CAPÍTULO 15

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Una vez que estoy adentro de la mansión, camino por el jardín para llegar a la puerta de atrás que da a la cocina

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Una vez que estoy adentro de la mansión, camino por el jardín para llegar a la puerta de atrás que da a la cocina.

Cuando quise entrar de nuevo, el seguridad de la entrada me vio y me pidió que le dijera de donde venía, mi escusa más pobre fue decirle que había salido a tirar la basura.

Para mi suerte me creyó y dejó que pasará.

Me pongo a preparar las bandejas de bebidas y comida. Hay dos o tres personas más que están trabajando en la cocina, lo bueno que no está Carmen.

Comienzo con mi trabajo lo más rápido que dan mi manos, la fiesta sigue su curso, puedo escuchar el murmullo desde acá y la música clásica que toca una orquesta que contrató especialmente Chico.

Tomo las bandeja cargada de bebidas y me encaminó hacia el salón.

Cuando estoy dentro me escabullo entre medio de la multitud para ofrecer las copas rellenas de champagne.

– Hace media hora que te estoy buscando, María Emilia. ¿Dónde estabas?. – es la voz de Carmen quien reclama.

Esta parada detrás de mí.

Me hace una seña para que la siga a un rincón del salón.

– Fui hasta el baño, le avise a Carla. – digo en su dirección, mirándola a los ojos.

– En el baño no estabas... ¿Otra vez te fuiste a revolcar en la despensa?. – suelta con enojo.

Me quedo pasmada por su palabras.

Nunca pensé que Carmen lanzaría sin anestesia tanto veneno.

Se está refiriendo despectivamente hacia mi persona, su tono de voz lo demuestra.

Me molesta y enoja sobremanera la forma en la que me habla.

Reconozco que estos últimos días no me comporte de la mejor manera, al esconderme para verme con David y sé que soy la culpable de que Carmen me trate mal. Por eso piensa que tuve sexo en la despensa pero muy lejos está de la realidad.

– No me fui a revolcar en la despensa. Y no es necesario que hables esa manera. – digo apretando los diente visiblemente molesta.

– ¿No?. ¿Estás segura?... – dice con sonrisa falsa en su boca. – El otro día te vi entrando a la despensa y al rato saliste con la ropa desacomodada .

– No es de su interés lo que haga con mi vida. Cumplo con mi trab...

– Es de mi enteres por qué está en horario de trabajo. – me interrumpe. – Quiero de ahora en más que te comportes, sino voy a tener que decirle al señor. – amenaza.

Pega media vuelta y se va.

No me da tiempo a replicar.

Estoy helada por sus palabras.

APARIENCIAS (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora