Aún recuerdo como fue mi primer amanecer en la pensión, hubo un poco de ruido antes de la media noche pero había dormido bien. No recuerdo qué estaba soñando porque desperté con mi canción favorita, "Locos" de León Larregui. No, no la tenía de alarma, de hecho mi alarma estaba puesta una hora más tarde. Pero mi vecina sí. Era muy madrugadora, me hubiera molestado porque me robó una hora más de sueño, pero cuando despiertas con tu canción favorita no es posible que despiertes de malas, eso pienso yo.
Escuché cuando mi vecina salió de su cuarto apenas sonó su alarma, era probable que había bajado a las regaderas.
Tenía curiosidad por conocerla, para tener gustos similares a los míos seguro eramos del mismo signo. Iba estar atenta para salir de mi cuarto cuando escuchara sus pasos subiendo las escaleras, gracias a las paredes de tablaroca y el eco de afuera era posible escuchar cuando alguien subía o bajaba por las escaleras.
Me quedé mirando el techo, solo recuerdo que volví a escuchar la puerta de su cuarto cerrarse, me había ganado el sueño y no la pude ver pero cuando saliera no se me iba a escapar.Escuchaba cómo corría por su pequeño cuarto, escuchaba el abrir y cerrar de unos cierres. Se escuchaba muy apurada cuando de repente se abrió su puerta de nuevo y escuché sus pasos tan apresurados que intenté levantarme de la cama lo más rápido posible pero fue inútil, cuando salí de mi cuarto ella iba bajando la escalera y solo pude ver su espalda. Me costó salir de la cama porque estaba durmiendo dentro de una sleeping bag. Adán me había dicho que tenía que llevar mis propias sábanas, almohadas y cobijas para la cama así que para no complicarme me lleve una sleeping bag y una almohada pequeña, ya después llevaría una cobija y las sábanas.
Llegué con Petra, me explicó todo acerca de lo que tenía que hacer. El primer día fue calmado. Aprendí a preparar una salsa con chile morita, aceite de oliva, cebolla ajo y ajonjolí. Mi horario de trabajo sería de 9:00 AM a 6:00 PM y tendría una hora de comida.
El sueldo no estaba mal.Regresé a la pensión con un frasco pequeño de mermelada de fresa que me había regalado Petra. Necesitaba un pan tostado para comerla asi que salí al super que estaba a la vuelta. El día anterior, en la carta del restaurante ví unas malteadas que también se me antojó probar. Después de salir del super fuí por una malteada.
Solo estaba una pareja en una mesa cerca de la entrada, la chica de caja estaba un poco distraída, tenía una libreta y estaba anotando unas cosas que ni siquiera notó cuando entré y me paré frente a ella.
-Hola, me muestras la carta por favor -le dije a la chica que al momento de escucharme dió un brinco del susto.
-Ho... Hola... Disculpa, estaba un poco distraída, toma asiento, en un momento te la llevo -me respondió sonrojada y con una sonrisa nerviosa pero tan hermosa como el día anterior.
-No, no, discúlpame tu a mí por asustarte, no fue mi intención, pensándolo bien no te preocupes por la carta, sólo quiero llevar una malteada de fresa -le dije un poco apenada por haberla asustado.
-Descuida chica, toma asiento en un momento estará lista.
La chica me entregó mi malteada, le di las gracias y nos despedimos con una sonrisa.Me preparé mi pan tostado, y disfruté mi malteada de fresa mientras veía unos tutoriales en Youtube para darme una idea de como decorar la piedra que había guardado. Después de un rato bajé a ducharme. Ya eran las 8:50 PM y en el comedor había unas chicas cenando, una de ellas se dirigió a mi.
-Hola, disculpa que te interrumpa tendrás algún encendedor o fósforos que me pudieras prestar, compramos algo de cenar pero esta un poco fría nuestra comida y necesito encender la parrilla para calentar nuestra cena -me preguntó una chica un poco más bajita que yo, de cabello largo y castaño.
-Sí, tengo un encendedor déjame subir por él, estoy en el segundo piso, ahora vuelvo.
-Te lo agradezco mucho, si quieres te acompaño, yo también estoy en el segundo piso.
El segundo piso... ¿Y si ella era mi vecina? aquella que estaba al otro lado del rosa pastel.
-Claro, vamos -le respondí emocionada y ansiosa por saber si era ella.
-¿Cuál es tu habitación? - me preguntó la chica mientras subíamos.
-La número 10 ¿Y tú?
-Yo estoy en la 15 frente a la escalera, la tuya esta casi en la orilla ¿cierto?
-Si, exactamente -le respondí un poco decepcionada de saber que no era mi vecina.
Le presté el encendedor y me fuí a las regaderas.
Iba subiendo la escalera, pensando en que me quedaría afuera del cuarto, para conocer a mi vecina cuando llegara y pasara frente a mi puerta. Sí, eso haría no se me iba a escapar ésta vez, no habría manera, a menos que no llegara a dormir.
Metí la llave en el picaporte de mi puerta, entré, puse mi ropa sucia sobre la silla y escuché la puerta de mi vecina. ¡Qué rayos! Pareciera que se escapaba de mi. Ya había escuchado pasos en la escalera pero con tanta chica caminando por ahí ni siquiera imaginé que precisamente sería ella. Prácticamente iba detrás de mi y ni siquiera me había percatado de eso.Me pegué a la tablaroca para escuchar qué hacía mi vecina, se escuchaba cómo hojeaba un libro o tal vez un cuaderno, probablemente se dedicaba solo a estudiar.
Empecé a decorar esa piedra en forma de corazón, con unas pinturas y pinceles que había comprado en el super. Elegí pintarla toda de color arena y dibujarle un pequeño paisaje de árboles secos con pintura café oscuro.
De repente empecé a escuchar en el cuarto de mi vecina, una de mis canciones favoritas, una que me fascina y que me sé de memoria, "Firestone" de Kygo.
Seguro que si eramos del mismo signo, ¿Teníamos algo en común o solo era coincidencia?
Me recargué sobre la tablaroca para escuchar y ¡Oh sorpresa! Mi vecina empezó a cantar, ella también se sabía la canción. Había alguien detrás del rosa pastel, alguien que era muy especial y estaba segura de que la quería conocer.
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Molly (Primera Parte)
RomanceMaya en una nueva experiencia de vida e independencia conoce a Molly quien la apoyará cuando más lo necesita. Será su compañía e iniciarán una relación amorosa hasta que llega el momento en que Molly regresa a vivir a su estado de origen. Ambas lleg...