Cap. 10

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Raphael no entendía como ese tal Mikael habia matado a una familia. Según su amigo, él era un santo que no tomaba sangre humana, incluso para Raphael la sangre humana era algo de todos los dias, o mas bien todas las noches, siempre guardaba una porcion extra en su habitacion y cuando no la bebía se sentía debil. Por lo que no se imaginaba una vida sin sangre humana.

Es estos momentos se encontraban en aquel lujoso bar luxx que parecía sacado de una pelicula de Los Angeles, apesar de que el tema tetrico le llamaba la atencion, había demasiado ruido que lo aturdía.
Había decidido -o más bien, clary e isabel decidieron- separarse, como en scooby doo para cubir mas terreno, obviamente ellas dos, y Raphael con simon, quienes curiosamente hablaban muy animadamente, quizá era el alcohol que injerian o quizá simplemente cada día se llevaban mejor.

-¿como te sientes?- cuestionó raphael. A Simon le costó un par de segundos entener que se refería a los golpes recibidos horas antes.

-mejor, ya no me duele al moverme, ventajas de ser vampiro-. Raphael sonrió, aliviado pues se culpaba de lo que lo había pasado "¿como pude haberlo dejado solo?" se repetía.

Ambos tomaron una pausa en su charla para mirarse a los ojos, Simon pensaba en lo hermosos que eran los ojos del contrario, su color no era único pero la profundidad de su mirada lo hipnotizada por completo. El mayor le sonrió con autosuficiencia cuando notó al castaño perdido.

-¿te gusta lo que ves?- soltó pícaro acariciando la pierna del más joven.

-no tienes ni idea cuanto- se abalanzó a su boca probando de sus dulces y fríos labios.

Cuando menos acordaron Clary e Izzy los encontraron comiéndose el uno al otro sobre un sillón, la peliroja quedó impactada, a pesar de apoyarlos en su relación, nunca creyó ver a su amigo con su novio en todo su esplendor. Por otro lado Isabel solo mostró una sonrisa ladeada.

Antes de poder intervenir, otro hombre alto de traje y cabello negro se les acercó a la pareja.

-hola, soy el dueño del lugar y no quiero ser aguafiestas caballeros, ni tampoco que crean que tengo algo contra, "ustedes" pero, para estas actividades tenemos cuartos privados- canturreo el pelinegro llamando su atencion, ambos vampiros se separaron. Simón, quien estaba debajo de Raphael se puso de pie avergonzado.

-disculpe señor-.

Interrumpiendo la situacion las dos chicas carraspearon llamando la atención de los tres hombres.

-veo que no lo encontraron- acusó Isabel manteniendo su sonrisa y aguantando la risa.

Los vampiros negaron.

-¿buscan a alguien?¿a quien?- cuestionó esta vez el dueño del bar.

-un hombre llamado Mikael- le respondió Simon, resignado de que la noche casi llegaba a su fin y no lograban encontrarlo.

-¡Mike!- respondió con efusividad -es mi amigo, mi compa, ¿acaso se metió en problemas- cambió de tono a uno más preocupado.

-solo queremos hacerle un par de preguntas- le explicó Clary. El hombre les ayudo diciendo donde encontrarlo, la esperanza volvió a sus cuerpos, se dirigieron a prisa a la zona VIP del bar.

En el camino Raphael tuvo una pelea mental con sigo mismo, sobre si debía o no tomar a la mano de Simon, Por una parte él y el castaño estaba más que claro que no eran solo amigos, y los más que amigos se toman de la mano, pero por otra parte tenía años que no agarraba a alguien así, tan cariñosamente, con sentimientos, no se había enamorado en toda su vida de vampiro y estaba asustado.

Por fin llegaron a la zona VIP y lograron identificar al sujeto. Primero Raphael intimidante se acercó.

-Mikael, necesitamos hacerle una preguntas-.

El hombre lo reconoció de inmediato a lo que salió corriendo, pero las chicas, quienes cuidaban la unica salida de la sala, lo detuvieron golpeándolo en el rostro y haciendo que este cayera al piso.

Raphael lo tomo del cuello de la camisa levantándolo del piso, esta vez se comportó no tan agresivo, optó por simple intimidación como interrogatorio. Lo sentó sobre un sillón de cuero negro y los demás se colocaron automáticamente alrededor, con posiciones amenazantes.

-¡yo no se nada! Por favor, no me lastimen- chilló.

Isabel soltó sin pudor sobre las piernas de Mikael una bolsa con un líquido rojo, para sorpresa de los vampiros ese liquido era sangre, por suerte ya no había nadie más que ellos en la habitación, todo los humanos ya habían salido corriendo.

-¿q-que es eso?- dijo el acusado fingiendo inocencia, sin embargo lo reconoció de inmediato, el olor era dulce, y si cuando corría por las venas de los humanos tenia la necesidad de tomarla, ahora que estaba ahí, a su disposición completa le era muy difícil resistirse, pero no era el único, por otro lado tampoco Simon lograba tener la voluntad completa de no querer tomarla, no supo en que momento Izzy obtuvo aquella bolsa, debió de darse cuenta por el olor, quizá fue cuando se separaron, no sabía, sus tremenda sed le nublaba el juicio.

-tomala, si es lo que quieres- Izzy no tuvo que decirlo de nuevo, Mikael se bebió la bolsa entera, revelando que aquello que le habían era mentira, este vampiro no era lo que decían, no bebía solo sangre de animales, y definitivamente no era un santo.

Pero aquella prueba trajo con sigo una consecuencia, a un lado Simon se salía de control, la sed le parecía cada vez más insoportable, se sentía mariado y todo le daba vueltas, poco a poco iba perdiendo el control de sí. Para su suerte Raphael, se dio cuenta, vió que movía los labios, pero realmente no escuchaba nada. Hundido en el impulsó lanzó a su líder contra la pared, esquivó a las dos chicas y salió hacia el lobby, donde lo aguardaba el festín más grande de su vida.

Ahora tenían dos problemas, un presunto culpable del asesinato del Dumort, y un vampiro novato fuera de control.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2018 ⏰

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traje (saphael)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora