SEMANA DE EXÁMENES

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Esa semana sería pesada para Molly pues era su semana de exámenes. El lunes después de salir del trabajo me dirigí al restaurante para comer algo y para preguntarle a ella cómo le había ido en su primer día de evaluación.
Entré y antes que nada miré hacia la caja, ahí estaba Molly. Se levantó de su silla, se acercó a mi y me saludó con un beso en la mejilla.
-¿Cómo te fue Molly? ¿Todo bien? -le pregunté
-¡Aaaaay Mayita! -me dijo frunciendo el seño mientras me tomaba de los hombros y me daba una ligera sacudida.
-¿Qué pasa? Cuéntame ¡anda!
-Pues siento que no me fue mal, pero tampoco excelente, ya se verá el viernes, ese día me dan resultados de todas las materias.
-Bueno, ojalá que tengas buenos resultados, sigue estudiando para los que te faltan, si necesitas ayuda yo puedo echarte una mano, sé que no tengo conocimiento de tu carrera pero al menos te puedo ayudar con una estrategia para estudiar.
-Te lo agradecería mucho Mayita. No he comido aún, ¿Quieres que comamos algo juntas?
-Por supuesto, ¿Qué me recomiendas?
-Mira, hay una pizza que se prepara con pan árabe, y carne árabe, la llamamos pizza oriental, se dice que es individual pero está enorme, al menos yo nunca me he terminado una entera y creo que tu menos con ese estomaguito que tienes, pero es deliciosa ¿Pedimos una y la compartimos?
-Me agrada tu idea, la quiero probar, jajaja ¡¿oye?!, ¿cómo que tengo un estomaguito? Me verás flacucha pero a veces si como demasiado y más tratándose de pizza que mucho me encanta.
-Ah mira, hoy aprendí algo de ti, te gusta la pizza y a mi también, algo en común y pues ya veremos si es cierto que comes mucho, flaquita.
Ahora vuelvo voy a pedir la orden a mis compañeros.
Molly se paro frente a la barra y le grito "Lola" a su compañera. Pidió la orden y volvió a la mesa donde estábamos.
-No te he presentado a mis compañeros, ven te quiero presentar con ellos -me dijo Molly al mismo tiempo que tomaba mi mano para levantarme de la silla.
-Hugo, ven. Mira, ella es mi amiga Maya, también es mi vecina en la pensión. Maya, el es Hugo mi compañero, un poco tímido y callado pero buena onda -nos dijo señalandonos a ambos esperando que estrecharamos nuestras manos.
-Hola Hugo, un gusto conocerte... Bueno ya te conocía pero no sabía tu nombre -le dije con una gran sonrisa.
-El gusto es mío, y claro te he visto a diario estos días, aquí serás siempre bienvenida -me dijo estrechando un poco fuerte mi mano.
-Lolita te quiero presentar a Maya, creo que ya escuchaste lo demás -le dijo Molly a su otra compañera.
-Si, son vecinas en la pensión. Mucho gusto Maya, yo soy Aurora pero como ya escuchaste me dicen Lola, estudio en la misma universidad que Molly, solo que yo estudio en sistema abierto y estudio psicopedagogía, así que de lunes a viernes me encuentras aquí de 9 a 9 y estoy a tus órdenes.
-Gracias Lola, yo también estoy considerando estudiar para verano en sistema abierto.
-Inténtalo, esta un poco más tranquilo que el sistema escolarizado.
-Esperemos que sí. Bien, me dio gusto conocerlos chicos -les dije mientras miraba a Molly para agradecerle con una sonrisa.
-Bueno chicos volveremos a sentarnos, espero la pizza, ¡Gracias! -dijo Molly

Apenas nos sentamos y el celular de Molly empezó a sonar con la canción de "Brillas" de Leon Larregui
-Rayos, mi jefe -dijo Molly mientras miraba la pantalla de su celular y respondía la llamada.
-Hola, ¿Cómo?... ¿Ya en estos momentos?... Ok, ahora les digo.
-¿Pasa algo? -le pregunté mientras ella se agarraba la frente y me miraba con una cara de fastidio.
-Mi jefe quiere que cerremos el local porque vendrán a reparar los fregaderos, se suponía que vendrían el domingo, pero siempre cambia las cosas de último momento.
-Y... ¿Ahora?
-Ven, me ayudarás a preparar la pizza de nosotros porque mis compañeros dejarán listo el local para irnos, hay dos personas les avisaré que estamos por cerrar y pondré el letrero de "cerrado"
Molly le dió el comunicado de su jefe a sus compañeros, me llevo al otro lado de la barra y me puso un mandil de color negro.
-Ahora vuelvo -me dijo.
Hugo y Aurora empezaron a guardar comida en recipientes para luego meterla a los refrigeradores que tenían. Las dos personas que estaban en el restaurante pidieron su comida para llevar, le dieron las gracias a Molly y se despidieron.
-Ahora vamos a preparar la pizza mientras mis compañeros hacen limpieza y levantan las sillas.
Molly sacó una lata como de unos 15 litros de capacidad de la mesa refrigerada que tenían y la sacudió.
-Está vacía, tendremos que ir por otra a la bodega, acompáñame.
Abrimos la puerta, era un cuarto como de unos 4 metros de largo por 2 de ancho. Había estantes y al fondo estaba un congelador horizontal, Molly se dirigió a él y saco una bolsa.
-Es pasta de tomate, la vamos a preparar, solo será una bolsa por el momento.
Molly también tomó de los estantes unas bolsitas pequeñas con unos polvos de color crema, café y verde.
-Estos son condimentos, perejil, sal de ajo, pimienta... Tú sabes, para darle ese sabor y aroma, solo se los tenemos que agregar a la pasta.
Salimos de la bodega, procedimos a preparar la pizza y la metimos al horno. No fue mucho el tiempo que tardó pues estaba preparada con pan árabe, solo se tenía que cocer un poco la salsa de tomate, y derretir el queso. La carne también ya estaba cocida al momento de armar la pizza pero cuando salió del horno tenía un toque casi crujiente.
Salimos del local con la pizza, nos despedimos de Hugo y Aurora y nos dirigimos a la pensión.

Molly caminaba por delante de mí mientras subíamos las escaleras, la pizza dejaba un aroma delicioso por los pasillos. Llegamos a las puertas de nuestro cuarto y nos detuvimos
-¿En dónde vamos a comer la pizza? -preguntó Molly.
-Cordialmente te invitaría a mi recámara pero es más pequeña, no tengo televisión y mi colchón está muy incómodo -le respondí
-No se diga más, vamos a la mía.
Molly abrió su puerta, entramos a su recámara, puso un poco de música y nos sentamos en la cama.
-Oye Molly, ¿Te gustan las canciones de León Larregui?
-Obviamente, amo su música, las letras de sus canciones son tan románticas, me encantan.
-Lo he notado, me he dado cuenta por esa alarma que suena todas las mañanas con mi canción favorita.
-¿Es tu canción favorita? A mi me fascina, hace unos días que se estrenó en Youtube, y desde entonces la puse como tono de alarma -dijo Molly mientras sacaba de su mueble un par de platos que puso sobre su mesa pequeña.
-Canta conmigo Maya -me dijo dándome unas palmadas en la espalda.
Nos aclaramos un poco la voz y Molly empezó a cantar
-Estoy contento, de tenerte cerca, muy cerca de mí, que me digas loco que me dés de besos y que te rías de mí
Continúe cantando después de que Molly me señalará para indicar mi turno
-Sabes que quiero decir
ya no me mires así...
Inmediatamente Molly cubrió mi boca con su mano, acercó su rostro con el mío y continuó
-Yo simplemente puedo decirte que eres lo más bonito que he visto en toda mi vida, y sé que nunca te lo he dicho y me da miedo confesarte pero antes... quiero besarte, llevo un rato tratando de decirte, que ya no puedo vivir sin ti, llevo años tratando de decirte que te amooooo
Cuando Molly se percató de lo cerca que estabamos, quitó inmediatamente su mano de mi boca y dió un paso atrás.
-Perdón, disculpa, me alteré, es que esa era mi parte favorita -dijo Molly tan sonrojada entré risas
-No te preocupes, cantas muy bonito, nunca había escuchado una voz así.
Molly se sonrojó todavía más.
-Gracias mi Mayita, bueno... Ya vamos a comer -dijo jalando la mesita hacia la cama.
-Pues creo que ya cuenta como cena, ya son las 7:05 PM -Le dije sonriendo

Después de terminarnos esa pizza deliciosa, continuamos escuchando música, le ayude a Molly a dibujar el margen a unas hojas de un engargolado que tenía, y platicamos un poco de sus materias.
Eran las 9:30 PM y bajamos a las regaderas para darnos una ducha. Al subir nos dimos las buenas noches y entramos a nuestras recamaras para dormir.

El resto de la semana hasta el jueves, estuve con Molly durante las noches para ayudarle con sus tareas. Cada día Molly llevaba una comida diferente del restaurante para cenar juntas en su recámara. Todas esas noches habían sido tan agradables para mí y trataba de hacer reír a Molly con mis ocurrencias para quitarle un poco de estrés y hacer menos pesada su semana.

Molly (Primera Parte) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora