Chapter 8

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El irritante sonido de mi celular me despertó de golpe, pero, por suerte, no se trataba de la alarma, lo que significaba que después de contestar la llamada, podría seguir con mis sueños. Busqué a tientas el celular en la mesa de noche, sin despegar la cara de la almohada, hasta que lo encontré y sólo levanté la cabeza para apretar el botón de contestar. Una vez presionado mi cabeza volvió a la misma posición. Ni sin quiera me molesté en ver quien era.

— ¿Hola? — mi voz salió rasposa, típica voz mañanera.

— ¿Sigues durmiendo? — no reconocí la voz, pero me parecía increíblemente familiar.

— Sí. ¿Quién es?

— ¿No sabes quien soy? — Y la reconocí.

Salí de mi reconfortante posición y me levanté de golpe. Mi mamá. Hace milenios que no sabía de ella y ¿de la nada decide llamarme?

— Mamá — miré la pantalla del celular, lo que me lo confirmó.

— ¿Cómo has estado? — preguntó.

— Pues... Bien — respondí, encogiéndome de hombros, aunque ella no podía verme —. ¿Sucede algo? Ambas sabemos que no eres de las que llama sin ninguna razón.

— La verdad es que sí — lo sabía —. Me gustaría que vinieras a comer hoy.

— ¿Hoy? — pregunté, aunque acababa de decírmelo.

— Sí. Hoy estarán los hijos de Des. Queremos que se conozcan — rodé los ojos.

— ¿Y Damiana? — pregunté —. Sabes que si ella no va yo no iré.

— Ya la llamé. Irá con Alex. Vamos, Gianira, eres la única que falta — rogó mi mamá.

Y es que no quería ir. No quería tener que tragarme casi todo un día -porque ir a comer significaba almorzar y cenar para mi madre- con gente que prácticamente no conozco.

— Está bien — suspiré —. Ahí estaré. A las...

— 2 p.m — respondió. Tenía un tono más alegre —. Nos vemos.

Y colgué.

Vi la hora. 12:43 p.m. Tenía que apurarme, en especial si le voy a pedir a Damiana que venga por mi, sabiendo que mi hermana es la persona más puntual existente en este planeta y vendrá por lo menos 20 minutos antes.

Yo: Hola hermana :)

Yo: Vienes por mi? Gracias, te amo.

Y no esperé respuesta.

Fui a la ducha, me vestí y arreglé y luego ordené un poco la habitación. Estaba terminando cuando la puerta de mi habitación se abrió y Brent apareció en calzoncillos.

— ¿Vas a algún lado? — preguntó.

— Mi mamá me invitó a comer — respondí.

— Tenemos que hablar — dijo serio, a lo que fruncí el ceño, sin saber exactamente que era lo que teníamos pendiente —. Por lo de anoche.

Rodé los ojos y terminé lo que estaba haciendo.

— Por favor, Brent — tomé mi bolso y mi celular y salí de mi habitación, sabiendo que el iría detrás mío —. ¿Qué cosa tan mala sucedió ayer?

Loud | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora