8. Ancianas peleonas y discusiones

410 47 11
                                    


Nuestra ruda y sensual Natasha en multimedia ( <3 )


—Yo propongo que pidamos asilo en una casa de ancianos –opino mordiendo el sándwich que logramos conseguir a buen precio.

Estaba demasiado económico, así que lo conseguimos para todas.

—Ana, no somos ancianas –Christina me arrebata el sándwich y le da una mordida, la miro divertida —y no, no nos vamos a vestir de ancianas con juanetes de madre.

Por lo menos lo intente.

—¿Y si acampamos en el parque que está a unas cuadras? –Amanda le arrebata la comida y le da una mordida —dicen que las bancas son cómodas y que las ardillas no son agresivas –se encoje de hombros.

—No creo, van a pensar que somos indigentes, ahora dame eso –Natasha le arrebata el emparedado de las manos y le da una mordida —yo opino que vayamos a un motel y paguemos y pensemos como gente normal –Nata nos mira indiferentes.

—Los ancianos no son tan malos –respondo.

—Y no te van a violar en el parque –Amanda se encoje de hombros.

No se qué es peor, si el hecho de que no tenemos donde pasar lo noche o que el sándwich haya sido violado por cinco bocas. Creo que la uno es peor.

Por lo menos el sándwich estaba delicioso, yumi.

—Entonces, ¿estás diciendo que debemos vestirnos como unas vagabundas para dormir en el parque? Porque si es así, estoy viendo un gato agresivo en estos momentos y podría darles unos toques felinos a mi ropa –lo señalo, el gato no está nada feliz.

Mis amigas miran al gato detrás de ellas, Sol le da una mordida a nuestra comida disimuladamente sin perder de vista al gato.

—Creo que quiere nuestro emparedado –susurra Christina.

—Estoy pensando lo mismo –Amanda la apoya, no le daré mi comida.

Nos quedamos viendo al gato unos segundos, movimos todas la cabeza a la derecha y el gato hace lo mismo.

—Levantamos la mano, veremos que hará –opina Natasha y solo asentimos a hacerlo.

Cada una levanta su mano y el gato hace lo mismo, tengo miedo.

—Es hora de que tomemos un bus hacia un lugar más seguro, este lugar no me agrada –la voz de Sol nos saca de nuestra interacción con el sexy gato frente a nosotras.

Un bus, no estaría nada mal, algo me dice que si le pedimos que nos lleve a un mejor lugar aceptara y lo hará, apoyo su idea.

—Alejémonos lentamente hacia la parada de buses que está a unos metros –propongo y todas nos paramos lentamente hacia la parada y salimos a correr hacia el lugar.

5 minutos después.

—Todos los putos buses nos ignoran, ¿acaso nos ven como locas o qué? –Christina se anda quejando a cada minuto, cada minuto, y no es nada agradable escuchar sus lamentos.

—Christina, tienes una pelusa en la cabeza –digo mirándola desde abajo, estoy sentada esperando como ella.

Y no estoy mintiendo, tiene una pelusa. Por eso parece una loca.

—¡QUITENMENLA! –el grito alarmado de mi amiga capta la atención de todas y van a su rescate, yo solo me quedo sentado viendo.

—¡Deja de moverte rubia! –Nata intenta quitársela pero mi mejor amiga no se queda quieta y lo hace difícil —¡QUE TE CALMES MUJER! –La sacude de los hombros y esta se queda perpleja —así me gusta, ahora –le quita la pelusa lentamente —ya no hay nada –sacude las manos y se aleja lentamente.

Chicas en fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora