Mil gotas de sangre mas oscuras (2/2)

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Aproximadamente a las doce de la noche el murciélago ya estaba observando la ciudad desde las cornisas de los más altos edificios de Gotham, fue entonces cuando escuchó un estruendo que provenía de unas tres manzanas.
Cuando llegó al origen del ruido no había nadie, tan solo los cristales rotos de una joyería donde dentro podía apreciarse la ausencia de las alhajas. Rápidamente se subió a su vehículo y siguió el ruido que dejaban los motores de las motos que pertenecían a los posibles atracadores.

Dos horas después ya les había neutralizado, tres cuerpos inconscientes amontonados en un callejón, atados. Empezó a oír la sirena de policía a lo lejos, era el momento de irse, subió hasta la azotea más cercana y miro atento como los agentes cogían a los atracadores y se los llevaban en sus vehículos.
Su traje estaba algo magullado, pues los atracadores iban armados y no habían dudado en usar esas armas contra él.

Suspiró pesadamente, al inhalar sus pulmones se helaron por el frío de la oscura noche, al acercarse al borde de la azotea sentía crujir la escarcha bajo sus botas, bajo hasta el callejón donde había dejado la moto y se subió en ella arrancando y conduciendo entre las calles buscando algún problema que solucionar.

Empezó a oír gritos que provenían del final de una calle estrecha e inhundada del vapor de las alcantarillas que ascendía hacia la superficie. Rápidamente bajó del vehículo y procedió a adentrarse con precaución hacia el final de la calle  muy alerta ya que no conseguía distinguir el origen de los alaridos. No fue hasta que subió la vista a una escalera de incendios situada a su derecha en la que vió a una joven muchacha agarrada al borde de una de las barras de dicha escalera a la altura de un quinto piso. Visualizó a los atacantes de la joven, uno de ellos pretendía empujarla hasta que se percató de la presencia del murciélago, el otro estaba asomado a una ventana del piso superior, que al ver al justiciero pensó que la mejor opción era dispararle con el arma que sujetaba en su mano derecha, disparó tres ráfagas de balas de las cuales ninguna rozó al murcielgado pues la distancia y la falta de experiencia del muchacho no eran una gran combinación. El otro sujeto empujó a la chica hasta hacer que se soltase de la escalera y subió a toda prisa hacia la azotea. El murciélago se apresuró a situarse bajo la joven y la cogió firmemente cuando está cayó en sus brazos, la muchacha le abrazo con fuerza pues acababa de salvarle la vida.
Notó que la chica se movía y la dejo con cuidado en el suelo, pero antes de poder preguntarle cómo se encontraba, ella clavo una jeringuilla bajo la mandíbula del murciélago por lo que inmediatamente empezó a sentirse mareado y su vista era cada vez más borrosa. Tambaleándose se alejó de la muchacha pero no llego muy lejos ya que se desplomó a los 4 metros nublandose por completo.


Sentía un fuerte dolor de cabeza, no sabía dónde estaba ni cuánto tiempo había estado sedado. Tampoco podía moverse bien, sentía todo su cuerpo pesado y entumecido. Sacudió ligeramente la cabeza y miro alrededor, no entendía la situación pues se encontraba sobre una cama de sábanas escarlata, con tan solo la ropa interior...

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2019 ⏰

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