1. Café sin azúcar.

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El café se encontraba demasiado amargo cuando tocó los labios de MinSeok. Sinceramente, él ya estaba harto de gritarle a LuHan cuanto más azúcar mejor, idiota cada vez que se le metía entre ceja y ceja preparar sus pedidos en persona, por lo que sólo lo dejó en la mesa y entrelazó sus dedos en torno a la taza.

La cafetería donde LuHan trabajaba era visiblemente bonita. La mayoría de las mesas se encontraban afuera -una ventaja para su levemente antisocial capricho de tomar café sin tener una mirada molesta sobre su cabeza- y casi no había gente en las mesas alrededor suyo dentro del establecimiento.
Le gustaría poder tomar su café, pero era demasiado reacio a las cosas amargas o con una leve falta de azúcar, así que a menos de que a LuHan se le dignara aparecer con algún sobre de azúcar o, en defecto, otro café mejor preparado que él pudiera tomar, debería abstenerse de una muy probable rabieta por falta de azúcar en el día. Su amigo contaba con la suerte de, pues justamente, ser su mejor amigo, o de otra forma MinSeok en persona se habría encargado de que fuera despedido y, de ser posible, sin paga. Después de todo LuHan le debía muchas.

— ¡Te encontré!

MinSeok saltó en su asiento con el corazón golpeando fuerte en su pecho. La taza de café se movió lo suficiente para derramar algunas gotas sobre el mantel floreado que adornaba la mesa, y el chico no pudo hacer más que bufar en voz baja mientras el dueño de aquella voz ocupaba el lugar en frente suyo.

— A que no te imaginas lo que conseguí para ti— dijo BaekHyun, y MinSeok rodó los ojos.

— ¿Cómo sabías dónde estaba?

Su amigo pareció repentinamente ofendido por su observación, como si asumiera que MinSeok no hubiese querido que lo encontraran en el lugar donde pasó toda su tarde. Y, de hecho, eso era cierto.

— Es la cafetería de LuHan— contestó Baek, obvio—. Donde él está, tú también.

Touché.

— En fin.— BaekHyun movió su mano en el aire como si diera el tema por zanjado y puso su mochila pequeña sobre la mesa. El movimiento brusco agitó el café entre las manos de MinSeok—. Como ya dije, tengo algo importante para ti.

— ¿Qué co...?

Incluso antes de que pudiera terminar su frase, BaekHyun ya estaba sonriendo tan ampliamente que parecía doloroso mientras le extendía el objeto que segundos antes buscaba con ansiedad dentro de su bolso.

Un libro.

— No me digas que tú...— MinSeok prácticamente arrancó aquél "presente" de las manos de su amigo y lo observó de arriba a abajo.

Casi seiscientas páginas de la saga que no paraba de dar vueltas en su cabeza.

Harry Potter y las Reliquias de La Muerte— leyó. Fijó sus ojos en la expresión de su amigo para encontrarse con una sonrisa incluso más extensa que la anterior.

— Costó conseguirlo— dijo BaekHyun—. Estaba agotado en las mayorías de las librerías que visité, pero por suerte Hoseok, el de tercero, lo vendía a un precio razonable.

— ¿Por qué lo compraste?— preguntó en un susurro. Esa maldita saga estaba volviéndolo loco, sobretodo porque le recordaba demasiado a él, y todo aquello que lo incluía mandaba flechas directo a su mente.

— Tienes que darle un presente— contestó el otro, quitando la taza de en frente suyo para darle un sorbo al café amargo. A BaekHyun le gustó—. El sábado es su fiesta de cumpleaños y te invitó, ¿no es cierto?

— Si...— Y era verdad. MinSeok sólo no podía creer que aquél chico que nublaba su mente se hubiera parado en frente suyo para invitarlo a esa fiesta, tan seguro de sí mismo, como si no estuviera al tanto de todo lo que su voz generaba dentro de MinSeok.

— Ahí tienes. No puedes llegar sin un regalo.

Su amigo tenía un punto, después de todo no era más que una cuestión de cortesía.

Tan sólo si esas fueran las verdaderas intenciones que BaekHyun quería exponer.

— ChanYeol es amigo de JongDae— dijo entonces. Sus ojos castaños brillaron al mencionar a su novio, de la misma forma que los de MinSeok debieron haberlo hecho en cuanto escuchó el nombre de él—. Yeol me comentó que este libro— dio dos golpes con el reverso de la cuchara sobre la tapa dura del mismo— es el único que le falta. Al parecer sus padres no quieren promover más su capricho por la lectura, dicen que lo distraen de su obligación en la escuela. Lo que es cierto. ¿Recuerdas cuando salió la última película? Él no paraba de hablar de eso, la profesora incluso lo sacó de clases cuando lo encontró hablando con YiXing a mitad de un examen y...

— Baek.

— Lo siento— BaekHyun rio en disculpa y se reacomodó en el asiento—. A lo que iba es que JongDae comenzó a ahorrar para comprarlo, pero por lo que Yeol dice no lleva ni la mitad de lo que cuesta.

— ¿Entonces debo regalárselo y ya?— preguntó con un deje de incredulidad—. ¿Eso no sería raro?

BaekHyun se encogió de hombros.

— ChanYeol me regaló el último álbum de SNSD cuando me conoció y ni siquiera sabía que a mí me gustaba. Cabe agregar que cumplimos dos años en tres meses.

Ahí otra vez, Baek tenía un muy buen punto.

— Además es bueno, podrían sacar tema de conversación con respecto a eso— acotó su amigo.

— Pero a mí no me gusta Harry Potter.

— Pero lo quieres a él.

No había porqué decir que, nuevamente, su amigo tenía un punto. MinSeok podría hacerlo, sólo si eso garantizaba que aquél bonito chico con complejo de gato lo miraría más de dos veces en el mismo minuto.

Incluso podría tragarse la saga de siete libros en una noche, a pesar de que no eran de su agrado. Él prefería el romance a la fantasía, los libros de auto ayuda a la acción, Crepúsculo a Harry Potter.

De seguro JongDae se suicidaría con una cuchara si llegara a escucharlo decir eso.

— ¡Chicos!— exclamó una voz aguda desde el fondo del local. Ahí venía LuHan, luego de tanto tiempo—. Lamento haberme tardado, el dueño me pidió un favor.

— ¿El dueño?— preguntó BaekHyun en tono pícaro—. ¿No querrás decir el hijo del dueño?

LuHan frunció el ceño con indignación.

— No. El dueño. Ya te dije que SeHun es un chico respetuoso y tímido.

— Pero te gusta~

MinSeok rodó los ojos y apretó el libro entre sus manos. Supuso que a JongDae le gustaría, después de todo el consejo venía de parte del rey en la relaciones ajenas, Byun BaekHyun. Señor licenciado en meterse donde no lo llaman.

— ¡Ah! ¡Lo olvidaba!— LuHan revolvió dentro de los bolsillos de su delantal hasta dar con un pequeño sobre blanco. Se lo extendió a MinSeok con una sonrisa—: el azúcar para tu café.

BaekHyun comenzó a reír a carcajada abierta  mientras MinSeok se debatía entre golpear a LuHan con la taza de café vacía o no.

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¡hey, harry!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora