que no podía hacer más que sonrojarse apretando los labios.
Juntaron nuevamente sus labios. Jun atacó de nuevo el cuello del Minghao, mientras que este pasaba sus manos por su pecho desnudo.
-Jun – iba a explotar, aquello le causaba mucha vergüenza. Esta vez fue más brusco y dejó marcas en el cuello del menor mientras este retenía su voz.
-¿Qué pasa? – dijo en un susurro que erizó los pelos del castaño.
-Mmm... nada. – aprovechó para incorporarse y empujar al despeinado azabache al sofá, quedando el menor encima. La temperatura y la intensidad del beso aumentaban.
Jun intentaba quitarle la camiseta a Minghao que besaba el cuello del otro. Se incorporó y tiró su camiseta al suelo. Jun bajó sus manos al trasero del menor. Minghao suspiraba con su frente en el hombro del mayor. Aquello parecía que llegaría a términos mayores y lo temía de algún modo, pues sería su primera vez y, encima, con un chico, cosa que no molestaba a Jun que había deseado tanto a Minghao en sus brazos.
El mayor se incorporó y sentó al sonrojado chico que tenía delante a horcajadas sobre su regazo. Retomó el beso y el castaño le rodeó con los brazos. Volvió a bajar a su cuello y Minghao apoyó su rostro en el hombro del otro. Mentiría si dijera que no le gustaba, pero le resultaba un tanto embarazoso.
Jun bajó a su pecho y besó sus pezones haciendo gemir de sorpresa al menor que se tapó la boca, avergonzado.
-No te contengas... me gusta. – dijo Jun. Le encantó la reacción de Minghao, quien bajó sus manos lentamente.
Volvieron a tumbarse en el pequeño sofá como pudieron, aquello parecía un juego del que no se aburrirían nunca. Jun bajó hasta el ombligo de Minghao, que sostenía la cabellera negra del que le otorgaba besos rápidos cada vez más cerca de su entrepierna.
No percibieron el chasquido de la cerradura entre sus respiraciones agitadas.
-¡Es mi cumplea...! – un sorprendido cumpleañero entró al apartamento encontrándose con aquella escena. Minghao empujó a Jun tirándolo al suelo.
-¡Mingyu!
Se prendió esta mierda.
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lifeguard ➳ junhao
FanficSin saberlo, Minghao se convirtió en el salvavidas personal de Jun. Prohibida su copia, traducción o adaptación. #23 en Junhao - 11/05/2018