-Maya... Ya estoy aquí. Maya... -escuché la voz de Molly que me daba palmaditas en la cara.
-Oh, ya estás aquí Molly, ¿me quedé dormida mucho tiempo?
-Pues solo tardé 30 minutos.
-Huele delicioso ¿qué preparaste?
-Unas tostadas, a mi me encantan, siéntate, vamos a desayunar aquí, hace frío aya abajo.
-Está bien, y tú ¿viajas los fines de semana?
-No, solo viajo cada mes, vivo en el estado vecino, en Vurezcra, el pasaje es un poco caro y son 5 horas de viaje en autobús. Apenas fui hace dos semanas.
-Pues si está difícil y ¿por qué veniste hasta acá para estudiar?
-Pabulé tiene 12 de las 25 mejores universidades de nuestro país, mi estado solo tiene 2 de esas 25, pero en cuestión de pedagogía aquí es mejor que en mi estado.
-Bueno, que gusto que hayas venido hasta aquí, si no quien me hubiera ayudado hace un rato, fuiste muy amable, enserio, muchas gracias.
-No agradezcas, y además esta ciudad es muy hermosa.Después de terminar ese desayuno delicioso Molly me invitó a ver una película para la noche y sin dudarlo acepté. Salimos a comprar botanas y golosinas para disfrutar la película.
Ella se puso a repasar sus apuntes de la escuela y me platicó un poco de su carrera mientras le ayudaba a realizar su tarea.
-He estado estudiando en las noches, tengo exámenes la próxima semana, ese día que me asustaste en el restaurante, justamente estaba haciendo un resumen de mis apuntes.
-Sí, lo recuerdo, estuve a punto de soltarme a reír después de ver el brinco que te hice dar.
-Ya ni lo digas, casi me da un infarto.Llegó la noche y empezamos a ver la película, hacía mucho frío así que llevé mi sleeping bag, la abrí para extenderla y la compartí con Molly. Faltaba poco para que terminara la película cuando sentí que su cabeza de Molly iba cayendo poco a poco sobre mi hombro. Se había quedado dormida, hice un intento para despertarla pero cuando toqué su hombro para moverla ella se giró frente a mí y me abrazó.
Sentí muchos nervios y no sabía que hacer, me gustaba estar ahí, me gustaba que Molly me estuviera abrazando pero también me asustaba. Quería salir corriendo, pero a la vez no quería dejar sola a Molly, se había portado muy bien conmigo, había hecho mucho por mí aquel día y me había cuidado.
Nunca había dormido con una chica que no fuera de mi familia, pero no podía ser tan malo. Apagué su tv de Molly, la cubrí con su cobija y mi sleeping bag y me dormí a su lado.Ya era domingo. Abrí los ojos, entraba un poco de luz a través de la cortina de la ventana. Molly seguía dormida, se veía tan inocente, ella me gustaba demasiado, era hermosa hasta cuando dormía, estaba mirando sus labios cuando de repente abrió los ojos, quise fingir que estaba dormida pero me atrapo con su mirada.
-Hola... Buenos días... ¿Me quedé dormida? ¡Rayos! Discúlpame por dejarte sola con la película, estaba tan cansada que ni siquiera desperté en toda la noche -me dijo Molly tan apenada y dando un brinco de la cama.
-No te preocupes, ya estaba por terminar la película cuando te quedaste dormida, yo también estaba muy cansada, ¿no te importa que me haya quedado aquí a dormir?
-No, para nada, al contrario, gracias por no dejarme sola, de todos modos te iba a invitar a quedarte aquí cuando terminara la película y para que no durmieras sobre ese colchón duro, pero ya ves, me quedé inconsciente.Molly me invitó a salir a dar un paseo por la ciudad, antes de eso iríamos a bañarnos, ella me acompañó a mi cuarto para buscar mi ropa e ir a las regaderas.
-¿Qué es esto Maya? -preguntó Molly mirando mi piedra decorada que estaba sobre mi mueble.
-Es una piedra, le pinte un paisaje, me gusta decorarlas -le dije al momento que buscaba mi canasta donde guardaba el jabón y shampoo.
-Y tiene forma de corazón, está cool.
-¿De verdad te gusta?
-Claro, tienes buenas ideas, parece que eres muy creativa.
-Te la regalo, puedes conservarla -le dije a Molly sonriéndole.
-Woow... te lo agradezco mucho y desde luego que la voy a conservar, ¡me encanta!Llegamos a las regaderas, estaban libres, al parecer no había nadie por ahí.
-Que raro, no hay señales de vida por aquí -le dije.
-No, no es raro, los sábados no hay muchas chicas, la mayoría viaja a su casa, muchas están aquí por la escuela y desde los viernes por la tarde o sábado temprano salen. ¿Qué te parece si me baño en esta y tú en la de a lado? -me dijo señalando dos regaderas que estaban al final.
-Muy bien, vamos Molly.
Aún no terminaba de bañarme cuando Molly cerró su regadera y salió para tocar el cancel de la mía.
-Terminaste rápido, yo tardo mucho para esto
-Eres un poco tortuga Maya, ¿Te falta mucho?
-No, solo me falta secarme, luego me cambiaré y listo.
-¿Te cambiarás aquí?
-Si, así lo hago, ¿Tú no? Espera... entonces ¿cómo regresas a tu cuarto?
-No pensarás que desnuda ¿verdad?, llevo mi bata de baño, otras suben con la toalla enredada o con una piyama, cuando es de noche claro.
-Pues yo no, me da penita.
-Ya sal de ahí, solo cubre tu cuerpo con la toalla, al cabo que no hay casi nadie en la pensión, somos mujeres Maya, que ranchera eres.
-No, deja que me cambie será rápido.
Cuando me estaba secando, Molly jaló mi ropa que estaba colgada sobre el cancel de la regadera...
-¡Nooo! que injusta.
-No pasa nada Maya, ¡vamos! ya sal de ahí.
Me cubrí el cabello con la toalla pequeña, me enredé la grande en el cuerpo, tomé mi canasta y abrí la puerta, muerta de pena. Molly estaba frente a mí, tenía su bata de baño color blanco, una toalla en la cabeza y en sus manos llevaba su canasta, su ropa sucia, mi ropa sucia y la limpia que me había jalado.
Podía ver la parte superior de sus pechos, su bata le llegaba un poco arriba de la rodilla, tenía unas piernas hermosas. Nos quedamos mirando unos segundos y cuando nuestras miradas se cruzaron ambas nos sonrojamos.
-Eres como una donita, de esas que están cubiertas de azúcar glas -me dijo.
-¿Qué? ¿Por qué? -le dije soltando una carcajada.
-Porque tu piel es muy blanca, ¿nunca te has bronceado?
-No, nunca he ido a la playa, y si salgo con manga corta en un día de sol, para la noche me veo como un jitomate y me arde la piel.
-Eres muy delicada entonces, me hubiera gustado invitarte a la playa, hay una cerca de mi casa, a unos 30 minutos.
-Bueno, si me pongo bloqueador y no salgo cuando el sol esta en su punto, sí puedo, no es así de que sea super alérgica al sol, tampoco exageremos Molly -le dije con un tono de emoción por lo que me había dicho.
-Bueno, entonces lo tomaré en cuenta, te llevaré el próximo mes, ahora vámonos porque me está dando frío, por cierto que bonitas sandalias.
Le sonreí a Molly por su cumplido y subimos al segundo piso.Fue un fin de semana inolvidable para mí, Molly me había llevado a muchos lugares de la ciudad. Me llevó a un teleférico, a un museo, a un mercado de artesanías y a otro de artículos antiguos o retro que según a ella le encantaba visitar. En aquél mercado de artesanías ella compró dos pulseras con un dije. La mía tenía un gatito, la de ella tenía un búho, nuestros animales favoritos.
Molly me preguntó por mi color favorito para el cordón de la pulsera, en realidad mi color favorito es el blanco pero no lo tenían. Elegimos un color mostaza que nos combinaba pues ambas vestiamos un sueter de color gris oscuro y esos dos colores hacían un buen contraste.Al otro día, empezaba una nueva semana de trabajo. Desperté con la alarma de Molly que antes de irse tocó mi puerta para darme los buenos días y dejarme un huevito de chocolate de esos que tienen una sorpresa dentro. Ahora tenía una nueva amiga, o tal vez en algún momento seríamos algo más que eso.
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Molly (Primera Parte)
RomanceMaya en una nueva experiencia de vida e independencia conoce a Molly quien la apoyará cuando más lo necesita. Será su compañía e iniciarán una relación amorosa hasta que llega el momento en que Molly regresa a vivir a su estado de origen. Ambas lleg...