No quería despertar, estaba en un sueño bastante real.
Parecía que estaba ella aquí, sentada a un lado de mi cama intentando no despertarme. Se acercaba cada vez más a mí hasta llegar al oído y susurrarme frases que salían de su corazón.
Tal vez está no es la forma más perfecta de decir lo siento... el tiempo ha prolongado con excusas lo que llevo dentro... Y sé que yo vivía a ciegas sin saberlo... Alejándome a kilómetros de ti. Sin saber que no podrías volver a mí...
Mi teléfono me avisa de que tengo que levantarme. Ya era la quinta vez que sonaba la misma alarma. Tenía que darme prisa en prepararme para llegar puntual al trabajo.
Me levanto y preparo a toda prisa. Cojo un vaso de leche fresca y lo bebo con rapidez.
Alcanzo la chaqueta del perchero y salgo corriendo del apartamento.
- Hola amor- ya está aquí la pesada.
- Hola
- ¿vamos a quedar hoy?
- Si puedo te llamo, no lo sé todavía.
- Bueno te dejo que vas a llegar tarde al trabajo- se acerca a mí y me besa en la mejilla.
- Adiós.
La tienda en la que trabajaba se situaba a dos manzanas de aquí, solo tenía que andar un poco y ya estaba allí. Tenía pensado sacar los cascos pero era inútil hacerlo ya que en cuanto los sacara tendría que dejarlos.
El día en la tienda fue agotador. Era increíble la gente que venía a esta tienda. Personas agradables con las que me hablo bastante y personas desagradables que a punto estaban de querer pelea conmigo.
Todo el tiempo tenía en la cabeza a Tamara. Me había prometido olvidarla pero era imposible. El sueño se repetía una y otra vez como un disco rallado en mi memoria. Era como si ella hubiera estado allí, llorando mientras que decía esas dulces palabras.
Iba de camino a mi bar favorito en esta ciudad, estaba un poco lejos pero no importaba. Pongo la radio del móvil y enchufo los cascos a éste. Sonaba una canción pegadiza y a la vez romántica.
No es para mi vivir así, tal vez si es para ti, qué vas a decidir. Si hay diez mil maneras de olvidar, de rescatarnos e intentar contarnos siempre la verdad por qué decir que no. Si hay diez mil silencios que evitar ningún secreto que ocultar, no hay por qué decir que no...
Quizás era casualidad o destino que haya sonado está canción tan identificada con mi vida. En los tres minutos que duraba la canción me había dado tiempo a pensar porque Tamara y yo no estamos juntos.
Soy yo el culpable, no ella. Soy el que dice que NO a nuestra relación.
Quiero estar con ella pero mi orgullo me lo impedía.
- Niall puedes evitar esto- pensaba en voz alta.- vuelve a Londres con ella y pídela perdón.
No hay tiempo que perder, cojo la comida y me voy para Londres.
Agarro el teléfono de mi bolsillo, marco el número de Taylor y enciendo el altavoz.
- ¿Si?
- Taylor tengo buenas noticias, ¡me vuelvo a Londres!
- ¡Ay! Mi Nialler vuelve- se la escucha gritar.
- Se que te hace mucha ilusión pero tengo que comer y no tengo vuelo. Consígueme uno por favor.
- Por ti lo que sea.
- Dentro de una hora quiero irme para ya.
- Pues marchando un vuelo para las tres y media.- oía las ruedas de la silla moverse de un lado para otro y el ordenador funcionar. Me las estaba cogiendo ya.
- Muchas gracias Taylor. Te quiero mucho, adiós- cuelgo.
Corro hacia el bar y pido mi plato favorito. Lo pago e intento coger un taxi lo más rápido que podía hacerlo.
Llego a mi casa, cojo el bocadillo de tortilla española que me había comprado y me lo como mientras rehago la maleta.
Ya eran las tres y cuarto cuando dejaba el apartamento en manos de Sergio. Ya no volvería aquí nunca más.
Vuelvo a coger un taxi, le comento a dónde quiero ir y llego allí en cinco minutos.
Voy corriendo por todo el aeropuerto, pido mis billetes en recepción y a las tres y media justas estaba sentado en mi avión.
Faltaba una o dos horas para llegar allí y verla, a mi hermosa Tamara.
Durante el viaje algo me molestaba en el bolsillo trasero de mi pantalón. Levanto un poco mi trasero y busco entre el bolsillo lo que me molestaba. Lo saco y veo que es la carta que me había dejado Tamara el otro día:
Niall puede que con esto no me perdones nunca pero quiero que sepas que en ningún momento te he llegado a engañar. El vídeo que vistes sobre Daren y yo no era lo que parecía. Yo salía del baño y de imprevisto me besó.
Niall no puedo estar sin ti, mi vida no es nada sin ti. Y dirás ¿y por qué decías en los programas que todas las noches te ibas con uno? Sinceramente, porque te echaba de menos. Era verdad lo que decía. Me acostaba con un chico porque pensaba que eras tú el que estaba conmigo y cuando me di cuenta de que no eras tu, que solo eran imaginaciones mías empecé a odiarme a mi misma, quería morirme.
Amor echo de menos tus tonterías, tus risas y tus encantos. Tus ojos azules y tu sonrisa. Te quiero mucho, y si alguna vez me perdonas estaré encantada de volver contigo.
Tu eres mi único príncipe azul.
Te quiere un montón.
Tamara.
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Don't Forget Where You Belong |Niall Horan| TERMINADA
FanfictionElla una cantante famosa. Criticada por haber sido una golfa los últimos años. Cansada de tantos insultos y que desea con todo el alma cambiar. Él un trabajador de Nando's, apasionado por cantar y tocar la guitarra. No puede parar de pensar día tras...