Loud | Harry Styles |

Chapter 9

La excusa que usamos para llegar a la mesa fue que le pedí a Harry que me enseñara el baño y que el me espero fuera para luego decirme donde estaba el comedor. Todos parecieron creernos, excepto mi hermana que me miró enarcando una ceja disimuladamente.

Las únicas dos sillas que sobraban estaban entre Gemma y Damiana, por lo que Harry y yo tomamos asiento ahí, cada uno junto a su respectiva hermana. Comenzamos a comer y todo iba bien, ya que nadie había abierto la boca para decir nada hasta varios minutos después, lo que arruinó la perfección de la
cena... o por lo menos para mi.

— ¿Como van los estudios, Gin? — preguntó Des.

Para ti es Gianira.

— Bien — respondí.

Por el rabillo del ojo noté como Harry sonreía y bajaba la cabeza.

— Perdona a mi hermana, Des. Ya sabes como es — Damiana me miró con desaprobación. Yo la miré como si no supiera de lo que está hablando.

— ¿Por qué lo dices? Yo solo pensé que de tanto escucharte a ti hablar, yo debería decir menos. Hay que mantener el equilibrio — Escuché la risa un par, no estoy muy segura de quienes. Ahora Damiana me miraba peor.

— No hablo mucho, no soy como tú, Gianira, que eres desagradable y...

— ¿Desagradable? — me reí —. Ese es nuevo.

— ¿Ves? Nunca...

— Niñas, ya basta — interrumpió mi madre —. Son expertas en hacer escenas, estamos comiendo.

Ambas nos quedamos calladas. Harry a mi lado se notaba que estaba disfrutando la situación.

— Bien... — dijo Des, llenando el silencio —. ¿Que hay de ti, Alex?

— Uhm... soy cirujano — respondió, sin saber que decir —. Es decir, estoy en mi segundo año de residencia para convertirme en uno.

— ¿Cirujano? — dijo Gemma asombrada —. ¿Y no te da miedo matar a alguien o algo así?

— Me gusta más pensar que lo hago por salvar vidas que por las muertes — bromeó.

Algo se puso en mi muslo apenas Alex habló. Por el calor que emanaba supe al instante que se trataba de de una mano... La mano de Harry.

— ¿Tu quieres convertirte en cirujana, Gin? — preguntó Des.

— Uhm... — No tenía cabeza para responder a la pregunta, no con la mano de Harry en mi pierna. No cuando ahora, estaba subiendo a zona peligrosa —. Quizás... Uhm... sigo pensándolo.

Maldita la hora en la que decidí ponerme una falda de mezclilla y no unos pantalones cortos.

No voy a mentir, tampoco es que quiera que Harry saque su mano, pero el momento no es el más indicado. Este chico sabe lo que hace, sabe que está jugando con fuego.

— ¿Cuáles son tus opciones? — me preguntó Gemma.

¿POR QUÉ ME HABLAN TODOS A MI?

— Hm... — sentí la mano de Harry en mi muslo interno — La verdad no lo sé — ahora estaba acercándose, lentamente, a mis bragas —. Es un plano muy amplio ¿tú a qué te dedicas?

Rogué porque ahora la atención se fuera hacia ella. Todavía no me explico como Harry aún no había dicho ni una palabra, no desde que nos sentamos.

— Yo soy escritora — respondió Gemma.

Luego empezó a decir otras cosas, que por suerte no iban dirigidas a mi, pues en ese instante los dedos de Harry habían levantado la tela de mis bragas y su mano ya estaba donde se supone que una mano NO debe estar cuando estas almorzando con tu familia... y otras personas.