CAPÍTULO 6

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Cuando salgo del antro, camino en dirección al lugar que me dejo Oscar antes de irse

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Cuando salgo del antro, camino en dirección al lugar que me dejo Oscar antes de irse.

El muy desgraciado no me avisó si pasaba por mi.

<Infeliz>.

Me paro en la esquina a unos cuantos metros del club, miro para todos lados para asegurarme que nadie me sigue y poder observar desde mi posición el callejón.

Cambio el peso de mis piernas, moviéndolas, en un intento de calentar mi cuerpo, está frío y estoy tiritando.

La ropa que tengo no cubre nada.

Estoy satisfecha con el encuentro que tuve con Chico, en un principio estuvo molesto con mi visita pero pude convencerlo de que me de una oportunidad.

Espero que Oscar me deje ver a Mila ya que estoy a un solo paso de entrar a la mansión.

– ¿Estás con frío, ojazos? – pego un brinco en el lugar al escuchar la voz.

Giro rápidamente.

<David>

No le respondo y lo ignoro.

Ruego que no aparezca Oscar, no quiero que David me vea con él, puede ir a contarle a Chico que me vio con otro hombre y el plan se va al carajo.

– ¿Te quedaste muda? – insiste.

Por lo que veo no tiene intención de irse y dejarme en paz.

– ¿Qué queres rubio? ¿Tu amo te soltó la correa para perseguirme? – en su cara se forma una sonrisa descarada.

– No tengo amo, aunque me gustaría que alguien lo fuera – dice sugerente. – Pero en algo tenés razón – hace una pausa manteniendo su sonrisa intacta – Si, te estoy persiguiendo... Saliste del antro muy deprisa y no pude despedirme como se debe.

Voy a dejar pasar su descaro.

– No hace falta que te tomes tantas molestias. No somos amigos para que vengas a saludar. – suelto con brusquedad.

Sigo mirando hacia la calle y desde el otro lado del callejón puedo reconocer el auto de Oscar que está estacionado.

Hago el amague de caminar para librarme de David pero recuerdo que no tiene que verme subir al vehículo.

Lo única opción que me queda es irme en otra dirección y una vez que lo pierda de vista, volver al coche.

– ¿A quién estás esperando? – pregunta interesado.

De la manera que pregunta me pone nerviosa, es como supiera que algo estoy ocultando.

– ¿No tenés nada más importante que hacer? Que seguis molestándome. – lanzo y paso por alto su pregunta.

– No. La verdad me gusta tu compañía. Aparte cuando te enojas, se te marca una vena en la frente y lo encuentro entretenido, ojazos – se burla.

APARIENCIAS (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora