𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐢𝐧 | bnha ˣ ᵒᶜ

➤ l o s t.

Luego de empacar sus pertenencias en la maleta, la dejó en la habitación de su madre. 

Tomó una ducha y se vistió con prendas de verano: un vestido flojo y unos botines negros.

Cogió su móvil junto a su bolso y salió rumbo hacia el edificio del peliverde.

En el camino, los fuertes y picantes rayos del sol le encandilaban, lo contrario al pronóstico dado.

“— Ahora… dobla a la derecha en cien metros…”— Leía la dirección su móvil.

Cuando estaba leyendo nuevamente la dirección, su frente había chocado con algo, o alguien.

— Perdo-.

— ¡TÚ!

Miró hacia el frente, un chico más alto que ella de apariencia ruda y cabello rubio cenizo la observaba con furia.

— ¿“Tú”?

— ¡¡VEN CONMIGO, ESTÚPIDA!!

Fushimi dio un paso atrás, sorprendida.

— ¿Quién eres? —Preguntó.

— ¡¿AH?!, ¡¿NO SABES QUIÉN SOY?!

— ¿No? —Contestó en tono de pregunta.

— Tch, ¡SÓLO VEN!

El rubio sólo tomó fuertemente su brazo mientras la arrastró por varias calles.

Lo observó fijamente, analizándolo. Su cabello alborotado, su fuerte tono de voz, sus ojos rojos…

— ¿Eres alguien de mi clase? —Preguntó, haciendo suspirar fuertemente al chico.

— ¡HASTA QUE RECUERDAS, RETRASADA ESTÚPIDA!

— Katsuki Ba… Na… ¿Nakulou?

— ¡BAKUGOU, IDIOTA!

— Oh. —Dijo, quedando en silencio por unos segundos .— ¿Se te ofrece algo?

Finalmente luego de unas tres cuadras más, la soltó. Llegaron al frente del supermercado.

— ¿Qué hacemos aquí, Nakulou-san?

— ¡Es Bakugou! ¡Y TÚ IRÁS A COMPRAR UNAS… unas… unas…!

— ¿Unas?

Cada vez que decía “unas”, sus mejillas cada vez se coloreaban más de rojo.

— ¿Condones? ¿Tampones? ¿Qué?

— ¡NO! ¡Unas.… t-t-toa-

— ¿Toallas femeninas?

El rubio asintió fuertemente.

— ¿Por qué tengo que ir yo? —Se cruzó de brazos Fushimi.

— ¡Porque eres una mujer! —Exclamó.

— Entonces vístete de mujer y ve allí. —Señaló la entrada al supermercado.

— ¡¿AH?!

— Sólo bromeaba. —Le sonrió de lado, entrando al local con la cabeza baja.

***

— Son 300¥ —Le habló la cajera, percatándose la manera en que Fushimi observaba un paquete de cigarrillos —. ¿Quieres uno?

— Si. —Le respondió —, Pero no soy mayor de edad y…

La cajera ignoró a la menor y metió dos paquetes de cigarrillos en la bolsa, seguido de un encendedor.