Por favor, que sea una pesadilla.

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Capítulo 13:

No podía creerlo, nuestro jefe nos había espiado. Pero un montón de preguntas rondaban mi mente, preguntas que deseaba hacerle pero antes quería saber por qué hizo eso.

-¿No confías en nosotras?- le pregunté mirándolo a los ojos, mientras apoyaba mis manos en su escritorio.

Marcus nos miraba sin ningún tipo de expresión, como queriendo que desatáramos nuestra ira para que luego él pudiera hablar con normalidad.

-Vaya decepción, Marcus- me apoyó Deni, mientras se ponía a mi lado.

-Un respeto, niñas, lo hice por vosotras.- nos dijo mientras se acomodaba en el respaldo de su silla- Ese grupo es difícil de llevar, tiene casi el mismo número de territorios que nosotros. Y son peligrosos. Su jefe es peligroso- dijo levantándose de su asiento para acercarse a la mesa de cristal que tenía contra la pared para coger un vaso de vodka con limón.

-Nosotras también somos peligrosas- contraatacó Lana.

-Lo sé, pero no dejáis de ser esas chicas asustadas de esa noche en aquel callejón- dijo con tristeza y sobreprotección en su voz.

-Y te lo agradecemos Marcus, pero somos capaces de protegernos y…

-Quiero sus nombres- dijo nuestro jefe, cortándome y queriendo cambiar de tema.

-Gracias por dejarme hablar- le recriminé con ironía.- ¿Sabes? Podemos defendernos, sabemos cómo son esos chicos- dije con rabia en la voz, queriendo hacerlo temblar-. Porque, además, con el que me besé fue Ian Adams, el chico con el que salí ahí atrás, el mismo que me rompió el corazón- le seguía mientras lo miraba con mis ojos ardiendo en llamas, odiaba que la gente me espiase a escondidas, siguiendo mis pasos en silencio-. Y puedo con él, podemos con ellos y si no vas a confiar en nosotras… Nos vamos.- dije muy segura de mi decisión, aunque sabía que ese negocio era mi vida, sin ese peligro no podía vivir. Odiaba la rutina, y únicamente ese almacén podía hacerme olvidar todo.

Ante eso Marcus lanzó una risa por todo lo alto llena de ironía, sabía que mentía con el tema de irme.

-Te aprecio, chica, lo sabes pero lo de irte es un farol. Vamos a dejar ese tema a un lado, que no se hable más. Nombres.- dijo autoritario.

No me quedó más remedio que darle el nombre del chico que me volvía loca.

-Ian Adams- dije como si su nombre fuese el más sexy y hermoso de este planeta.

Cuando pronuncié el nombre de este, noté como las facciones de mi jefe se tensaban y se ponían duras, alcanzado un color blanco pálido… Pero decidí no darle más vueltas, era muy tarde y estaba muy cansada.

Pero preguntas como: ¿Por qué Marcus nos fue a espiar justo esa noche? ¿Justo con ese grupo de chicos? Perfectamente sabe que nos la podemos apañar bien, pero igualmente fue. Se preocupa por nosotras, sí, desde esa noche es como nuestro hermano mayor tirando a padre pero todo esto era muy raro…

No me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora