Las dos chicas, raramente parecidas, tenían sus manos entrelazadas y caminaban a su hogar. Las hojas de otoño caían reemplazando la lluvia; Noodle y Cyborg las veían caer desde lo alto de un árbol, para terminar en el suelo y ser algunas pisadas por ellas.
--¿Alguna vez has pensado que los árboles sienten dolor?-- Pregunto Cyborg con tono cálido, mirando a su alrededor los árboles otoñales.
--¿Por qué preguntas eso?-- Regreso la pregunta Noodle, la pregunta fue imprevista y algo difícil de responder, sumando que la peliazul no era una persona real y podía ser complicado explicarle.
--Digo...Los árboles y flores son cosas vivas.-- Dijo la mayor-- Nacen, crecen, comen,se reproducen, respiran y terminan muriendo...
La japonesa le miró. Había tristeza en su voz. Ella no nació, ella fue creada; Ella no crece, su memoria si; Ella no necesita comer, solo recargarse; Ella no puede reproducirse o tener hijos; Ella no respira; Ella no muere; Ella no es un ser humano.
--Estaba pensando...-- Prosiguió Cyborg.-- Al arrancar una flor, ella podría sentir la misma sensación de un ser humano cortado a la mitad...-- La azabache tuvo un poco de náuseas al escuchar aquello-- Si le arrancas una rama a un árbol, quedaría como las personas discapacitadas...-- Cy miraba a un punto fijo sin desviar su mirada.-- Y si...¿Las hojas son el pelo de los árboles y se quedan calvos? Tendrán mucho frío en el invierno...tenemos que abrigarlos...
Ambas conectaron miradas.
--Cy, jamás sabremos eso porque no somos árboles y tal vez no lo seamos nunca.-- Mencionó la azabache con decepción; a ella le encantaría ser un árbol completamente quieto, sin preocupaciones, contemplando la naturaleza y no la horrible y gris ciudad, con el único propósito de seguir creciendo y algún día tocar el inalcanzable cielo.
Una idea paso por todo el circuito de la peliazul.
--A pesar de todos los cables que hay en mi interior...-- Señaló su estómago con su mano libre, sin soltar a su amada.-- Hay suficiente espacio para una planta...podría dejarla crecer en mi...
La menor le miro con ternura.
--Cyborg, esa planta luego será muy grande para tu pancita-- Con un dedo dio toquesitos en el estómago de la contraria como si fuera una puerta sensible.-- Deberíamos pasarla después a un macetero...-- mencionó con una sonrisa.
La peliazul estuvo un rato callada.
--Podrían usar mi cabeza de macetero-- Dijo con una sonrisa, pero a Noodle aquel comentario le llego como una flecha directa a su corazón.
--E-eh si...-- Respondió algo incomoda, pero fingiendo una sonrisa para no defraudar a la contraria.
Sabía que Cyborg quería en verdad tener algo vivo, una planta era lo más cercano, pero...¿Y si prefiere más a la planta que a ella? ¿Se desarmaría ella sola, solamente para mantener la planta con vida? Aquellas dudas cruzaban por la mente de la japonesa, le aterraba la idea de que Cyborg la dejará simplemente para salvar a una rama.
Ya hasta parecía de las típicas niñitas que van apegadas a sus novios, diciendo cosas como "¡No mires a otras chicas porque tu eres mío!", "Yo soy mejor que todas las demás chicas ¿No amor?", "¡Ella es una zorra no la mires!" Hizo una muecas de asco, desde ese día debía trabajar con sus ataques de celos.
--Oh...Ya llegamos.-- Y era verdad lo que había dicho la mayor, el tiempo había pasado volando y ya se encontraban en aquel edificio gigante.
Al pasar la reja saludaron al guardia, quien les guiño el ojo. Entraron a recepción, saludando a la señora mayor que atendía, ella les sonrió al ver sus manos entrelazadas y sus caras de enamoradas y sonrojadas; ambas tomaron el correo de sus respectivas casas, bueno, Noodz también tomó el correo de Del, ya que era demasiado flojo para buscar los montones de cartas que tenía, y no era broma, el norteamericano tenía demasiado correo, por lo cual ambas tuvieron que repartir las cartas.
Subieron al ascensor, hasta el piso cuatro, donde ambas se bajaron.
Las cartas de el fanático del rap las deslizaron una por una debajo de su puerta. Del hiba a llevarse una sorpresa al ver su suelo lleno de cartas, papeles y cuentas sin pagar. Ambas chicas rieron al imaginarse su cara.
El departamento de Del quedaba al lado de los de nuestras protagonistas, por lo que ya era hora de despedirse.
--¿Quieres venir a comer mañana en mi casa?-- Pregunto la peliazul.
--Suena excelente.-- Respondió la azabache con una sonrisa dulce.-- Hasta mañana Cy...
--¿No se te olvida algo?-- Dijo la mayor con una sonrisa traviesa extendiendo sus labios.
Noodle suspiro divertida. Unió sus labios con los de Cy, estos eran de un metal frío, pero a ella le encantaban. Puso sus manos en los dos hombros de la chica metálica, y esta, posó sus manos en su cadera.
Ambas se separaron con una sonrisa, mientras se decían "adiós".
Pero antes de que Noodle pudiera abrir la puerta de su hogar, sintió un piñisco en su trasero, haciendo que salte de la sorpresa.
--¡HEY!-- grito, viendo con el ceño fruncido a la mayor que se reía.
Ambas abrieron la puerta de su respectivo hogar y entraron.
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