El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra dicen por ahí ¿Alguien puede apedrear a otra persona en la actualidad? ¿Van a decirme que nunca han sentido siquiera un poquito de envidia por algo o alguien? No me mientan~~ Sé que lo han hecho.
Todos, de una u otra forma hemos sentido aquel deseo de posesión, insaciable, deseando algo que alguien más tiene y que percibimos nos hace falta, muchas veces deseándole mal al prójimo; sintiéndonos bien con el mal ajeno.
Llegamos al punto de amar tanto los propios bienes que este afecto lo pervertimos deseando privar a otros de sus propias posesiones. Ah, pero ¿Crees que esto no tiene castigo? Pues déjame decirte que si continuas por la misma senda, en el purgatorio te espera un fatídico castigo: que tus ojos sean cerrados y cosidos, todo por haber recibido placer al ver a otros caer.
Por semejarte al Leviatán, a esa bestia marina con forma de pez, creado en el quinto día de la siendo único en su especie, pues Dios creó un Leviatán macho y una hembra, matando a la hembra y dándola de comer para los honestos, ya que si los leviatanes llegaran a procrear, entonces el mundo no podría interponérseles. También puede ser interpretado como el mar en sí mismo. El Leviatán es un símbolo de la humanidad en oposición a Dios. Durante la edad de oro de los viajes marinos, los marineros europeos vieron al Leviatán como una gigantesca ballena-monstruo del mar, o generalmente una , que devoraba naves enteras al nadar alrededor de los cascos tan rápidamente creando un torbellino
Se oye horrible ¿A que sí? Pero no todo es malo, puedes salvarte. Solo procura dejarte llevar por tu antítesis, la caridad. Sé empático, amistoso... Deja de ambicionar lo ajeno, querido mío. Vive bien, no rompas corazones ni personas ¿Ok?
El refulgir dorado en su vista periférica le hizo girar rápidamente la cabeza para averiguar de dónde venía tal brillo. Su mirada se enfocó en el delicado y bonito objeto que envolvía la delgada muñeca del pelirrojo y la curiosidad lo invadió.
-Que bonita pulsera Mark Hyung ¿Quién te la dio?-.
El americano se giró hacia el chico que le hablaba y sonriente se acercó a su lado, tirándose feliz en el sillón a la vez que levantaba su muñeca para que el pelinegro viera más de cerca su preciado brazalete.
-Jackson me lo regalo ¿No es hermoso? Los mandó a hacer especialmente para nosotros por nuestro aniversario, él tiene una igual, es tan tierno mi chino- exclamó sonrojado, soñador y totalmente enamorado el chico.
JinYoung solo sonrío falsamente con la mandíbula apretada e hizo como que escuchaba la verborrea de su Hyung sobre lo fantástico y buen novio que era Wang Jackson. Fingió ayudado por su gran capacidad de actor, porque en realidad no deseaba escuchar ni una sola palabra de lo que el americano estuviera soltando. No deseaba escuchar lo grandioso que era Jackson como novio, lo atento y dulce que era al despertar por la mañana, lo mimoso y adorable que era cuando quería cariño, lo infantil y ridículo que podía ser para subirle el ánimo a su pareja, lo atractivo que era cuando estaba serio o lo estupendamente bueno que era en la cama; no, no deseaba escuchar nada de eso.
Estaba harto de poner buena cara frente a Mark cada vez que este hablaba del chino, porque estaba harto –cansado y avergonzado también– de desearle algún tipo de mal o desgracia a su Hyung; pero es que no podía frenarse, no podía dejar de envidiarle. A pesar del tiempo que había pasado, continuaba deseando para sí con fervor a su querido Wang Gae, siempre suyo aun cuando fuera novio del mayor desde hace años y no le perteneciera en realidad.
Pero es que ¡No podía evitarlo! ¿Quién no caía ante los encantos de Jackson Wang? Él podía ser serio y racional, pero no era idiota como para no darse cuenta de que el chino era el hombre perfecto, lo que siempre había buscado en una pareja: amable, inteligente, cariñoso, fiel, empático, paciente, incluso amaba lo caritativo que era el chico, esa capacidad para dar sin esperar nada a cambio tan contraria a lo que Park era; por eso lamentaba profundamente que el esgrimista hubiera dado su corazón al americano sin darle siquiera una oportunidad para luchar, para cautivarlo.

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7 Pecados Capitales
Espiritual7 chicos, 7 pecados capitales, una historia corta para cada uno. ¿Qué pecado prefieres cometer? ¿Por cuál deseas caer?