El tiempo y el olvido

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Para ti

Cuando me dijeron que con el tiempo podría olvidarte, pensaba que eso sería imposible, que tu recuerdo estaría conmigo día y noche, segundo tras segundo. Te vi por última vez una mañana en la que todos lloraban por tu partida, mis ojos solo podían contemplar la escena de tu adiós. No lloré.

El día siguiente, primer día con tu ausencia, lloré a solas, en silencio. Tenía que vaciarme, sacar de mí el amor por ti, y las lágrimas me ayudaron en la tarea, una a una iban borrándote. Lloré durante esa semana, de a ratos, por instantes. Lo hice durante un mes, cada vez con menos intensidad. Varios meses después, cuando vertí la última lágrima por ti, desapareciste de mis conversaciones, de mis pensamientos, y en tu remplazo llegó la tranquilidad.

Ya ha pasado un año y un poco más desde aquella mañana. Ayer, me acordé de ti, pero solo de tu nombre, por más que trataba de imaginar tu rostro, no se dibujaba en mi mente. Intenté llorar y mis ojos no fabricaron lágrima alguna. Te fuiste, para siempre. Lo que me dijeron es cierto, con el tiempo pude olvidarte.



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