Mi nombre es Loki II

Capítulo 2: Ya basta!!

Loki

Sabía muy bien que Heimdall me había descubierto desde un tiempo atrás pero no abandonaría el Biofrost por nada. Aún así debía deshacerme de él de alguna manera. Por lo pronto disfrutaría de mi querida Margaret y mi pequeño Christopher.

Cabalgué hasta el Palacio y los sirvientes me ayudaron a bajar. Al igual que con Maggy. Miré a Chris dormir, lo había inducido en un sueño profundo para que no se asustara. Llevé a Margaret y a mi pequeño adentro. Estaba algo nervioso, ella no había dicho una sola palabra. Quizá estaba impresionada al ver la grandeza de mi Reino.

La llevé a uno de los aposentos, mi habitación cuando estaba en vida para Asgard, para ser específicos. Cerré las puertas con seguro y me acerqué a mi hermosa chica. Ella me miró algo enojada.

-Qué sucede? A caso no te gusta el lugar.

Ella me miraba furiosa con sus hermosos ojos verdes, grandes y expresivos.

-Oh! -Exclamé al mirarme así mismo.

Desvanecí la ilusión y me presenté en mi forma real. La miré con intriga pero no quise preguntar.

-Permíteme. -Le dije tomando a Chris. Él despertó al rozar su frente.

Margaret cruzó los brazos y empezó a caminar por la habitación. La dejé que inspeccionara el lugar. Chris señalaba los adornos de la habitación. Seguro quería ir a hacer alguna travesura. Sonreí al escuchar sus palabras mal pronunciadas.

-Quieres comer algo, querida?

Ella negó con la cabeza.

-Llevaré a Chris a comer algo, si quieres, puedes instalarte. Si necesitas algo las sirvientas te ayudarán. -Margaret seguía en silencio. Tomé la forma de Odin y me dirigí al comedor con Chris. El pequeño se extrañó al verme pero pronto se acostumbró.

Margaret

No podía negar que Asgard era un lugar mágico, hermoso, lleno de cosas impresionantes pero...desconocía totalmente a Loki. Me sentí decepcionada desde el momento que estuve en la entrada frente al guardia. Ver a Loki hacerse pasar por su padre, suplantando su lugar...

Su narcisismo era desconocido para mí hasta que vi esa enorme estatua con su rostro. Era aberrante. Deseaba volver a casa pero quizá debía hablar con él de éstas cosas, no quería discutir con Loki ahora. Sabía que Chris estaba feliz con su padre. Su sonrisa lo decía todo.

Observé la habitación. Era enorme. Habían cosas muy lindas, la mayoría talladas en oro. Fui a la cómoda y encontré ropa, eran unos vestidos de seda bordados finamente y llenos de piedras preciosas.

-Esto es...muy hermoso.

Resoplé para liberar mi enojo. Luego de organizar todo me coloqué uno de esos vestidos y salí a explorar el Palacio. Llevé mi celular y tomé algunas fotografías al paisaje. Los guardias parecían estatuas y cualquier sirviente hacía una reverencia al pasar. Luego llegué a un extenso pasillo, había un trono forjado en oro al final. Llevé mi vista al techo y observé una pintura. Era el Palacio en el centro, Prue, Thor, sus padres y Loki. Luego un tipo alto de piel azul...quién o qué era?

-Mi señora! Padre de todo desea que vaya al comedor. La está esperando para almorzar.

-Gracias!

Fui al comedor y vi a el anciano (Loki) riendo con Chris. Sonreí al verlos disfrutar tanto uno del otro. Loki llevó su ojo a mí y su rostro se llenó de asombro.

-Pueden retirarse. -Él le dijo a sus sirvientes quien salieron del comedor luego de servir mi comida.

Loki desvaneció su ilusión y me dejó verle en una ropa diferente a la que usaba cuando llegamos. Algo más cómodo y abrigador.

-Luces realmente hermosa!

-Gracias! -Dije y observé la comida. Lucía realmente apetitoso.

-Te gusta tu habitación?

-Mi habitación? Dirás nuestra??

Loki sonrió confundido.

-Acaso vamos a comportarnos como extraños, Loki??

-No, eres la madre de mi hijo. Él heredero de Asgard. Eres importante.

-Sólo eso?

-Eres importante.

Cerré mis ojos para tranquilzarme luego los abrí y miré a mi pequeño. Tenía su rostro lleno de comida.

-Llevaré a Chris a lavarse. Disfrute su almuerzo, rey.

Tomé a mi hijo y busqué una lavabo. No podía creer que Loki se comportará así. Era un idiota. Un maldito imbécil!!

Luego de eso fui a la habitación. Mi habitación no nuestra. Chris se había dormido luego de correr por los extensos pasillos. Miré a mi pequeño y recordé a Loki, después de todo este tiempo podía recordar lo que habíamos vivido, lo bueno. En eso la puerta se abrió de golpe. Era Loki, o más bien el farsante de él.

-Hola!

-Podrías tocar la puerta al menos.

Él puso sus ojos en blanco.

-Vine a hacer las pases.

-Las pases? De qué crees que estás hablando?? Esto no es un juego, Loki. Soy tu novia o solía serlo, no sólo soy la madre de tu hijo.

-Maggy, puedes tranquilarte?? No vine a discutir. Ni siquiera sé porqué estás molesta.

-Todos los hombres son iguales, inclusive los semidioses con síndrome narcisista como tú. Usurpadores y egoístas.

-Ya basta!! -Él grito irritado.

-No!! -Dije enojada.

Él se dio media vuelta mientras me tranquilzaba.

-Puedes acompañarme? -Él dijo. Miré a Chris dormido y empecé a caminar.

Loki y yo fuimos a un balcón dónde se podía ver la "ciudad" o "aldea" no sabía con exactitud qué era?

-Ves eso?? El pueblo de Asgard redimido ante mí. El rey, el Padre de todo. Ellos me necesitan.

-Necesitan a tu padre. Tu estás muerto para ellos. Prue me lo dijo.

-Pero mi padre no está. Mi hermano no desea ser rey. No hay nadie excepto yo.

-Y por qué no te presentas en tu forma real?

Loki abrió la boca y luego bajó su mirada al suelo.

-Nadie te quiere aquí, cierto? -Le dije con voz hiriente.

Loki levantó su mirada del suelo y me dio una expresión dura en su rostro.

-Pasé mucho tiempo tratando de comprender todo lo que sucedió y ahora estoy en otro mundo tratando de comprenderte, Loki y no...no lo logro por más que trato, por más que te ame.

Vi a Loki ensuavisar su rostro.

-Sólo deseo sentir que estar aquí lejos de mi vida en la tierra valga la pena.

Loki era un misterio, en este momento sólo deseaba ver aquel hombre con amnesia que dormía en mi sofá. Sentí mis lágrimas salir al ver que él seguía en silencio.

-Oh, no hagas esto... -Él dijo.

Loki se acercó indeciso y me abrazó. Había sido un abrazo frío pero consolador. Me apoyé en su pecho y lloré por todo el tiempo que pasé lejos de él. En eso sólo escuché lo que deseaba escuchar desde hace mucho.

-Yo te amo, Margaret Collins...