Chapter 4

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Decir que estaba molesta, sería una mentira. Sí, puede ser que no sea una de mis cosas favoritas estar aquí, prácticamente secuestrada por Harry, pero prefería esto a pagar una cuenta que probablemente me saldría más cara que dos de mis sueldos.

Además no es taaaaan malo pasar tiempo con él. Quizá un poco agotador, pero no malo.

— ¿Se repetirá esto? — pregunté.

Alzó la mirada, sin parar de masticar. Por lógica entendí que no hablaría hasta tragar su comida.

— Bueno... Si tu quieres que repita, por mi está bien — a diferencia de como había pensado, no se tomó la molestia de esperar y habló con la boca llena, haciéndome reír un poco.

— No lo sé, lo digo porque yo creí que no te caía bien — me encogí de hombros y, ahora sí, se tomó el tiempo de tragar.

— Bueno, si quieres que te sea sincero, no me caes bien — dijo con sinceridad, a lo que yo le enarqué una ceja —, pero tampoco me caes mal, no te preocupes.

— Sé que no a todos les agrado — reí levemente —. Si quieres puedes preguntarle a todos mis amigos, a ninguno le caía bien desde un principio. Excepto a Brent, a él siempre le caí bien.

— ¿Es malo que no me sorprenda ni un poco? — hizo una mueca.

— Malo o bueno, es lo que hay.





Una vez terminamos de comer y pagué, nos subimos a su coche, en el cual hemos estado alrededor de 25 minutos divagando por la ciudad. Igual que cuando nos dirigíamos a nuestro primer destino, Harry no quiso decirme a donde íbamos esta vez.

— Es algo que no me va a gustar, ¿no es así? — pregunté, girándome para mirarlo conducir — La primera vez no me dijiste porque sabías que no me gustaría, esta vez es lo mismo, ¿cierto?

— ¡Apenas te conozco! ¿cómo sé si un lugar te gustará o no? — exclamó, girándose a mirarme por un instante y luego volviendo su vista a la carretera. Su mano dejó la palanca y fue directo hacia la radio para subirle el volumen, luego volvió a su lugar.

— No me gustan las sorpresas, me ponen nerviosa — dije —. Ahí tienes algo sobre mí.

— No te diré a donde vamos, Gin, supéralo. Disfruta el viaje — su voz salió más calmada de lo normal, haciendo que una sensación de rabia me recorriera el cuerpo. El rizado pareció notarlo y se rió entre dientes.

COSA QUE ME DIO MÁS RABIA TODAVÍA.

Pero me lo iba aguantar, aunque tuviera ganas de golpearlo y sacarle un ojo. No por él, si no por mí. No quiero morir en un accidente automovilístico.

— Solamente por conversar, de verdad que sólo con ese propósito, no es que me importe ni nada, pero ¿que tal tu vida? — lo miré con una ceja enarcada, haciéndolo mirarme por un segundo —. Bueno, Gin, estamos ambos metidos en mi auto y, de verdad que me gustaría preguntarte sobre otras cosas, pero no sé nada de ti como para hacerlo.

Tiene un punto.

— La verdad es que no soy el tipo de persona que da información personal así como así.

— Oh, eso lo sé, créeme, pero no estoy pidiendo por información personal — hizo una pausa —, por ejemplo, podrías hablarme de tu trabajo o... ¡no lo sé! ¿trabajas?

— Sí — respondí —. Trabajo de camarera en un restaurant cerca del centro, cerca de mi universidad.

— Oh, ¿estudias?

— No, para nada. Es mi universidad porque yo soy la dueña — respondí sarcásticamente, haciéndolo rodar sus ojos —, ¿Qué hay de ti?

— Bueno... Yo estoy en el negocio familiar — se quedó en silencio y yo esperé a que continuara —. Mi papá necesitaba a alguien que lo siguiera en su mayor legado y, lamentablemente, yo me ofrecí.

Loud | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora