Mi querida elección

178 5 2
                                    

Mi querida elección:

Sé que lo primero que hiciste al abrir esta carta fue mirar la firma. Te conozco. No dejas que nada te sorprenda, pero espero que estas líneas lo hagan, aunque en realidad no vengo a decir nada nuevo. Solo espero que con el gesto de plasmar aquí estas palabras, pueda reafirmar mis sentimientos.

Anoche mientras te veía dormir a mi lado, sentí miedo. Y no de perderte. Sino de no poder darte todo lo que mereces, de no poderte hacerte feliz, porque eso es lo único que mereces; ser feliz.

Aún recuerdo cuando te vi la primera vez; yo estaba en la cafetería desde donde te vi entrar a la oficina de Sally. Luego me enteré que serías su asistente y entonces supe que debía hablarte de alguna manera. No podía pasar las horas en mi cubículo sin conocer el sonido de tu voz, para ir a sacar las fotocopias tomaba el camino más largo solo por pasar cerca a tu escritorio y verte concentrada tecleando frente al computador. Ya te he dicho que me encanta la manera en que fruñes el ceño mientras te concentras. Aquella mañana en que te hablé por primera vez estabas en ello cuando tímidamente llegué hasta ti.

Levantaste el rostro y parecías molesta con el intruso que llegaba a quitarte tiempo. Días después me confesaste que efectivamente estabas escribiendo una idea bastante interesante, la cual interrumpí y no pudiste retomar más tarde porque seguías pensando cómo es que habías aceptado mi invitación a almorzar.

Ha sido el mejor almuerzo de toda mi vida. Y no exagero. Allí conocí tus gustos, te vi reír con ganas y me enamoré de ti. En el preciso momento en que te levantaste para regresar a la oficina, supe que debía convencerte de repetir aquello. Te lo grité, y fue vergonzoso. Me levanté de la mesa y simplemente lo grité "¿Lo repetimos mañana?" tú te volteaste algo asustada y me miraste confundida "El almuerzo... digo" entonces asentiste y sonreíste.

De ahí en adelante, recuerdo las cosas en cámara lenta, tanto que no sé en qué momento ha pasado un año. Ahora que escribo esto me doy cuenta que he sido indiferente con el tiempo y me he concentrado en vivirte un día como si fuera el único. Así quiero hacerlo para siempre. No sé si exagero, tal vez sí, el amor nos pone así de descuidados, así de torpes al jugar con el futuro y el destino..., pero es que quiero creer que mi destino es este; el estar a tu lado. El poder despertarme por las mañanas, contemplarte dormir y sentirme el hombre más afortunado.

¿Bastante cursi cierto? Me he dado cuenta de eso ahora que me decidí por este ejercicio. Creo que a diferencia de mi hermana, me va mejor hablando que diciendo las cosas por este medio, pero es que esta vez lo que debo decir quiero que quede plasmado en este papel para que la tinta lo haga más real. Para no equivocarme en lo que quiero.

Puede que para escoger entre helado de chocolate y vainilla sea muy indeciso, así como para decidirme entre el color rojo o blanco... pero justo ahora acabo de encontrar una de las cosas en la que estaré más seguro que nunca; Te amo.

Era eso. Era eso lo que tenía que decir aquí. Quería que las letras también fueran testigo de lo que siento, quería que supieras que incluso escribiendo estoy seguro de lo que quiero a tu lado y lo que estoy dispuesto a hacer para hacerte feliz. Sí, si es necesario tener que convencer a los actores de tu serie favorita para que vuelvan a renovar una temporada más, lo haría. No es broma. No te rías.

Anhelo regresar pronto a casa y escucharte explicar la manera en que debí escribir mejor alguna frase aquí. Ya quiero llegar para verte sonreír y decirme tonto por escribir esto. Discúlpame por amarte tanto.

Serás mi única elección, siempre. 

12 cartas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora