Capítulo VI: Clubes. bailes y besos.

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La noche llegó y decidimos salir. Estábamos todos en lo de Isabella. Los chicos en el living pasando música y nosotras en el cuarto arreglandonos. ¿Qué podría salir mal?

Me puse un vestido rojo ajustado y escotado que Emily me obligó poner. Di una mirada en el espejo.

- Es demasiado, Emily.- le dije.

- No, simplemente no estás acostumbrada. Te ves genial. - me respondió Sky con desgano.

Hice una mueca y suspiré. Sólo rogué que no fuera mucho.

Luego de maquillarme y peinarme, cuando todas terminamos salimos del cuarto.

- Se ven muy lindas. - dijo Austin. Mi cara de disgusto seguía en mí y él la notó. - ¿Qué sucede, Clara?

- Es exagerado el vestido. Parezco una puta. - dije haciendo cara.

- No digas eso, te ves muy linda. - dijo Emily.

- Preciosa. - acotó Austin.

- Sex.. hermosa. - dijo Damen. Le revolee una almohada y la atrapó. - Ole.

Le saque la lengua y salimos.

El club nocturno estaba llenísimo. Nos dejaron pasar porque uno de los que trabaja en el lugar es el novio de Sky y ella los conoce a todos, pero si no fuera por eso, no pasábamos.

Nos encontrabamos bailando electrónica, la cual nunca me gusto pero que más daba, era mi cumpleaños, llevaba puesto un vestido hiper ajustado y me daba igual. ¿Qué ganaba amargandome? Nada.

Estaba moviéndome cuando se me acercó Damen. Miré a Emily y ella estaba concentrada en su baile, por lo que no le presté atención y seguí a mi mejor amigo. Nos encontrábamos muy pegados, podía sentir sus jadeos por el cansancio. Noté su amigo en mi trasero y seguí. Estaba disfrutando a mil, como si no hubiera un después. En eso, se acercó a mi cuello y sentía su respiración. Hasta que comenzó a besar aquella zona.

- Damen, detente ya.- le dije.

Él me miró y no entendía nada. Yo sólo suspire y me senté en una de las bancas del bar.

- Oye, ¿Me darías un trago? - le dije al barman y él asintió. Me lo preparó frente a mí y me lo entregó.

- Hola, Clara.

Giré y lo ví. Llevaba ropa cara, ajustada y se veía muy bien sudado. Su cabello rubio alborotado y despeinado lo hacia ver sexy. Y sus ojos, 'como el mar', enamoraban. Admito que tengo algo con los ojos.

- Hola, Risk- dije y sonreí. Él me devolvió la sonrisa y pidió un trago-. Y, ¿Qué haces aquí?

- Es mi cumpleaños, vine con mis amigos a festejarlo.

- Feliz cumpleaños entonces- sonrió y tapé mi rostro con el flequillo avergonzada-. ¿Puedo preguntarte algo?

- Por supuesto.

- ¿Quién es ese chico con el que estabas bailando?

Oh, ¿Celoso de mí el chico más popular del colegio? Esto no podía pasar.

- Es mi mejor amigo. ¿Por qué?

- Por nada, como bailaban así.- dijo él.

Y no entendí nada.

- ¿A qué te refieres con eso?- él se encogió de hombros.- ¿Sos de bailar así o alguna vez lo haz hecho?

- Sí.- dijo.

- ¿Y alguna era tu novia? ¿O tenían onda?

- Pues, no.- dijo temeroso.

- Entonces no cuestiones. ¿De acuerdo?

Él guardó silencio y noté que había sido muy ruda. Se miraba las manos mientras daba vueltas a su bebida. Yo me tomé de un trago la mía y me miró.

- Disculpa si te ofendí.- dijo.

- No, disculpame a mí, fui muy dura.- le dije. Sentí el alcohol correr por mis venas y hizo verlo más atractivo. Noté sus labios. Se veían carnosos y deseables. Y él miró los míos. Iba a besarlo, pero alguien me interrumpió.

- Clara, es hora de irnos.

Damen.

- ¿Qué mierda crees que haces?- le dije furiosa. Nos acababa de interrumpir. ¿Acaso no podía esperar para decirme eso?

- ¿Es tan urgente para que vengas así?

Me miró y noté que sí. Saludé a Risk y nos fuimos del lugar. Entramos al auto de Austin ya que él no había bebido mientras Isabella vomitaba en una bolsa de papel. Que asco, por Dios.

Todos estábamos callados, pero notaba la mirada de Damen en mí, pero no iba a verlo. Sé que ameritaba irnos, pero no para interrumpirme así y mucho menos después de que besó mi cuello. Era un completo idiota.

Austin estacionó en la casa de Isabella y se quedó Sky con ella.

- Oigan, ¿Les molesta si voy a su casa? Tengo mucho sueño y mi casa queda lejos.- dije. Y era la verdad. Además, mi mamá aceptaba que me quede donde ellos en cuanto le pregunte y esté su madre.

- Claro- dijo Damen-, no hay problema.

Agarré mi teléfono y le mande un mensaje a mi madre. Y al minuto tenia permiso. La amaba. Esperen, es la casa de Damen y Austin. Oh, no.

No me mires que me enamoro. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora